Energía
y cooperación
por el colectivo de Energía y tú.
Las
fuentes renovables de energía van por el camino del Sol, eso lo
sabemos y lo hemos comentado más de una vez; pero hay un aspecto
más a destacar: las energías renovables coexisten, se ayudan
y se suman en el desarrollo sostenible y en el respeto a la naturaleza.
Es imposible hablar de un desarrollo sostenible basado en fuentes no renovables
de energía.
Mientras las energías duras compiten, se excluyen y contaminan;
las renovables se complementan y se unen, pues son abundantes los sistemas
energéticos híbridos, entre ellos la cooperación
es natural y necesaria. Las energías renovables respetan la naturaleza
y sólo se genera electricidad cuando hace falta electricidad, calor
cuando hace falta calor, movimiento y fuerza cuando hacen falta movimiento
y fuerza.
Las energías duras, aunque aun son tan necesarias y nuestra sociedad
depende todavía de ellas por causas históricas, siempre
se generan en falta o en exceso, producen un calor innecesario que está
cambiando el clima del planeta y emiten gases y sustancias que contaminan
nuestra atmósfera, nuestras aguas y terrenos.
Las energías duras son una de las causantes de las guerras y el
ansia de poder; ellas no van por el camino de la coexistencia, sino por
el del predominio de la fuerza.
Cuando usamos, por ejemplo, la energía fotovoltaica para producir
electricidad en una comunidad rural y allí mismo se bombea el agua
con un molino de viento o un ariete hidráulico, se cocina con un
fogón eficiente o de hidrógeno y se usa un calentador solar
de agua, no sólo usamos la energía generada donde se necesita,
sino que evitamos la destrucción de zonas boscosas para construir
postes de líneas eléctricas, el transporte de combustible
o la combustión excesiva de leña. Así, el uso de
la energía se hace desde su propia diversidad, sin las obligatorias
pérdidas en cada transformación, en una coexistencia armónica
de los diversos tipos y siempre con un marcado respeto al medio ambiente,
a la naturaleza y a nosotros mismos.
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