Brújula solar

Alejandro Montecinos Larrosa
Escritor y periodista. Ingeniero Mecánico y Máster en Ciencias.
Director de la Editorial CUBASOLAR y la revista Energía y tú.
tel.: (537) 2059949.
e-mail: editora@cubasolar.cu

Desde los primeros años estudiantiles nos alertan sobre la inclinación del globo terráqueo en su incesante giro alrededor de su eje, que motiva la necesidad de comprender dos conceptos: el polo geográfico (o polo real) y el polo magnético. El primero alude a los dos extremos del eje de rotación de la Tierra; el segundo, a los dos puntos específicos del campo magnético terrestre, cuyas posiciones varían lentamente dentro de cada una de las regiones polares correspondientes.

   



Estos conceptos tienen un sentido práctico inmediato para orientarnos cuando viajamos o para instalar correctamente algunos dispositivos, como el reloj, el calentador y el secador solares.

El polo norte magnético, de utilidad para los que vivimos en el hemisferio norte, puede ser determinado con ayuda de una brújula magnética convencional; y para determinar el polo norte geográfico los marinos recurren al girocompás, que no resulta afectado por el magnetismo terrestre y consiste en uno o varios giróscopos.

Cuando no se dispone de alguno de estos instrumentos, los que vivimos en el hemisferio norte nos orientamos en el horario diurno por el lugar de aparición del Sol (aproximadamente por el Este, un poco inclinado hacia el Noroeste en verano y hacia el Suroeste en invierno), o por la ubicación de la estrella polar, en las noches diáfanas, que se deja ver cercana al eje norte de la Tierra.

Y existe otro simple procedimiento para determinar el polo norte geográfico en los días soleados, al que denominamos brújula solar, cuyo principio fue enunciado por el arquitecto e ingeniero romano Marco Vitrubio Polión (c. 70 a.C.-c. 25 a.C.): Basta clavar un palo, verificar su perpendicularidad (mediante una plomada) y marcar por la mañana un punto que coincida con el extremo de la sombra que proyecte el palo. Con ayuda de un cordel trazamos una circunferencia con centro en el palo y con un radio desde éste hasta el punto marcado. Después debemos esperar a que en la tarde la sombra del palo vuelva a coincidir con algún punto de la circunferencia. Lo que resta es trazar la bisectriz desde los puntos marcados para definir el polo norte geográfico.

Para determinar el polo norte magnético sólo debemos conocer el ángulo formado entre el meridiano magnético y el meridiano verdadero, también llamado variación magnética.