Alí Wattwatt
y los objetos no identificados


Bruno Henríquez Pérez
Licenciado y escritor.
Investigador auxiliar de CUBAENERGIA.
Vicepresidente de la Sociedad Cubana de Física.
Miembro de la Junta Directiva de CUBASOLAR.
Director de Energía y tú.
Tel. (537) 2059948 y 2025531-39, ext.253
E-mail: bruno@cien.energia.inf.cu

Alí miraba al firmamento cuando de pronto una luz extraña atravesó el cielo. A lo lejos se oían los comentarios de los vecinos que al buscar el fresco de la noche habían contemplado el inusual espectáculo.

–Alí, viste eso, parece un OVNI. Debe ser de otro planeta –dijo uno de los vecinos.
–Yo creo que era un satélite –dijo otro.
–Es un avión que se salió del corredor.
–Es un meteorito.

Así siguieron proponiendo explicaciones a la aparición de la luz extraña que casi todos habían visto, nadie sabía lo que era y sobre la que todos, aún sin verla, tenían alguna opinión.

Más personas se sumaron al grupo, entre ellos algunos estudiantes que estaban reunidos en un portal cercano.
Después de pasado el fenómeno, Alí y sus vecinos permanecieron un rato hablando de lo que habían visto, de lo que se suponía, y por fin, una de las más jóvenes del grupo, que estudiaba en la Secundaria, le preguntó a Alí.

–Alí, ¿qué es un objeto no identificado?
–Un objeto no identificado no es lo que yo supongo que sea, sino lo que no sé lo que es y no lo puedo identificar. Pero los objetos no identificados que más nos afectan no son esos que pasan volando y no volvemos a saber de ellos, sino aquellos que nos rodean, los que usamos todos los días y no tenemos la menor idea de qué son ni de cómo trabajan.

–¿Cómo es eso Alí? ¿Cómo no vamos a saber ni tener idea de algo que vemos todos los días?
–Pues es así, y te voy a poner algunos ejemplos. Cuando enciendes un ventilador para refrescarte, ¿tú sabes qué estás haciendo y sabes qué hace el ventilador?
–Bueno, el ventilador es un aparato que refresca porque echa aire.
–¿Y tú has dejado un ventilador echando aire en un cuarto vacío, para que lo refresque?
–Claro que sí. Así, cuando uno llega el local está fresco.
–Ahí tienes un ejemplo de objeto no identificado, el ventilador sólo «refresca» cuando el aire da sobre tu piel, porque el aire que él mueve está a la misma temperatura que el resto del aire en la habitación. Tú lo sientes fresco porque tu piel es húmeda y el aire hace que se evapore la humedad, y así sientes la sensación de enfriamiento.

Cuando usas el ventilador de esa manera lo haces porque no lo has identificado con lo que hace de verdad.
Otros ejemplos de objetos no identificados aparecen cuando en el interior de un local con aire acondicionado se coloca un refrigerador, una plancha o una cocina. Estos objetos generan calor que calienta el aire, mientras el aparato de aire acondicionado del que hablamos se calculó para enfriar el aire de un local en el que sólo van a estar personas, por eso todos los demás objetos que producen calor y se supone que no lo hagan, son objetos no identificados.

–Un objeto no identificado es una confusión del espacio-tiempo –continuó Alí.
–¿Cómo es eso? ¿Un OVNI que vuela por el espacio?
–No precisamente. Es algo que no sabes dónde ponerlo ni cuándo usarlo, y sin embargo crees que lo usas en el lugar y el momento correcto. ¿No has visto cómo hay personas que se ponen gorros de piel en nuestro clima, que usan la cocina eléctrica a la hora pico, ponen la música a todo volumen en la madrugada, gritan en los hospitales o fuman en locales cerrados? También son objetos no identificados los calentadores eléctricos fabricados con laticas, las cocinas eléctricas con materiales no adecuados y no respaldados por alguna garantía industrial, las ventanas de vidrio sin protección solar en climas cálidos, los edificios con grandes paños de vidrios fijos, muchos de ellos con papeles de filtro o vidrios oscuros, que se convierten en fuentes de calor para el interior.

Cuando uso mal un instrumento de medición o de cálculo es porque no lo conozco, cuando al tratar de abrir un objeto no uso la herramienta adecuada tengo una doble no identificación: primero, no identifico el objeto que tengo que abrir y por otro lado, la herramienta que se debe usar.

Otro ejemplo de no identificados son las palabras mal usadas: oímos al locutor decir que el pitcher lanzó una bola a 93 millas, en lugar de decir que la bola iba a una velocidad de 93 millas por hora. A un objeto no identificado lo utilizamos mal, gastamos más energía de la correspondiente, corremos riesgos inútiles, pasamos por alto su utilidad y menospreciamos sus funciones. Un objeto no identificado es aquel que refleja nuestra ignorancia y no una propiedad del objeto. Yo no lo identifico porque no sé lo que es y no porque el objeto encierre algún misterio.

La falta del objeto está en mí y no en él. Podemos mencionar muchos objetos que nos rodean y que no identificamos, muchas veces los identificamos mal, tan mal, que pensamos que son otra cosa, de tan acostumbrados que estamos a utilizarlos o a considerarlos de la manera incorrecta.

Cuando no identificamos un objeto no sólo causamos derroche, también podemos estar en peligro o poner en peligro a otras personas; así, al no usar los medios de protección, ya que los menospreciamos o creemos que eso no hace falta, ponemos en peligro nuestra vida.

 


















El mundo a nuestro alrededor puede estar lleno de cosas que conocemos o de objetos no identificados, eso depende más de nosotros que de los objetos.

–Alí, ¿entonces los llamados objetos voladores no identificados pueden ser cosas identificadas, pero que por falta de información las confundimos con lo que tenemos en nuestra imaginación?

–Casi siempre ocurre así, y queremos que las cosas funcionen como imaginamos y no como en realidad funcionan. Por eso es importante al tener un nuevo equipo o instrumento, o al usar una medicina, leer las instrucciones y conocer de qué se trata, cuáles son los límites de aplicación, para qué sirve y para qué no sirve, así como lo que puede pasar si lo usamos mal.

Te puedo mencionar muchas cosas comunes que no tenemos bien identificadas: ventanas pintadas de colores oscuros, paredes de tela que se toman por cortinas, ropa de telas y colores no adecuados al clima, cementar los patios, engancharse de los camiones cuando se va en bicicletas, no usar los cinturones de seguridad de los automóviles, automedicarse, pensar que colgar un CD en la parte de alante del carro va a burlar el velocímetro de la policía, poner un bombillo en la antena del televisor y muchos ejemplos más.

La conversación siguió con ejemplos y comentarios relativos a casi todos los campos de la cultura y todos los presentes dieron su opinión.
Más tarde volvió a verse una luz atravesar el cielo, pero esta vez quienes estaban reunidos con Alí, en lugar de decir en voz alta todas sus suposiciones, se encerraron en un silencio que decía mucho más.