El
Camino del Sol y la Revolución Cubana
en el siglo XXI
Este
material ha sido elaborado para demostrar la importancia del uso
de las fuentes renovables de energía (FRE)
y llamar la atención sobre las facilidades y oportunidades
que solamente posee Cuba para perfeccionar su Sistema Electroenergético
Nacional (SEN)
y brindar otro contundente ejemplo a la humanidad en relación
con los cambios trascendentales que necesita y son posibles.
Por
Enrico Turrini |
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Hoy vivimos en un
mundo dominado por la ideología equivocada del neoliberalismo,
en el cual el desequilibrio entre el Norte y el Sur se hace siempre más
grande. Las fuentes convencionales de energía (fósiles y
nucleares), que deberían brindar vida y bienestar a la sociedad
humana, se encuentran aceleradamente en fase de extinción, a lo
que hay que sumarle la predicción de que en menos de una década
su demanda superará la oferta debido principalmente al uso dispendioso
que hacen de ellas los países del Norte, lo que las convierte siempre
más en un caos económico para los países subdesarrollados
y en fuentes de guerra para los poderosos, que quieren tenerlas en sus
manos. Como si esto fuera poco, la industria energética actual
es la principal fuente de destrucción de nuestro planeta, por su
agresiva contaminación del medio ambiente.
Por lo tanto, el mundo necesita un cambio en su política energética
actual para evitar la especulación, las presiones políticas,
la inestabilidad y el empobrecimiento de los países del Sur, y
la destrucción de la humanidad.
Cuba tiene todas las facilidades y oportunidades, y puede convertirse
en un ejemplo de este cambio y así mostrar una señal en
un nuevo camino, en el que un mundo nuevo es posible.
Este ejemplo es realizable
si se perfecciona el actual SEN, transitando principalmente por el camino
del Sol, al privilegiar la eficiencia energética y la utilización
de las fuentes renovables de energía, y demostrar a la humanidad
que es posible desarrollar un sistema energético sustentable, que
evidencia que nuestro planeta puede salvarse, tener un futuro mejor, más
seguro y más estable.
El reto
Miremos el grano de maíz, tan pequeñito y tan frágil,
del cual habló José Martí. Si él encuentra
un ambiente natural no contaminado por la locura de hombres equivocados,
es decir, si está acariciado por el Sol, que le brinda aire puro,
agua limpia y abundante y tierra fértil, crece mucho y se transforma
en una planta que se desarrolla y fructifica, y es capaz de brindar energía
sana a otros seres. Esto es un ejemplo de desarrollo en dirección
a la vida, de desarrollo sostenible. ¿Cómo puede la sociedad
humana desarrollarse como aquel grano de maíz de manera sostenible,
logrando que todos los hombres tengan condiciones de vida sana (alimentación,
escuelas, hospitales, viviendas, medios de transporte, sistemas para alumbrar,
alimentación, etc.), y al mismo tiempo cuidar la vida de la naturaleza?
En otras palabras, ¿cómo puede la sociedad humana brindar
energía positiva permitiendo a todos los hombres y a todos los
seres una vida digna hoy, y todavía más mañana?
Un camino
agotado (necesidad de un cambio)
Para contestar la pregunta hace falta ante todo darse cuenta de que la
elección energética actual es un camino agotado que necesita
ser cambiado. Este camino es hijo de la revolución industrial iniciada
en la segunda mitad del siglo xviii con la máquina de vapor de
James Watt. Para su funcionamiento se empezó a utilizar carbón
de madera y enseguida el carbón de piedra, el petróleo y
el gas. Se entró así poco a poco en la era fósil
(hoy representa aproximadamente 80 % de la energía primaria en
el mundo), con el complemento de la energía nuclear a partir de
la segunda mitad del siglo xx.
Una elección energética en total acuerdo con la ideología
del neoliberalismo, hoy predominante en el mundo, que desgraciadamente
tomaron también los antiguos países socialistas (URSS, etcétera),
traicionando así la ideología socialista muy lejana de este
tipo de elección (recordemos al Che, siempre vivo y presente, cuando
expuso consideraciones críticas sobre el campo socialista europeo
por haber «hibridizado el sistema utilizando las armas melladas
del capitalismo»), como puede verse enseguida al examinar las características
principales de la elección fósil-nuclear:
1. Agotamiento
de estas fuentes de energía.
