A los hermanos españoles




Luis Bérriz

Doctor en Ciencias Técnicas. Investigador Titular de CUBAENERGÍA.
Presidente de CUBASOLAR.
Tel.: (537) 405260,
e-mail: sol@cubasolar.cu

 

Con gran tristeza e indignación hemos recibido la noticia del ataque terrorista en los trenes de Madrid, este 11 de marzo, con la muerte de muchas personas inocentes y las heridas de muchas más. Sin duda, estamos en un mundo enloquecido.

Nosotros, que ya durante cuarenta y cinco años hemos sido víctimas del terrorismo y que cada familia cubana tiene por lo menos un ser querido (hijo, padre, madre, hermano, sobrino, amigo, etc.) asesinado o mutilado por este terrorismo financiado por los distintos gobiernos de los Estados Unidos, comprendemos perfectamente cómo deben sentirse.

Cada vez nos damos más cuenta de la importancia de la lucha de los pueblos, como único camino para salvar el mundo.

El terrorismo moderno, con todas sus características científicas, técnicas y psíquicas,
ha sido creado por el imperialismo para combatir a los pueblos que se rebelan. Los muchos «Osamas Bin Laden» y «Posadas Carriles» que hay en el mundo han sido formados en escuelas en los Estados Unidos o por sus secuaces.

Sabemos perfectamente quién ayudó al gobierno iraquí a invadir a Irán y Kuwait; quién ayuda a los sionistas a asesinar a inocentes palestinos y otros árabes; quién crea las divisiones entre los musulmanes shiítas y sunitas; quién crea las divisiones entre los cristianos, los musulmanes y los creyentes de cualquier religión; quién crea y fomenta las divisiones étnicas en Europa, Asia, África, América y Australia; quién es el que fomenta
la división entre los pueblos con fronteras.

Sabemos perfectamente quién es el que utiliza todos los medios posibles para dividir a los seres humanos, hacerlos asesinos, egoístas, individualistas o insensibles a los dolores de los demás y así convertirlos en sus instrumentos.

Nos es muy difícil entender que hayan ido tantos seres humanos (la mayoría humildes)
de Estados Unidos a matar a millones de niños, mujeres, ancianos y hombres vietnamitas.
No podemos entender cómo muchos alemanes se dejaron engañar por el gobierno de Hitler y mataron a tantos millones de seres humanos e hicieron tantas atrocidades. No podemos entender las masacres de Hiroshima y Nagasaki. No podemos entender los miles de muertos en Yugoslavia. No podemos entender que gente humilde de Estados Unidos, Inglaterra, España y otros países estén masacrando al pueblo iraquí en defensa de los intereses de las grandes transnacionales. No podemos entender que la masacre que está teniendo en este momento en Haití, provocada por los gobiernos de los Estados Unidos
y Francia, a nadie le interese porque está muy lejos y porque para los europeos,
y principalmente para los franceses, los haitianos son salvajes, porque históricamente
no les han perdonado que los negros los hayan sacado de Haití.

Como confiamos tanto en el ser humano, la única explicación que puede tener lo que está pasando en el mundo es que quien gobierna no somos los seres humanos.

El ser humano, que se considera tan inteligente y por lo tanto superior en la naturaleza,
se ha dejado quitar el poder de dirigir y ha aceptado ser gobernado nada más ni nada menos que por el dinero.

Debemos comprender que como seres superiores de la naturaleza, y como parte de ella, nuestro deber es defenderla y luchar por un desarrollo sostenible, y no destruirla.
La insensibilidad también es un crimen.

Todo lo que pase en el mundo tenemos que sentirlo como si estuviera pasando en nuestra propia casa.

Tenemos el deber de unirnos, despertar a los dormidos, sensibilizar a los insensibles, educar a los confundidos y luchar todos por un mundo mejor.

El terrorismo no se combate con terrorismo. El odio no se combate con más odio.
Lo único que puede salvar al mundo es la unión de todos los pueblos, y lo único que puede unir a los pueblos es el amor.

Solo el amor puede salvar el mundo.

Un fuerte abrazo de sus hermanos cubanos.