Sifón
Técnica
sencilla de la que se auxilian tanto los hidráulicos,
como los choferes y piscicultores.
Por
Alejandro Montecinos Larrosa
e-mail: editora@cubasolar.cu
A nadie se le
ocurre pedir una bomba eléctrica para sacar gasolina desde
el tanque de un auto.
Casi siempre recurrimos a una simple manguerita, con la que succionamos
el líquido contenido en el interior del tanque hacia otro
recipiente ubicado en el exterior en un nivel inferior. En ese proceder
radica el secreto de los sifones.
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Imaginemos
que necesitamos sacar el agua contenida en una pecera incrustada en una
pared y que el albañil olvidó hacer un orificio en el fondo
de la pecera y no dejó mucho espacio entre su parte superior y
la pared, de manera tal que pudiéramos introducir un recipiente
pequeño para vaciarla poco a poco.
En este caso bastará introducir en el agua uno de los extremos
de una manguerita y succionar desde el otro extremo, con la precaución
de hacerlo desde una cota inferior al nivel superior del agua en la pecera.
Inmediatamente comenzará a vaciarse, hasta quedar totalmente vacía
si el extremo de la manguerita se encuentra por debajo del fondo de la
pecera.
Esto es posible porque el peso del agua dentro del tramo de la manguera
entre el fondo
y la parte superior de la pecera (bloque ligero) es menor que el peso
del agua dentro del tramo desde la parte superior de la pecera y el recipiente
exterior (bloque pesado). Este esquema puede asumirse como la acción
del bloque pesado sobre el ligero mediante una cuerda a través
de una roldana o polea (parte superior de la pecera), si se entiende como
cuerda a las fuerzas de las moléculas de agua.
En esencia, la acción de los sifones se produce por las fuerzas
de atracción entre las moléculas de agua y la gravedad terrestre.
Por tanto, en todo momento se debe velar porque no penetre aire al sistema,
pues se interrumpiría la acción de las fuerzas moleculares
del agua.
Debido a que el sifón funciona por la diferencia de pesos de las
columnas de agua, el proceso de vaciado del agua de la pecera será
más rápido en la medida en que sea mayor la distancia entre
el borde superior de la pecera y el recipiente exterior, tanto en el eje
vertical como en el horizontal.

Representación de la transportación
del agua por encima
de una colina mediante el empleo de un sifón.
La ingeniería hidráulica se auxilia de
los sifones para transportar agua por encima de una elevación o
colina y en los laboratorios de química también se recurre
a estos aparatos, de vidrio, metal o goma, para «bombear»
líquidos de un recipiente a otro. Los sifones pueden ser tan diminutos
como podamos imaginar hasta verdaderas obras ingenieriles, siempre que
en el caso del agua la altura entre la fuente y la parte más elevada
del sifón no supere los diez metros, porque la presión atmosférica
no puede mantener el peso de una columna de agua a esa altura.
Como parte de un parque hidráulico infantil pueden concebirse los
más disímiles sifones para que los niños experimenten
con las bondades de esta tecnología de bombeo de agua, sin necesidad
de recurrir a bombas de agua conectadas al Sistema Electroenergético
Nacional o a motores de combustión interna.
Un ejercicio práctico, y al mismo tiempo lúdico y experimental,
podría ser el diseño de dos recipientes iguales sobre soportes
móviles en el eje vertical. Uno de ellos, ubicado en un nivel superior,
se llena con agua para que pueda ser vaciado en el otro. El recipiente
llenado se eleva y el vacío se baja para repetir el proceso. A
fin de despertar el interés, se debe variar la altura entre los
recipientes y medir el tiempo de bombeo correspondiente a cada una de
las alturas que se fijen. De este modo los niños podrán
sacar sus propias conclusiones y comprender algunos principios de la hidráulica.
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