Los combustibles fósiles, acumulados en las entrañas de
nuestro planeta en tiempos muy largos de millones y millones de años,
tomando en cuenta la continua subida de los gastos energéticos,
se agotarán en unas decenas de años o a lo mejor en cien
o doscientos años. Incluso, el combustible nuclear empleado en
reactores nucleares convencionales, si se utilizase para satisfacer todas
las necesidades de la humanidad al ritmo de consumo actual, se agotaría
en sólo treinta o cuarenta años.
2. Destrucción
de la vida en nuestro planeta.
El uso de los combustibles fósiles produce, como sabemos, el efecto
invernadero (en el siglo xx la temperatura media aumentó 0,6 °C,
y la sequía muy fuerte de los últimos años y en particular
de este año habla claro) y las lluvias ácidas con la destrucción
de forestas, la muerte de la fauna acuática, etc. Las centrales
nucleares producen plutonio y otros productos radioactivos con una vida
media de diez mil y veinte mil años, que contaminarían el
medio ambiente aún si funcionaran normalmente.

La demanda de petróleo superará la oferta
dentro de una década,
principalmente por el uso dispendioso que de él hacen los países
del Norte.
En caso de accidentes
los daños son catastróficos (ver, por ejemplo, Chernobil).
La fusión nuclear contamina también el medio ambiente por
la emisión de radiaciones nucleares debido a la producción
de tritio, y por la gran producción de energía térmica
debido a la necesidad de construir, por razones técnicas, centrales
diez veces más grandes que las actuales megacentrales de 1 000
MW. Además, los sistemas energéticos fósiles y nucleares
son grandes consumidores de agua, que se emplea en las fases de extracción
del combustible y de producción de energía eléctrica.
No es por casualidad que el Norte del mundo gasta casi 90 % del agua disponible
y cada año millones de hombres en el Sur del mundo padecen de falta
de agua.
3. Concentración
de las fuentes energéticas.
Se trata de fuentes de energía concentradas en algunos lugares
del planeta y que entonces se quedan fundamentalmente en las manos de
poderosas trasnacionales del Norte. Una pequeña parte de la humanidad
goza de estas fuentes y a la gran mayoría les falta casi todo,
como se puede apreciar en un mapa de nuestro planeta, donde se ven los
pueblos que tienen luz eléctrica y los que no la tienen. Los grandes
países productores de petróleo están bajo chantaje
de los poderosos (Arabia Saudita, esclava de Estados Unidos; Irak, destruido
por una guerra sin fin; Venezuela, que por su nuevo curso revolucionario
está bajo riesgo de medidas punitivas en relación con el
petróleo por parte de los Estados Unidos). En fin, la concentración
de los combustibles en la profundidad de la tierra provoca un fuerte despilfarro
de energía en la fase de extracción y en el transporte a
veces por miles y miles de kilómetros.
4. Conexión
civil-militar.
Las centrales nucleares de fisión y fusión para la producción
de energía eléctrica permiten también la producción
de armas nucleares, con la consecuencia del aumento de las sospechas entre
diferentes naciones de la posibilidad del robo de material radioactivo,
de ataques armados, etc. Se trata de peligros reales muy grandes que hoy
se multiplican y se hacen más frecuentes en el mundo incivilizado
y neoliberal que encabeza Estados Unidos.
5. Tiempos
largos para la realización de centrales termoeléctricas
convencionales.
Incluso cuando se disponga de los componentes necesarios, la construcción
de megacentrales termoeléctricas fósiles necesita unos años
de trabajo. En el caso de megacentrales termoeléctricas nucleares
son necesarios diez años y más.
6. Aspectos
económicos: costos reales mucho más elevados que los declarados.
Muchas veces no se toman en cuenta los costos de extracción y de
transporte, y nunca se consideran los costos militares para controlar
las vías de acceso a los combustibles y las guerras para apoderarse
de las fuentes y reservas de combustible (por ejemplo, la guerra contra
Irak), que harían duplicar e incluso triplicar su precio. Además,
se deberían añadir costos muy altos debido a la destrucción
del medio ambiente. En fin, se deben considerar los costos referentes
a los subsidios públicos, que ascienden en el mundo a más
o menos trescientos mil millones de dólares cada año.
