Educación revolucionaria con energía fotovoltaica

Laurie Stone
Solar Energy International

El presente artículo fue tomado de la revista Home Power # 86 (diciembre 2001 - enero 2002) y aunque está dirigido al público estadounidense es interesante conocer cómo analiza la autora nuestro programa de electrificación.

Viaje alrededor de la América Latina rural y de seguro verá las escuelas sin las herramientas educativas básicas, mucho menos electricidad. No es así en Cuba. Más de 34 000 niños en las áreas rurales de esta pequeña isla caribeña leen, escriben y ven vídeos educativos con ayuda de la energía solar.

El compromiso de Cuba con la educación es sorprendente. Aunque muchos países tienen la instrucción obligatoria, los cubanos asumen la instrucción obligatoria como la exigencia de proporcionar las mejores oportunidades educativas posibles a sus niños.

Ellos también toman en serio a la familia. Para permitirles a los niños pequeños permanecer cerca de sus casas, cada comunidad rural, no importa cuán remota o pequeña sea, tiene una escuela primaria. Y cada escuela primaria en estas áreas remotas está dotada en el presente de instalaciones fotovoltaicas (FV).


A inicios del siglo xxi todas las escuelas cubanas que aún no tenían servicio eléctrico fueron beneficiadas con sistemas FV.

Antes de 1959, Cuba tenía 800 MW de capacidad generadora eléctrica, y la mayor parte de la misma se encontraba en las grandes ciudades. Después de la Revolución cubana de 1959 la electrificación rural constituyó una prioridad para el Gobierno. En los treinta años siguientes se electrificó 95 % del país con más de 3 000 MW de capacidad.

Recuperación de la dependencia petrolera soviética

Cuba había estado comprando el petróleo barato de la Unión Soviética. El derrumbamiento de la Unión Soviética en 1989, unido a una intensificación del bloqueo económico por parte de los EE.UU., llevaron a la caída de la economía cubana.

De 1989 a 1993, el producto interno bruto (PIB) de la isla se redujo a la mitad, de veinte mil millones a diez mil millones de dólares. Dado que Cuba no podía cambiar el azúcar por el petróleo con Moscú, el país perdió la mayoría de sus suministros de petróleo de la noche a la mañana. Las importaciones cayeron en 75 %, buena parte de lo cual era alimentos, piezas de repuesto, agroquímicos y equipos industriales.

Sin el petróleo, la producción industrial cayó, las fábricas cerraron, el transporte público se redujo, los apagones se hicieron frecuentes, y se paralizaron la agricultura y la producción de alimentos. En 1993, en la plenitud de la crisis, Cuba estaba empleando 60% del costo total de sus importaciones en alimentos y petróleo.

Los años a partir de 1989 se conocen como el "período especial", tiempo en el que los cubanos han tenido que hallar el modo de enfrentar sus graves problemas económicos. El Estado procedió de forma dramática a reestructurar la economía. En general, los cubanos simpatizan con los esfuerzos del Estado para distribuir los alimentos disponibles tan justamente como sea posible. El período especial ha sido un tiempo de apretarse el cinturón, pero el consenso general es que el problema es nacional, y que todos los cubanos necesitan trabajar juntos para resolverlo.

Cuba tuvo que empezar a comprar el petróleo en el mercado internacional, de lo cual su inexperta economía no podía permitirse el lujo. Esto llevó a un deseo en disminuir su dependencia de los combustibles fósiles y usar más energías renovables.

Cuba ahora hace uso del biogás, la biomasa, la energía solar, la energía eólica y la energía micro-hidráulica. El residuo de la caña de azúcar, principal cultivo de exportación de Cuba, se usa para impulsar los 156 centrales azucareros en la isla. La electricidad sobrante se pasa a la red. Más de 220 sistemas micro-hidráulicos, de 8 a 500 kW, suministran electricidad a 30 000 cubanos. Además de los 9 000 molinos de viento mecánicos en Cuba, la isla dispone ahora de un parque eólico de 0,45 MW para proporcionar electricidad a la red eléctrica nacional.

Dos mil sistemas fotovoltaicos escolares

Aún durante el período especial los programas sociales, tales como la educación y la salud, no fueron recortados, sino que continuaron siendo una alta prioridad de la Revolución cubana. En el año 2000, con el objeto de mejorar la calidad de la educación para sus niños, el Gobierno cubano financió un programa para electrificar todas las escuelas primarias en el país que no tenían electricidad alguna. El programa se llevó a cabo por Ecosol Solar, el distribuidor de sistemas fotovoltaicos (FV).

Ecosol Solar es una división de COPEXTEL, especializada en las computadoras, la electrónica, las telecomunicaciones y otras altas tecnologías. Ecosol Solar vende, brinda mantenimiento e instala sistemas fotovoltaicos, heliotérmicos, eólicos, de biomasa y sistemas híbridos.


En todas las escuelas cubanas, rurales y urbanas, los estudiantes ya tienen acceso
a los programas de computación y audiovisuales.

