La era fatal del petróleo


Fidel Castro Ruz

Fragmento del discurso pronunciado por el Comandante en Jefe en la inauguración del segmento de alto nivel del VI Período de Sesiones de la Conferencia de las Partes
de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación
y la Sequía. La Habana,
1ro. de septiembre de 2003.

 

Bajo los designios y la ideología de un orden económico diabólico y caótico, las sociedades de consumo en cinco o seis décadas más habrán agotado las reservas probadas y probables de combustibles fósiles y habrán consumido en sólo 150 años lo que el planeta tardó 300 millones de años en crear.

No existe siquiera una idea coherente y clara sobre la energía que moverá los miles de millones de vehículos motorizados que inundan ciudades y carreteras de los países ricos, e incluso de muchos del Tercer Mundo. Es la expresión cabal de un modo de vida y de consumo absolutamente irracional, que no podrá servir jamás como modelo a los 10 mil millones de personas que se supone habitarán el planeta cuando la era fatal del petróleo haya concluido.

Tal orden económico y tales modelos de consumo son incompatibles con los recursos esenciales limitados y no renovables del planeta y con las leyes que rigen la naturaleza y la vida. Chocan también con los más elementales principios éticos, la cultura y los valores morales creados por el hombre.

Continuemos sin desaliento ni vacilación nuestra lucha, profundamente convencidos de que si la sociedad humana ha cometido colosales errores y aún los sigue cometiendo, el ser humano es capaz de concebir las más nobles ideas, albergar los más generosos sentimientos y, superando los poderosos instintos que la naturaleza le impuso, es capaz de dar la vida por lo que siente y lo que piensa. Así lo ha demostrado muchas veces a lo largo de la historia.

¡Cultivemos esas excepcionales cualidades y no habrá obstáculo que no pueda ser vencido, y nada que no pueda ser cambiado!


¡Arpa soy, salterio soy
Donde vibra el Universo:
Vengo del sol, y al sol voy:
Soy el amor: soy el verso!
José Martí