Resumiendo, se puede afirmar
que la elección fósil-nuclear que ha pretendido promover
el desarrollo de la sociedad humana, es uno de los elementos que más
aporta al desequilibrio social, siempre más profundo entre el Norte
y el Sur, y al desequilibrio medioambiental: se trata de un desarrollo
que coadyuva, incrementa y conduce al subdesarrollo. Por lo tanto, hace
falta un cambio radical en la política energética mundial.
La humanidad debe tener el coraje de salir de la era de los fósiles
y de la nuclear porque, como expresó de manera muy lógica
Albert Einstein, «no es posible resolver un problema utilizando
las mismas medidas que provocaron aquel problema».
Un camino
sustentable (hacia el cambio radical)
La única salida posible es hacer una elección energética
de acuerdo con las leyes de la naturaleza, las que brindan a todos los
seres una vida digna sin privilegiar a nadie, tomando «el camino
del Sol hacia un desarrollo sostenible». De ello podemos darnos
cuenta al examinar las seis características principales de la elección
solar:
1. Fuentes
inagotables y abundantes.
Las fuentes renovables de energía, es decir, las solares directas
(solar térmica y fotoeléctrica) e indirectas (viento, agua,
biomasa), nunca se agotan mientras exista el Sol, y son muy abundantes.
Las que podemos utilizar directamente las recibimos en todos los lugares
en cantidades de decenas y decenas de veces más de las que necesitamos,
utilizándolas solo a ellas. Se abre entonces un futuro de esperanza,
bienestar y seguridad para las generaciones de hoy y de mañana.
A continuación se enumeran algunos ejemplos de la utilización
de estas fuentes renovables:
Solares directas:
a) Solar térmica: Calentadores solares, centrales termoeléctricas
solares, equipos que utilizan el gradiente termooceánico, etcétera.
b) Solar fotoeléctrica: Módulos y sistemas fotovoltaicos.
Solares indirectas:
a) Viento: Generadores eólicos de electricidad, molinos de viento
para el bombeo de agua, etcétera.
b) Agua: Centrales hidroeléctricas, arietes hidráulicos,
sistemas de abasto por gravedad, y otros.
c) Biomasa: Cogeneración con la producción de electricidad
y calor, plantas de biogás para diferentes usos, etcétera.
2. Fuentes
que no aportan desequilibrio ambiental.
Desaparecen las causas del efecto invernadero, de las lluvias ácidas
y de las contaminaciones por radioactividad. Se reducen drásticamente
los gastos de agua porque desaparece la fase de extracción de combustible,
«comilona» de agua.
3. Fuentes
distribuidas y disponibles en todo el planeta.
A ningún país y a ningún pueblo le faltan estas fuentes
en forma diversificada (en un lugar hay más Sol, en otro más
viento, en otro más agua y biomasa). Se puede afirmar que se trata
de fuentes en las manos de los pueblos, que no privilegian a nadie; que
permiten la descentralización del poder, el desarrollo de democracias
verdaderas y, otro aspecto fundamental, una independencia real. Además,
el hecho de que se trate de fuentes distribuidas permite evitar los apagones
y el despilfarro de energía en el transporte y por lo tanto favorece
su uso eficiente. La presencia de las fuentes renovables en todos los
lugares produce dos ventajas suplementarias: a igual energía eléctrica
producida, la industria energética solar da trabajo a muchas más
personas que la industria energética convencional (hasta cinco
veces más) y se puede superar la crisis agrícola actual
debida a la fuga de muchos campesinos hacia la ciudad.
4. Conexión
civil-militar.
Por supuesto, con estas fuentes ese peligro es inexistente. Además,
se protege la vida del pueblo porque, debido a la distribución
de las fuentes de energía en todo el territorio, el enemigo no
puede paralizar todo un país con unos ataques militares concentrados.
5. Tiempos
cortos para la instalación de sistemas de producción de
energía eléctrica.