En menos de un año a partir del tiempo en el cual el primer panel de FV fuera instalado en una escuela primaria, 1 944 escuelas poseían sistemas fotovoltaicos. Cada sistema consta de un módulo de 165 W, un regulador de 20 A, un invertor de 250 W y un banco de baterías de 220 A-h. Tres de los sistemas también incluyen pequeños generadores eólicos.
Cada escuela tiene dos luces de corriente directa de 15 W, un televisor y un reproductor de vídeo de corriente alterna para los programas educativos. Los sistemas están diseñados para trabajar 5 h al día si los estudiantes ven vídeo. Sin el vídeo, los sistemas pueden funcionar durante 8 h al día.

Brigadistas FV

Para llevar a cabo tan ambicioso proyecto, la organización no gubernamental CUBASOLAR y Ecosol capacitaron brigadas en cada una de las provincias en lo referido a la instalación de sistemas de FV. Las brigadas fueron formadas por representantes de Ecosol, profesores universitarios, estudiantes, maestros y otros voluntarios de las provincias.
CUBASOLAR fue fundada en 1994. Su misión es la de promover la energía renovable, la eficiencia energética y la educación ambiental.

Cada dos años, CUBASOLAR celebra una conferencia internacional sobre energía renovable en Cuba. La organización ha introducido la energía renovable en el sistema nacional de educación, y publica libros y revistas que promueven el uso de esta.
Veinticinco brigadas fueron a las áreas rurales, instalaron los sistemas y capacitaron a personas locales en el mantenimiento de los sistemas. Se mostró un vídeo a los maestros sobre el mantenimiento en cada escuela. Los maestros se encargan de supervisar el nivel de la batería y de limpiar los paneles de vez en cuando.

Cada 90 días, cada escuela recibe una visita de mantenimiento técnico. Hay también un taller de reparación en cada provincia y un taller de reparaciones menores en cada territorio (las provincias están formadas por muchos territorios), estos han sido creados por Ecosol.
Un técnico de Ecosol también realiza una inspección periódica de todo el sistema.

Hasta ahora no se ha reportado problema con ninguno de los sistemas escolares. Incluso con el programa de clínicas de salud electrificadas con FV, que empezó en el año 1987 ("Sistema de salud revolucionaria fotovoltaica", en Energía y tú no.5), ha habido muy pocas fallas en los sistemas.

Muchos de estos sistemas han sobrevivido tres huracanes sin daño alguno. Ecosol acredita la escasez de fallas a la capacitación de los usuarios.
Las instalaciones con FV se elevan en Cuba a más de 2 400, entre ellas 320 consultorios médicos, 100 círculos sociales, 4 hospitales rurales y un gran número de viviendas.
Cuba importa una parte de sus equipos fotovoltaicos, pero en el presente construye sus propios controladores de carga, y tiene además una planta industrial de fabricación de FV en Pinar del Río, donde se producen módulos FV con 14 % de eficiencia.

Debido a su situación económica la fábrica aún no produce paneles para el uso público. Ellos simplemente no disponen del capital que les permita producir en masa los módulos de FV. Su esperanza descansa en que en el futuro puedan hacerse los sistemas completamente con piezas cubanas.

Computadoras para el campo

En junio del 2001, CUBASOLAR recibió el premio Global 500 del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) por este notable programa de instalaciones FV.
El Gobierno cubano quiere que cada niño en Cuba tenga acceso a una computadora. Ellos planean poner una computadora en cada escuela primaria para marzo del 2002. En los próximos meses, CUBASOLAR y Ecosol se comprometen a agregar un sistema más a cada escuela primaria, para que puedan hacer uso también de una computadora.

Educación medioambiental

Los niños en Cuba no sólo aprenden haciendo uso de la tecnología de FV, sino que también aprenden sobre dicha tecnología. En el centro de La Habana los jóvenes aprenden sobre la energía renovable en el aula medioambiental de Ciudad Libertad, que fue un cuartel del ejército en la Cuba pre-revolucionaria. Después de 1959 fue convertido en un complejo escolar. Contiene en el presente aulas que van desde prescolar hasta la universidad.

Los niños de las escuelas de toda La Habana utilizan el aula de educación medioambiental de Ciudad Libertad. Ellos aprenden acerca de los problemas medioambientales, incluyendo la conservación de energía, el reciclado y la energía renovable. Tan sólo en el Día Mundial del Medioambiente (5 de junio), 1 340 estudiantes visitaron el aula. En una reciente visita niños pequeños se encontraban dibujando cuadros de hospitales y escuelas que usan FV.


En 1959, Cuba disponía de 800 MW de capacidad generadora eléctrica. En los treinta años posteriores se electrificó 95 % del país con más de 3 000 MW de capacidad. En la actualidad todas las escuelas reciben el servicio eléctrico mediante la red nacional o fuentes renovables de energía.

La educación relativa a la energía renovable se integra también a otras escuelas. El Ministerio de la Industria Básica financió un libro sobre educación medioambiental para maestros. CUBASOLAR estima que 98 % de los cubanos saben que los paneles FV generan electricidad.

Cuba asume seriamente su compromiso con la educación. Sus dificultades económicas y la falta de acceso a los combustibles fósiles no le impiden brindar una educación de calidad superior a cada niño en Cuba. José Martí, un héroe cubano que luchó contra España por la independencia de su país, dijo: "Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz".
Los cubanos están usando la luz del Sol para combatir su escasez de petróleo, y para asegurar una educación superior para sus niños. Ahora muchas escuelas primarias cubanas despliegan con orgullo una bandera cubana, un busto de José Martí y un sistema fotovoltaico.