Energía
e indicadores
de desarrollo energético sostenible
Sergio Corp Linares
Doctor en Ciencias Técnicas.
Especialista en energías renovables,
de CUBAENERGÍA.
Miembrode CUBASOLAR.
Tel. (537) 2025531-39 (ext. 353).
E-mail: sergio@cien.energia.inf.cu
¿Cómo definir los beneficios
sociales que aporta cada
kilowatt-hora generado?
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Para la producción del pan, una de las ancestrales actividades
cotidianas del hombre, se emplean varias técnicas
y tecnologías energéticas.
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La energía es la capacidad que portan los
subsistemas de la naturaleza, que es la base del desarrollo y el crecimiento
de los seres vivos y la sociedad.
Sin la ayuda del conocimiento de la energía el hombre comenzó
a usar su propia energía y a transformar su entorno. Los primeros
hombres de ciencia, llamados así en nuestros días, fueron
inicialmente excelentes y persistentes observadores de la actividad de
la naturaleza: descubrieron la fuerza del viento, las potencialidades
del Sol y el efecto de las lluvias. El carácter cíclico
de estas manifestaciones permitió aumentar los descubrimientos.
Surgieron los conceptos de velocidad, energía cinética,
altura y energía potencial. Se fundaron ciencias como la mecánica
y la química, y el estudio de la electricidad, el magnetismo y
el calor. El conocimiento sobre este último fenómeno se
desarrolló gracias a la invención del termómetro
y fue monopolizada por los químicos y la medicina. Inicialmente
el calor se concibió como una sustancia denominada calórico
y no como una energía en transición.
Durante el período renacentista el desarrollo del arte y la ciencia
originó nuevos retos en el campo de la energía. Con la aparición
de la máquina de vapor en el siglo xviii, empleada para bombear
el agua de las minas, los conceptos de calor y trabajo debieron ser empleados
para explicar el principio de las máquinas térmicas. Esto
no ocurrió hasta el año 1824 en que surge una nueva ciencia,
la termodinámica, capaz de fundar las nuevas leyes y conceptos.
Este proceso se debe en gran medida a los esfuerzos del ingeniero francés
Sadi Carnot, en el siglo xix, quien estableció el principio de
conservación de la energía y enunció el segundo principio
de la termodinámica. Sus manuscritos fueron quemados después
que muere de cólera y la ciudad de París había sido
invadida por esa enfermedad.
Magnitud
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Nombre
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Símbolo |
Longitud
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metro
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m |
Masa
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kilogramo |
kg |
Tiempo |
segundo |
s |
Intensidad de
corriente eléctrica |
amperio |
A |
Temperatura
termodinámica |
kelvin |
K
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Cantidad
de sustancia |
mol
|
mol |
Intensidad
luminosa |
candela |
cd |
Unidades básicas
del Sistema Internacional de unidades (SI).
La necesidad de expresar adecuadamente
las magnitudes provocó que se perfilaran los sistemas de unidades,
lo que conduciría con posterioridad al análisis dimensional
como forma de comprobación de las relaciones matemáticas
obtenidas por diferentes vías.
Durante la Revolución Francesa se creó el sistema métrico
decimal de unidades (MKS), que a mediados del siglo xix comenzó
a difundirse y a legalizarse en numerosos países. Como se sabe,
los sistemas de unidades parten de la primera ley de Newton, afectada
inversamente por un coeficiente de proporcionalidad. El Sistema Internacional
de unidades (SI) adoptado en la XI Conferencia General de Pesas y Medidas,
en 1960, se ratificó en la decimoctava sesión en el año
1987; tiene siete unidades básicas y otro grupo suplementario
y es el sistema oficial vigente en Cuba.
Se ha legado entonces una fuente científico-técnica imprescindible
que de forma confiable el hombre moderno emplea para continuar el desarrollo.
Así, cuando analizamos la aplicación de una metodología
de cálculo para la solución de un problema, observamos
que el valor numérico está acompañado de la unidad
de medida, y el resultado confirma la capacidad de uso o instalada por
dicho sistema.

La valoración de los resultados de la actividad productiva debe
realizarse
no sólo medianteindicadores técnico-económicos,
sino también con los índices
del impacto social y medioambiental.
También el empleo de indicadores técnico-económicos
y de los índices de utilización de capacidades empleados
en empresas relacionadas con actividades productivas, de proyecto e
investigaciones, establecen cuál debe ser la producción
de un artículo determinado, o el dimensionamiento y el equipamiento
necesarios de una instalación.
Por otra parte, en el área económica también son
utilizados indicadores de costo, que exponen desde el resultado de un
balance hasta la eficiencia de una inversión.
Esto nos lleva a realizar un análisis cualitativo sobre la aplicación
de una de las fuentes renovables de energía; nos referimos en
este caso a cómo puede asumirse la introducción de una
instalación fotovoltaica.