A diferencia de los sistemas convencionales, los sistemas solares, una
vez que se tengan los componentes, presentan la ventaja considerable de
que no necesitan tiempos largos para su instalación (normalmente
unos meses).
6. Aspectos
económicos.
Si se consideran los gastos mencionados en el punto 6 de las características
de la elección fósil-nuclear, gastos que prácticamente
no existen en el caso de la elección solar, se puede afirmar que
ya hoy la mayoría de las fuentes renovables son competitivas con
las fuentes convencionales. En este sentido hace falta recordar que los
subsidios públicos para la promoción de las fuentes renovables
llegaron a un total de cincuenta mil millones de dólares a nivel
mundial distribuidos en los últimos veinte años, o sea,
2 500 millones de dólares por año versus 300 000 millones
de dólares por año para las energías convencionales.
Cuba
y su papel histórico
Cuba ratifica e incrementa cada día su papel histórico ante
la humanidad, brindando ejemplos solo alcanzables en una sociedad socialista
en perfeccionamiento. Su sistema de salud, educación, deporte,
su política social, de igualdades y oportunidades para todos, la
atención priorizada a niños, jóvenes y discapacitados,
su empeño actual por convertirse en uno de los pueblos más
cultos del mundo, su altruismo, su desinterés y su solidaridad
internacionalistas, su ejemplo de dignidad y valentía enfrentando
al Imperio y su resistencia durante 45 años ante el enemigo más
poderoso de la humanidad, no tienen paralelo en la historia.
Por todo lo antes señalado, con el desarrollo científico-técnico
que posee, los cuidados del medio ambiente que muestra y por ser un país
que tiene un papel decisivo en el equilibrio que debe alcanzar el mundo
como visualizó Martí, sumado a los avances que ya muestra
en el uso de las fuentes renovables de energía, estimo que Cuba
es el país con más posibilidades y oportunidades de mostrar
al mundo un sistema energético sustentable, que puede lograrse
en pocos años si se privilegia la utilización de las fuentes
renovables de energía, siguiendo las leyes del camino del Sol.

El uso eficiente de la biomasa puede sustituir grandes
cantidades
de petróleo para la generación de electricidad y la cocción
de alimentos.
Además, en
la querida islita socialista del Caribe en estos últimos años
ha tenido lugar una verdadera «alfabetización solar».
Es suficiente tomar en cuenta entidades como el Centro de Investigaciones
de Energía Solar (CIES) de Santiago de Cuba, el Centro Integrado
de Tecnologías Apropiadas (CITA) de Camagüey, el Centro de
Estudios de Tecnologías Energéticas Renovables (CETER) de
La Habana y el Centro de Estudios Solares de Bartolomé Masó,
entre otros; grupos industriales como EcoSol Solar, de Copextel de La
Habana; la Sociedad Cubana para la Promoción de las Fuentes Renovables
de Energía y el Respeto Ambiental, CUBASOLAR (que en noviembre
de este año cumple diez años de vida); el Centro de Gestión
de la Información y Desarrollo de la Energía (CUBAENERGÍA);
las cátedras de Energía Solar y de Educación Energética,
y el aporte a estas problemáticas por los ministerios de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), del Azúcar (MINAZ),
de Educación (MINED) y Educación Superior (MES), y el Frente
de Energías Renovables (FER), que creó el Comité
Ejecutivo del Consejo de Ministros.
Ya Cuba cubre entre 25 y 30 % de sus gastos energéticos con fuentes
renovables, sobre todo biomasa cañera, pero también utiliza
las energías eólica, hidráulica, solar térmica
y fotoeléctrica (2 364 escuelas, más de 1 800 salas de vídeo
y más de 400 casas del médico de la familia y hospitales
rurales están equipados con módulos fotovoltaicos, a lo
que hay que añadirle el proyecto de electrificación con
esta tecnología de alrededor de cien mil viviendas aisladas). Ya
funcionan fábricas de calentadores solares y una de módulos
fotovoltaicos en Pinar del Río, un parque eólico demostrativo
en la Isla de Turiguanó con una potencia de 450 kW, y hay ejemplos
de arquitectura bioclimática, como la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos,
que permite evitar gastos energéticos.
