La olla de presión doméstica

Antonio
Sarmiento Sera
Doctor en Ciencias Técnicas.
Profesor Titular del Centro de Estudio de Tecnologías Energéticas Renovables (CETER).
Miembro de CUBASOLAR.
Tel.: (537) 2605060
E-mail: sarmiento@ceter.cujae.edu.cu

 

El ahorro de energía puede, y debe, iniciarse en la cocina.

La olla de presión doméstica facilita la preparación de alimentos e introduce un ahorro de energía durante la cocción. En el presente artículo se considerarán fundamentalmente los aspectos relacionados con el ahorro de energía.

Al comparar una olla abierta y una olla de presión, se observan los aspectos básicos siguientes:

1. La olla abierta realiza su operación a la atmósfera ambiental (presión absoluta de aproximadamente 1 atmósfera). Por lo regular, la cocción de alimentos se hace en presencia de abundante agua, todo lo cual provoca que la temperatura a la que se cocinan los alimentos esté cerca de los 100 0C.

2. La olla de presión, al contener una presión superior (presión interior absoluta de aproximadamente 2 atmósferas), logra que la temperatura de ebullición del agua (a esa presión) se acerque a los 120 0C, por lo que la olla de presión realiza su función a mayor presión y temperatura que la olla abierta y logra un producto final con similar calidad en menor tiempo. En ella, también, la reducción del tiempo de cocción acrecienta el ahorro de combustible y de hecho de la energía que este representa.

Dentro de los parámetros técnicos que más influyen en el trabajo eficiente de una olla de presión está la presión, ya que de esta depende incluso la temperatura.
Deficiencias técnicas relacionadas con la presión:

1. Falta de hermeticidad en la tapa debida a salideros de vapor por mal estado técnico de la junta, deformación de la tapa o desajuste de la unión brazo-tapa.

2. Falta de hermeticidad en la pesa, por desgaste o suciedades en la pesa o en su vástago, lo cual provoca salideros de vapor en los primeros minutos de trabajo y demora en alcanzar la presión de trabajo.

3. Falta de calidad en la pesa. Si el peso de esta es menor del necesario, la olla trabajará a menor presión y requerirá mayor tiempo de cocción. También se puede incluir aquí el intercambio inadecuado de pesas entre ollas.

En dependencia del fabricante y las normas de cada país, la presión de trabajo en una olla puede ser algo diferente, pero por lo regular se utiliza un valor cercano a dos atmósferas como presión absoluta.

La influencia de la presión es muy alta en el rendimiento de la olla, pues la presión también determina la temperatura.

Es común la medición de la presión manométrica en lugar de la absoluta. Por ejemplo, si la olla tiene una presión absoluta de dos atmósferas, puede decirse que posee un exceso de una atmósfera por encima del valor de la presión atmosférica. Ese exceso (o defecto) de una con relación a la otra se denomina presión manométrica, medida comúnmente con un manómetro, por lo que a partir de ahora consideraremos como presión adecuada para una olla, el valor de una atmósfera manométrica.

En una muestra (relativamente pequeña) de ollas de presión en uso, realizada por el autor, se detectó que la mayoría de ellas tenían valores de presión manométrica cercanos a 0,6 atmósfera (es decir, 60 % del valor adecuado). Las causas fueron señaladas anteriormente, aunque debe añadirse que abunda el caso de ollas nuevas que no cumplen el requisito de presión manométrica de una atmósfera.


Esquema para el control de la presión de trabajo de la olla.

Al comparar el combustible que requiere una olla con presión manométrica de una atmósfera y otra con 0,6 atmósfera, se detectó que la disminución de presión provocó un incremento de 50 % del uso de combustible. Este indicador refleja el objetivo final del análisis: evitar el consumo excesivo de combustible o energía.

Para ilustrar la influencia del peso de la pesa, en un caso analizado se concluyó que una variación de 13 g en su peso, que equivale a un incremento (o disminución) de 3,5 mm en su altura, provoca una variación en la presión de 1 %, que es la variación máxima permitida como control de calidad de producción, por lo que variaciones mayores de la pesa (común en muchas marcas de reconocido prestigio), provocan variaciones no adecuadas en la presión. El intercambio de pesas entre ollas es una costumbre no aconsejada.

Por lo regular, el mantenimiento o reparación de las ollas incluye un conjunto de adecuadas prácticas de ajuste mecánico, pero muy pocas veces se considera la más importante de todas: el control de la presión de trabajo, aun teniendo en cuenta que el objetivo de todos los elementos de la olla es lograr la presión manométrica (estable y segura) de una atmósfera y, como consecuencia, la temperatura de 120 0C.

A continuación se sugiere a los técnicos que realizan los trabajos de mantenimiento, reparación y ajuste, un esquema para el control de la presión de trabajo.

De una fuente de aire comprimido a, mediante un regulador de presión b, una válvula de ajuste c y un manómetro d, se conecta la manguera flexible e, utilizando el orificio de la válvula de seguridad.

Con la tapa bien colocada se incrementa la presión hasta que la pesa deje escapar el aire con su movimiento habitual. En esas condiciones, con presión similar a la que tendrá en su trabajo, se mide la presión manométrica con el manómetro. Normalmente se consideran adecuados los valores de presión manométrica entre 0,9 y 1,1 atmósferas. De no obtenerse un valor dentro de este rango habrá que buscar las causas y tomar decisiones.

Por muy limpia y ajustada que estén todas las piezas de la olla (lo cual es necesario), sólo el control de la presión garantiza su óptima operación de diseño. Presiones menores (lo cual es muy frecuente) implican un consumo excesivo e innecesario de combustible o energía.