Debido a la acumulación de conocimientos, para un especialista
actual el cálculo de una instalación fotovoltaica no es
una tarea de gran envergadura; algo mucho más complicado es la
obtención de las obleas, así como la construcción
del panel solar, aunque para las empresas dedicadas a esta actividad
ya se ha convertido en una práctica explorada y segura, a un
relativo elevado costo que no permite que el kilowatt-hora aún
sea competitivo, por lo que adquieren mayor aplicación en las
comunidades aisladas ubicadas lejos de la red del Sistema Electroenergético
Nacional, debido a la reducción del costo por no implicar la
extensión del tendido eléctrico.
El montaje de una instalación fotovoltaica tiene también
su propio grado de complejidad, pero no es comparable con la construcción
de las grandes fábricas del sector industrial. La puesta a punto
del sistema exige mayor trabajo en la comprobación de los parámetros
del regulador de carga, y en general las relativas dificultades que
pueden aparecer son superables con rapidez.
Por esta razón, la aplicación de los índices técnico-económicos
expone que el costo de la energía producida es superior a los
0,20 USD/kWh y que, además, está en desventaja al compararlo
hasta con el valor máximo empleado en el sector hotelero en el
horario pico de demanda eléctrica, que es de 0,17 USD/kWh. Debido
a que no existe ahorro de energía, el tiempo de recuperación
de la inversión es lo suficientemente largo como para no resultar
atractivo, y es aquí donde una estrategia adecuada, que incluya
el subsidio, pudiera lograr costos efectivos para estas instalaciones.
A pesar de toda la información brindada, ¿qué efecto
tiene sobre la población la energía producida?, ¿en
cuánto ha mejorado el desarrollo de la actividad humana?, ¿qué
niveles de actividad económica se necesitan para desarrollar
dicha fuente de energía? Al responder estas preguntas nos damos
cuenta de que el reconocimiento del impacto social de un sistema energético
necesita de un análisis particular y que, a su vez, las respuestas
están involucradas con la dimensión económica del
propio sistema.
Es evidente, entonces, que la valoración de los resultados mediante
los índices técnico-económicos no está expresada
integralmente, por lo que es imprescindible la incorporación
de los índices de impacto social, económico y medioambiental.
Indicadores para el desarrollo energético
sostenible
La Agenda 21 de la Declaración de Río sobre Medio Ambiente
y Desarrollo fue adoptada por las Naciones Unidas en 1992 y tiene en cuenta
las cuatro dimensiones de la sostenibilidad, con un significativo interés
en el área energética, abarcando los aspectos social, económico,
ambiental e institucional.
La XIX sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas,
en 1997, enfatizó la importancia del desarrollo energético
sostenible (SED) y seleccionó como temas sectoriales atmósfera-energía,
y como sectores económicos la energía y el transporte, para
la IX Sesión de la Comisión sobre Desarrollo Sostenible
(CSD), de abril de 2001.

La Organización de las Naciones Unidas promueveun programa sobre
los indicadores de desarrollo sostenible que involucra a los estados miembros
y varias organizaciones e instituciones internacionales.
Aunque el desarrollo sostenible tiene amplitud de objetivos,
se instó a la creación de un juego de indicadores para medir
y monitorear los cambios y el progreso que tiene lugar con la implementación
de las nuevas metas.
Comenzó en 1995 el Programa de Trabajo de las Naciones Unidas sobre
Indicadores de Desarrollo Sostenible (WPISD), que cubre las cuatro dimensiones
definidas y comprende algunos índices de contenido energético.
Se incluyeron en esto la Organización para la Cooperación
Económica y Desarrollo (OECD); EUROSTAT, que ha trabajado en los
indicadores medioambientales, y la División de Desarrollo Sostenible
del Departamento Económico y de Asuntos Sociales de las Naciones
Unidas.
La implementación completa de la Agenda 21, su programa de aplicación
y los compromisos de los principios de Río se reafirmó finalmente
en la Cumbre del Mundo sobre Desarrollo Sustentable (WSSD) desarrollada
en Johannesburgo, Sudáfrica, del 26 de agosto al 4 de septiembre
de 2002.
Continuidad
A partir de la comprensión del problema la Agencia Internacional
de Energía Atómica (IAEA) creó el proyecto Desarrollo
de indicadores para el desarrollo energético sostenible (ISED);
forma parte del programa de trabajo del desarrollo energético sostenible
y tiene como principales objetivos brindar los indicadores generales que
deben ser desarrollados por el Programa de Trabajo de las Na
ciones Unidas
sobre Indicadores de Desarrollo Sostenible, y hacer posible el uso de
los indicadores para el desarrollo energético sostenible, efectuando
las modificaciones en la base de datos y herramientas de análisis
de la Agencia Internacional de Energía Atómica, que hagan
más sensibles los problemas del desarrollo energético sostenible.