Cuba puede llegar a cubrir 100 % de sus necesidades energéticas
con las fuentes renovables de energía, en unas decenas de años.
El potencial hidroenergético estimado es de unos 350 MW y el potencial
eólico, de unos 400 MW (sobre todo en la costa norte de la Isla).
La biomasa mediante el empleo intensivo del bagazo y con la utilización
de plantas como la Jatropha curcas, estaría en condiciones de sustituir
grandes cantidades del petróleo utilizado para la generación
de electricidad. Los sistemas solar térmico y el fotovoltaico pueden
desarrollarse mucho, pues la radiación solar tiene un valor energético
de unos 5 kWh/m2 al día, y la energía del gradiente termooceánico
provocado por el calentamiento solar de las capas superiores de los mares
es muy alto (entre 15 y 20 °C con profundidades de 700 a 1 000 m bajo
el nivel del mar).
A mi juicio, en una primera etapa y dependiendo de las posibilidades financieras,
las fuentes más prometedoras a seguir desarrollando por el país
pueden ser la eólica, la biomasa, la hidráulica y la térmica
(calentadores solares). No se menciona la fotovoltaica por formar parte
de los programas actuales.
Sugerencias
para incrementar el uso de las FRE en Cuba
Por supuesto, sería de fundamental importancia que se asuman las
fuentes renovables de energía (FRE) con verdadera mentalidad solar
y no que se quedase solo en los aspectos técnicos, como acontece
a menudo en grupos del «Primer Mundo», promotores de la energía
solar, pero que se dejan contaminar por la mentalidad del neoliberalismo,
muy lejana de lo que nos transmite el Sol.
En primer lugar, se debe evitar el despilfarro de energía, orientándose
hacia la sobriedad tanto a nivel público como privado: reciclaje,
ahorro de energía, uso en lo posible de los medios públicos
de transporte (ferrocarril, autobuses) sobre los individuales, etcétera.
En segundo lugar, se deben utilizar las FRE de manera correcta. A continuación
se mencionan unos ejemplos:
Se debe evitar la concentración de energía, utilizándola
directamente en el lugar donde se produce no muy lejos (potenciar los
recursos locales). Por ejemplo, las megacentrales hidroeléctricas
hacen daño a la naturaleza, sea localmente, por la destrucción
de la vegetación, o a distancia por las líneas eléctricas
a muy alto voltaje (hasta 360 000 V) que producen contaminación
electromagnética. Cuba ya avanza en la «municipalización
de la universidad», lo que puede ser un estímulo para la
«municipalización de la energía».
Es oportuno estudiar nuevas técnicas solares, por ejemplo, en relación
con las celdas fotovoltaicas, aplicando con sabiduría las leyes
de la fotosíntesis, etc. Se pueden obtener eficiencias impensables
(hasta 40 o 50 %).
Muy importante es la integración de los módulos fotovoltaicos
y colectores solares a los techos. Los primeros también pueden
integrarse a las fachadas y ventanas.
Donde hay viento constante (entre 5 y 6 m/s) es posible y conveniente
instalar parques eólicos para la producción de electricidad
con aerogeneradores de potencia entre unas decenas de kilowatts y varios
megawatts.
El agua de los ríos ya se utiliza en minicentrales que preservan
el equilibrio del medio ambiente. Se puede también aprovechar,
donde exista la posibilidad, la energía de las mareas, las olas,
las corrientes marinas, etc.
Igualmente es importante utilizar la biomasa para producir electricidad,
biogás, etc., pero de manera correcta. Se sabe que en el mundo
falta tierra cultivable para la alimentación de los hombres y de
los animales. Entonces, es un grave error utilizar tierras cultivables
exclusivamente para producir combustible. Muy correcta, al contrario,
es la utilización de los desechos de productos agrícolas
como combustible (por ejemplo, el bagazo) o de plantas que revitalizan
zonas desérticas (por ejemplo, Jatropha curcas).
Vale la pena impulsar la producción de hidrógeno solar a
partir, por ejemplo, de la electrólisis del agua empleando energía
eléctrica producida por FRE, un combustible totalmente limpio,
utilizable directamente o en las celdas de combustible, sobre todo para
el desarrollo del transporte público.
