¿Quién
soy?
Luis Bérriz
Doctor
en Ciencias Técnicas.
Investigador Titular, de CUBAENERGIA.
Presidente de CUBASOLAR.
Tel.: (537) 405260E-mail: sol@cubasolar.cu
A
veces me pregunto: ¿quién soy? Estoy formado por innumerables
partículas elementales. Todas existían antes de pertenecerme.
No pocas de esas partículas pudieron haber formado parte,
alguna vez, de un tomate, un grano de arroz o trigo, un frijol,
un aguacate, un cerdo, una res, un pez, de otros seres vivos y también
del agua que fluyó en muchos ríos y mares; y aún
otras, también innumerables, que anteriormente pertenecieron
sólo al reino mineral.
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A
veces, cuando como, bebo e inspiro aire, me pregunto a qué o a
quiénes han pertenecido esas partículas durante estos últimos
millones de años, que ahora forman parte de mí.
En forma similar, cuando defeco, orino, sudo y espiro aire, pienso también
en cuántas partículas elementales que formaron parte mía
por segundos, horas, meses o años, dejaron de pertenecerme y constituyen
y seguirán constituyendo otros seres vivos o conformando la tierra,
la atmósfera, o el agua de mar o de los ríos. Y reflexiono:
-Cada día una parte en mí está naciendo al incorporar
nuevas partículas que pasan (quizás una vez más)
al reino vivo, y a la vez, cada día cierta parte de mí está
muriendo al eliminar partículas que me pertenecieron, ya sea por
poco o mucho tiempo.
-Soy un ordenamiento único de partículas elementales que
antes de pertenecerme tuvieron otro ordenamiento en animales, plantas
y minerales. Incluso, puedo estar compuesto por elementos que en otra
oportunidad pertenecieron a otros seres humanos. Un ejemplo evidente de
esto es la trasmisión de enfermedades de persona a persona.
-No soy más, por lo tanto, que parte de la naturaleza.
Pero, además, mi ordenamiento me ha permitido convertirme en un
ser pensante.
Y, ¿quién soy como ser pensante?
Me acuerdo entonces de aquellos seres primigenios que utilizaron una rama
o un palo para poder alcanzar mejor las frutas de los árboles,
de los que utilizaron por primera vez el fuego, de quienes, no sé
cómo, inventaron la palanca, la rueda, las tecnologías para
el uso del barro y de los metales.
Me acuerdo de Aristóteles, Arquímedes, Pitágoras,
Galileo, Newton, Darwin, Einstein. Me acuerdo de Bolívar, Juárez,
Marx, Engels, Céspedes, Maceo, Máximo Gómez, Martí,
Mella, Camilo y el Che. Me acuerdo de mis padres, mis hermanos, mis hijas,
mis maestros, mis compañeros. Me acuerdo de Fidel.
Y entonces pienso: mis pensamientos y mis conocimientos son una síntesis
de miles y millones de los pensamientos y conocimientos de otros seres
humanos que también tuvieron la capacidad de pensar. Como todos,
y no como excepción, yo también tengo la oportunidad de
aportar algo al desarrollo del conocimiento humano.
-Por lo tanto, todo lo que soy, pertenece a la naturaleza. Todo lo que
sé, pertenece a la humanidad.
-Como ser pensante tengo la capacidad de actuar conscientemente, para
bien o para mal, sobre mí mismo y sobre el entorno, cercano y distante.
-Tengo las opciones de que mis pasos vayan por el camino del exterminio
de la humanidad, o de que transiten en el del verdadero desarrollo sostenible:
el camino del Sol.
No son opciones del ámbito científico, sino éticas.
Y no son sólo mías, sino de todos.
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