Etanol,
combustible alternativo
Este derivado
de la caña de azúcar
muestra sus credenciales
energéticas en Cuba.
Por
Roberto Salomón
El etanol, uno
de los derivados de la caña de azúcar más conocidos,
se encuentra hoy en pleno apogeo en Cuba, pues además de
su uso para elaborar bebidas, se investigan sus cualidades como
combustible alternativo.
En efecto, mientras en el archipiélago se utilizan decenas
de miles de litros para fabricar alcoholes y también aguardientes,
los Ministerios del Azúcar (MINAZ) y del Transporte (MITRANS)
realizan estudios y trabajos conjuntos destinados a desarrollar
su empleo para mover vehículos.
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La experiencia más
reciente se lleva a cabo desde 1997, y como resultado, 114 vehículos
en la rama recorrieron globalmente un millón y medio de kilómetros
mediante el uso de mezclas de gasolina regular con etanol, según
han confirmado especialistas del Centro
de Investigaciones y Desarrollo del Transporte (CETRA) e instituciones
azucareras.
Ambas partes realizan este trabajo mancomunadamente al considerarse crítico
el problema de la insuficiente disponibilidad de combustibles de origen
fósil, por lo cual se pensó en la energía renovable.
El estudio se comenzó en el CETRA y en una primera etapa concluyeron
que, en las condiciones cubanas, a la gasolina regular podría agregársele
entre un 20-25 % de etanol, para alcanzar una mezcla estable y efectiva,
por lo cual se efectuaron pruebas de banco y laboratorio.
Experiencias llevadas a cabo en el central azucarero Camilo Cienfuegos,
de la ocidental provincia de La Habana, arrojaron más aspectos
positivos que negativos y demostraron que con esa proporción aumentaba
el octanaje de la gasolina.
Luego se extendieron los trabajos a otros ingenios, como Héctor
Molina, en ese territorio, Manuel Martínez Prieto, en la capital,
y Antonio Guiteras, en Las Tunas. Expertos de ambos sectores coinciden
en que es la coyuntura económica la que decidirá cuando
comercializar las mezclas de etanol y gasolina.
Mientras tanto, el país continúa su preparación en
este terreno, pues los combustibles de origen fósil tienden a agotarse.
El CETRA centra la investigación, ya que el MITRANS rige la política
de transporte, pero es la rama azucarera la que aporta el etanol y los
vehículos para la experiencia.
Las investigaciones se realizan no sólo a partir de la mezcla de
etanol y gasolina, sino también la de ese derivado de la caña
de azúcar con diesel. En Cuba el etanol se empleó en mezclas
con gasolina durante la segunda Guerra Mundial (en una mezcla denominada
«mofuco»), por la escasez de combustible provocada por dicha
contingencia bélica. Posteriormente también se utilizó
en diversas ocasiones, por poco tiempo, pero esta práctica nunca
se generalizó.
Se tiene referencia además de algunas investigaciones efectuadas
en laboratorios de la ínsula en 1951, y 10 años después
acerca de la unión alcohol-gasolina con diversos contenidos de
tetraetilo de plomo.Un lustro más tarde en la entonces Empresa
Consolidada del Petróleo se llevaron a cabo investigaciones y experiencias
de estabilizador para las mezclas de alcohol hidratado-gasolina.

Cerca de una década
más adelante el Centro de Desarrollo de la Industria del Petróleo
realizó investigaciones con diversos tipos de gasolina base y varias
alternativas de mezclado. La mezcla consistió en 15 % de etanol
para casos con número de octanos menores de ochenta y tres. También
el Instituto Cubano del Petróleo estudió las posibilidades
de mezclas con un componente de alcohol de caña de azúcar
en 30 %.
Los resultados de las pesquisas, incluidas las que llevan a cabo actualmente
el CETRA
e instituciones del MINAZ, demuestran que las mixturas aumentan la cantidad
de octanos, disminuyen la emisión de gases tóxicos y la
contaminación ambiental. Además, propenden a la reducción
de las importaciones de petróleo y gasolina y a una mayor disponibilidad
de combustible automotor.
Por todo lo anterior,
no es fortuito que se considere que el empleo de etanol en mezclas podría
ser atractivo como alternativa que permita reducir el consumo y las importaciones
de gasolina, y ampliar las existencias de combustible automotor.Tampoco
es casual que en reciente visita a Cuba el director ejecutivo de la Organización
Internacional del Azúcar (OIA), el alemán Peter Baron, declarara
que el etanol (y otros derivados) permitirán sobrevivir a los trabajadores
del sector en el mundo, en medio de la actual depresión de los
precios del grano.
Brasil es en estos momentos el país con mayor avance en la utilización
de alcohol para mover vehículos. En esa nación sudamericana
más de cuatro millones de autos se trasladan mediante la mencionada
mezcla o con el empleo exclusivo de etanol, pues se desarrollaron motores
a tal efecto.
Actualmente ese país produce cerca de 15 mil millones de litros
de etanol con esa finalidad, y para el venidero año prevé
incrementar notablemente la cifra. Estados Unidos también planifica
aumentar significativamente el empleo del etanol con tal propósito,
mientras Alemania, Kenya, Zimbabwe, Canadá, México, Suecia,
Italia, España, India, Ucrania, Australia, Sudáfrica y Cuba,
entre otros países, trabajan en esa dirección, ya sea con
fines económicos o ecológicos.
¿Qué
es el etanol? |
También
conocido como alcohol de vino o alcohol etílico, el etanol
constituye un líquido transparente e incoloro, con un olor
característico y un sabor a quemado, muy empleado en la elaboración
de cerveza, ron, vino, brandy y otras bebidas espirituosas.
Comúnmente se halla en disoluciones diluidas: el de uso común
contiene 95 % en volumen de etanol y 5 % de agua, y su fórmula
química es C2H5OH.
El etanol se
obtiene por fermentación de azúcares, a partir del
almidón de la papa, la caña de azúcar, el maíz
y otros cereales, proceso practicado desde la antigüedad hasta
la fabricación contemporánea de gran parte del etanol
industrial. La reacción de fermentación (C6H12O6
→ 2C2H5OH
+ 2CO2) produce varias sustancias adicionales
debido a las impurezas de las levaduras. El líquido fermentado
contiene entre 7 y 12 % de etanol, por lo que se requiere de una
serie de destilaciones para obtener concentraciones superiores.
Esto es posible por su punto de ebullición (78,5 °C)
inferior al agua.
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