Un lugar importante en la elección solar lo tiene la arquitectura
bioclimática: en los países fríos para reducir hasta
evitar el uso de combustible para calentar los edificios; en los países
del Sur se puede evitar o minimizar la utilización de acondicionadores
de aire.
Otros aspectos muy importantes y en los que Cuba pudiera avanzar rápidamente
están vinculados con la creación de las bases institucionales,
legislativas e incentivos económicos vinculados a las FRE, e incentivar
también programas y proyectos que permitan conocer aún más
los potenciales eólicos, hídricos, termooceánicos,
de la biomasa, etcétera, así como la creación, transferencia
y adopción de tecnologías vinculadas al uso de las FRE.
De fundamental importancia es tomar las medidas necesarias para que las
multinacionales de las energías convencionales (por ejemplo, Shell)
no logren apropiarse de las FRE.
El hecho de que las energías renovables sean descentralizadas ya
es una gran ayuda en este sentido. Pero hace falta evitar que estas multinacionales
se hagan dueñas de tecnologías solares estandarizadas para
todos los lugares. Incluso, en este caso las fuentes solares nos ayudan
porque pueden funcionar bien solo con tecnologías adecuadas a las
características ambientales, culturales y sociales del lugar donde
se utilizan.
Es entonces importante desarrollar en cada lugar las tecnologías
solares apropiadas, creando así las condiciones de una verdadera
independencia energética, que se transforma, por supuesto, en independencia
política y económica. Por lo tanto, no hay que tener dudas
de que tomando el camino del Sol, es decir, siguiendo todo cuanto nos
enseña el Sol, que brinda vida con igual cariño a una pequeña
flor, a un animalito y al hombre, se aprende el verdadero compartir, el
pensar en los otros, el trabajar siempre juntos, construyendo así
poco a poco un mundo donde haya justicia, igualdad y democracia verdadera.
Estos principios deben vincularse a los programas de educación
y divulgación popular, integrándose a los programas dirigidos
a hacer de Cuba en uno de los países más cultos del mundo.
El petróleo
cubano: una oportunidad para el cambio
Por fin se presenta otra oportunidad en apariencia desfavorable pero en
realidad muy propicia para adelantar rápidamente en el camino del
Sol: el petróleo cubano. En este momento histórico, con
un incremento de la agresividad del Imperio, es importante disponer de
petróleo local para garantizar una independencia energética
al país. Por lo que he escrito antes, se debe concebir con inteligencia
una utilización temporal del petróleo (que de todas formas
en un futuro no tan lejano se acabará, mientras la Revolución
no puede acabarse) y disfrutarla para facilitar la transición hacia
una era solar total en Cuba.
Tenemos por lo tanto las condiciones para crear una colaboración
muy estrecha entre dos grupos revolucionarios, los promotores de la energía
solar y los petroleros que descubrieron y están explotando las
reservas petroleras de Cuba. Así, estos dos grupos de expertos,
sinergia que nunca podría acontecer en otros países, pueden
trabajar juntos para fortalecer la Revolución Cubana a través
de la Revolución Solar.

Conclusiones
En este repaso hemos pretendido evidenciar las oportunidades y posibilidades
únicas que posee Cuba para establecer un Sistema Electroenergético
Nacional (SEN) que multiplique su seguridad política, económica
y medioambiental, y con ello incremente su papel histórico ante
la humanidad, al demostrar que todos los seres vivientes pueden tener
acceso a fuentes energéticas sustentables.
Utilizo las palabras de José Martí «Vengo del Sol
y al Sol voy» para afirmar sin peligro de equivocarme que la Revolución
Cubana viene del Sol y al Sol va.
Personalmente, reitero mi disposición para continuar sirviendo
a la Revolución en el cumplimiento de este reto decisivo que debe
enfrentar Cuba en el siglo xxi, y que puede resumirse como el perfeccionamiento
de su SEN, privilegiando el uso de las FRE, o sea, continuar con pasos
seguros por el camino del Sol para que la humanidad comprenda y vislumbre
que un «mundo mejor es posible».
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