Estos han sido controlados por expertos de organizaciones internacionales
como la UNESCO y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), entre otras.
Después de declarar dieciséis problemas fundamentales en
las cuatro dimensiones sostenibles, se estructuró un modelo a partir
del concepto causa-síntoma-solución que permite establecer
una relación de los indicadores para el desarrollo energético
sostenible, y se confeccionó una lista de cuarenta y un indicadores.
Respondiendo a los objetivos de la Agenda 21, se han establecido vínculos
de trabajo con varias instituciones:
Agencia Internacional de Energía (IEA): Análisis de indicadores
de energía y eficiencia energética. Desarrolló el
modelo de indicadores energía-emisiones.
Organización para la Cooperación Económica y Desarrollo
(OECD): Han sido iniciadores en el área de indicadores ambientales,
y desarrollaron un juego de cincuenta indicadores y el modelo presión-condición-respuesta
para categorizar indicadores ambientales. En 1998 comenzó un proyecto
relacionado con el desarrollo sustentable.
Naciones Unidas: La Comisión sobre Desarrollo Sostenible desarrolló
una lista de 134 indicadores, empleando el término dirección
de fuerzas (DF) en lugar de presión, y abarca el impacto de la
actividad humana, evaluado por veintidós países. En acuerdo
con la Agencia Internacional de Energía Atómica, la ONU
desarrolló siete indicadores para problemas ambientales relacionados
con la radioactividad. En 1998 se identificaron cuarenta y tres indicadores
y un núcleo provisional de diecisiete para medir modelos de producción
y consumo.
  

Siempre habrá que hacer un análisis de las implicaciones
sociales, económicas, ambientales
e institucionales de cada tecnología aplicada a la solución
de los problemas humanos.
Unión
Europea: La Oficina Estadística de la Unión Europea (EUROSTAT)
y la Agencia Europea de Medioambiente (EEA) han desarrollado indicadores
ambientales y colaboran para desarrollar un juego de indicadores de eficiencia
energética.
Trabajo futuro
El área de prioridad futura del trabajo de los indicadores para
el desarrollo energético sostenible está en la implementación
de sistemas de datos de alta calidad, incluyendo las agencias de energía
y de energía atómica, y la actividad de instituciones gubernamentales
y oficinas de estadística de diferentes países, así
como de relevantes organizaciones regionales, como la OLADE.
Cómo se inserta Cuba en este escenario
A partir de la Agenda 21 de la Cumbre de Río de Janeiro, la Comisión
de Desarrollo Sostenible (CSD) de Naciones Unidas, la Agencia Internacional
de Energía (IEA) y el Organismo Internacional de Energía
Atómica (OIEA) han trabajado en la selección de los indicadores
de desarrollo sostenible que permitan evaluar las dimensiones sociales,
económicas y ambientales del desarrollo.
Entre sus acciones, el Organismo Internacional de Energía Atómica,
auxiliado por grupos de expertos, elaboró y presentó una
lista de indicadores de desarrollo energético sostenible, la cual
posteriormente fue sometida a una prueba informal con grupos voluntarios
de analistas energéticos de quince países, entre los que
se incluye Cuba. Para esta prueba los indicadores fueron desagregados
y se solicitó a los países que suministraran datos del año
1995 para cerca de doscientos indicadores.
El
objetivo era determinar cuántos indicadores podían
ser evaluados con un esfuerzo razonable y conocer las capacidades
estadísticas de distintos países.
Los especialistas
del actual Grupo de Planificación Energética de la
División de Energía de CUBAENERGÍA, perteneciente
al CITMA, participaron en dicha prueba informal y brindaron además
sus observaciones y sugerencias sobre los indicadores propuestos.
Actualmente este grupo participa en el Programa Coordinado de Investigación
del Organismo Internacional de Energía Atómica, Indicadores
para el Desarrollo Energético Sostenible, el cual en la primera
etapa ha evaluado la política energética llevada a
cabo en el país durante la década de los noventa,
mediante el uso de los indicadores de desarrollo energético
sostenible.
Este trabajo
se inscribió como Iniciativa Tipo II en la reciente Cumbre
de Johannesburgo. |
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Cuba se inserta en la búsqueda
de soluciones para el desarrollo energético sostenible en
su dimensión mundial, y expone sus logros y política
estatal en relación con este tema.
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En estos momentos se trabaja para conformar indicadores adicionales que
permitan medir el impacto social del desarrollo alcanzado por la sociedad
cubana, introducir cambios en nuestro sistema estadístico que posibilite
captar la información necesaria y utilizar estos indicadores para
evaluar escenarios de desarrollo energético del país.
La continuidad de este trabajo en la obtención de indicadores de
desarrollo sustentables permitirá definir a corto plazo cuánto
realmente representa para el desenvolvimiento de la sociedad una fuente
energética, o dicho en pocas palabras, cuáles son los beneficios
sociales que aporta cada kilowatt-hora generado.
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