El Comandante
Pancho
José
Ángel
Sotolongo Pérez
Director
del Centro
de Aplicaciones Tecnológicas
para el Desarrollo Sostenible (CATEDES).
Presidente de CUBASOLAR
en Guantánamo.
Tel.: 326489 y 325241.
E-mail: sotolongo@
cubasolar.co.cu
El ecologista
mayor de Guantánamo: por sus méritos y sensibilidad
hacia la naturaleza y el hombre.
|
|
 |
Todo el pueblo lo
llama con respeto y cariño Comandante Pancho, guerrillero del Segundo
Frente Oriental Frank País, General de División, Héroe
de la República de Cuba e Investigador Adjunto del CITMA, por sus
méritos extraordinarios en la guera contra el régimen batistiano,
en acciones internacionalistas y en la construcción del socialismo.
El Comandante Pancho es, también, un baluarte de la lucha contra
la desertificación y la sequía y un ejemplo de la voluntad
del hombre para mitigar los efectos de ese flagelo en nuestro país.
Mi primer encuentro con Francisco González López nunca lo
olvidaré. A principio de la década de los ochenta yo era
un joven ingeniero recién graduado por la Revolución, y
ponía todo mi empeño y entusiasmo por el desarrollo de la
electrificación en el territorio de la más oriental de las
provincias cubanas, cuando entró en mi oficina el entonces viceministro
del MINAGRI indagando por los trabajadores de la Organización Básica
Eléctrica de Guantánamo que construían la línea
de 33 kV hasta el municipio de San Antonio del Sur, quienes por descuido
habían destruido algunas posturas recién reforestadas en
la franja costera Sur, o semidesierto cubano, como resultado de no tomar
las medidas técnico-organizativas para efectuar la instalación
de los nuevos conductores sin destruir la naturaleza.

Su reclamo no se hizo
esperar, con firmeza, como corresponde a un hombre de su condición,
pero no hubo maltrato ni rudeza; explicó pausada y sabiamente,
como verdadero maestro. Preguntó si sabíamos cuánto
había costado reforestar esa pequeña zona; si conocíamos
cuántos años tendrían que pasar para recuperar esos
suelos, convertidos en un semidesierto por la acción depredadora
del hombre. Después de una explicación convincente y detallada,
la conversación devino un compromiso de todos los trabajadores
involucrados para convertirnos en firmes defensores del medio ambiente
y sumarnos a la lucha que ya entonces este hombre, amante de la naturaleza,
definía como una de las principales tareas de todo revolucionario.
Han pasado dos décadas y su lucha no ha cesado, convencido de lo
útil de su labor. No se cansa de explicar la importancia que tienen
los bosques, cómo acometer el manejo y conservación de una
cuenca, cómo efectuar las mejores asociaciones permaculturales
de cultivos, invocar por el verdadero desarrollo sostenible o la introducción
de las fuentes renovables de energía, u oírle dignificar
el trabajo del campesino sabio, ese que no aplica ninguna fuerza que afecte
la naturaleza para obtener rendimientos de hasta 17 500 quintales por
caballería, como ocurre en la Granja Estatal de Nuevo Tipo, de
Yateritas, donde existe el objetivo de sus directivos y trabajadores de
convertir el desierto en un jardín productivo, a partir de la aplicación
de los adelantos de los científicos, para demostrar que en Cuba
la lucha contra la desertificación también será una
batalla victoriosa de la Revolución.

Recientemente tuvimos
la satisfacción de observar en un recorrido por la zona cómo
aquel bosque se salvó y cómo comienzan a formarse los suelos,
se frena la erosión y se crea una franja hidrorreguladora alrededor
del río Yateritas, y el regreso de las aves, esas que con sus cantos
embellecen la vida.
Todo se conjuga
para ofrecer un paisaje lleno de optimismo en esa zona semidesértica.
Entonces comprendí la importancia de que existan muchos ecologistas
como el Comandante Pancho; igual satisfacción se siente al ver
a los niños de la escuelita de El Naranjo, de Baitiquirí,
difundir todo lo aprendido como consecuencia del trabajo de educación
ambiental que llevan a cabo especialistas de la Estación Ecológica
de Monitoreo de la Franja Costera Sur, o aquel encuentro inolvidable con
los trabajadores jubilados convertidos, por derecho propio, en fervientes
ecologistas.
Por eso, Maestro-Comandante Pancho, mucho vale tu esfuerzo y dedicación
por salvar el planeta.
|