Problemas de la tecnología del biogás

Por
Jorge Luis Cortada Ferrera*

Las plantas de biogás aportan valiosas soluciones, desde el saneamiento ambiental hasta
la cocción de alimentos
y la aportación de bioabonos

Numerosos libros y documentos se han escrito sobre los beneficios y bondades de una planta de biogás. En uno de ellos (La planta de biogás.

 

Bosquejo y detalle de plantas sencillas, de Ludwing Sasse, 1984), se expresa que «una planta de biogás suministra energía y abono. Mejora las condiciones higiénicas y no daña el medio ambiente. Una planta de biogás ayuda a aliviar el presupuesto nacional y mejora las condiciones de trabajo del ama de casa. Una planta de biogás es una fuente de energía moderna. Una planta de biogás mejora las condiciones de vida en el campo».

Con la posibilidad real de eliminar vectores y amenazas a la salud humana, entre muchos otros beneficios que sólo se obtendrían mediante inversiones dirigidas a cada amenaza específica, es difícil pensar que no existan plantas de biogás en todos los sitios en que sea posible su utilización.


Fig.1. Digestor de cúpula fija y obras complementarias ejecutado in situ.

Hoy los medios de comunicación masiva nos sacuden con las guerras por el petróleo. Cuando la crisis energética ha dejado de ser una visión oscura y preocupante sobre el futuro del planeta, para ser una realidad actual y en la que cada día los precios del combustible se elevan hasta cifras que ya resultan inaccesibles para las sociedades más desfavorecidas, si faltara una planta por construir debe suponerse que se ha hecho todo lo posible para que entrara en funcionamiento, pero a pesar de todo ni se han construido todas las plantas posibles, ni operan todas las que se lograron construir, ni la tecnología del biogás constituye aún una prioridad en la estrategia energética.

Este es un problema del que ya no hay que «preocuparse» más, porque ahora ¡hay que ocuparse con urgencia!
En el mundo actual la sociedad cubana tiene el privilegio de tener la capacidad de enfrentar los problemas más complejos con la inteligencia, la voluntad y el esfuerzo de todos. Uno, entre otros ejemplos posibles, es la Revolución Energética, que incluye medidas de control, ahorro, inversión, redistribución, cambios y ajustes de tecnologías que serían utopías irrealizables para la mayoría de los países.

Sin embargo, la tecnología del biogás en Cuba no ha pasado de intentos, éxitos y fracasos. Plantas proyectadas con todo el detalle y rigor necesarios no se han construido porque, entre otras razones, no hay una empresa constructora interesada en construir pequeñas obras.

Varias plantas de biogás construidas han dejado de funcionar más por abandono que por deficiencias técnicas, aunque esta última razón también es una causa importante. Los fallos técnicos tendrán una solución definitiva cuando se logre constituir una entidad rectora de la tecnología del biogás que proyecte, construya y asesore.
Un ejemplo comparable lo constituye el hecho de que después de la crisis del sistema eléctrico en 2005, al año siguiente —cuando a los escépticos podía parecerles técnicamente imposible— los cubanos hemos disfrutado de la televisión de verano sin interrupciones del servicio eléctrico.

Tengamos en cuenta que cualquiera no contrata, ejecuta, opera y mantiene un grupo electrógeno; sin embargo, en muy breve tiempo estos superaron con creces el número de plantas de biogás, lo que constituye un magnífico ejemplo de capacidad organizativa, decisión política y económica en función de la solución de los problemas más apremiantes de la población.

Una situación similar ya había ocurrido cuando la falta de servicio energético en los sitios más apartados e inaccesibles de la geografía impedía que las personas allí residentes disfrutaran de los mismos beneficios de toda la población en cuanto a salud y educación.
Gracias a la decisión correcta y a la capacidad técnica de COPEXTEL, EcoSol Solar y CUBASOLAR llegaron los paneles solares, los televisores, las computadoras, etc., que hoy permiten que el beneficio de la salud y la educación sea un derecho real y accesible para todos los cubanos, sin excepción.

Una decisión similar ocurre con la alternativa del biogás, ya que un grupo electrógeno será superior si no requiere ser abastecido mediante camiones cisterna de fuel oil o Diesel, y recibe en su lugar metano, biodiésel u otro combustible o fuente energética no convencional. Como se sabe que el futuro energético del país no puede depender de los combustibles fósiles, debemos seguir buscando opciones e investigar para resolver las deficiencias técnicas que limitan el aprovechamiento de estas fuentes renovables.


Fig.2. Biodigestor fabricado con materiales sintéticos.

Solo así será posible que cuando se decida la generalización controlada y económicamente bien fundamentada para cada planta en particular pueda ser alcanzado 100% de efectividad.

Por qué una planta de biogás es abandonada
Esto ocurre por varios motivos, entre los que se destacan los siguientes:

• Las motivaciones iniciales han dejado de ser una razón prioritaria.
• No se disponía de combustible doméstico, pero la familia recibió su asignación de gas licuado a bajo precio.
• La familia dispone de electricidad y recibió el módulo de cocción eléctrico.
• La empresa que construyó la planta de biogás pretendía utilizarla en el alumbrado (complicado por el tipo de lámpara, consumo de mechas deficitarias, etc.) o cualquier otro uso, pero dispone de electricidad a bajo precio.En los casos anteriores, y muchísimos más, es más fácil, cómodo y, además, barato (barato porque el Estado cubano subvenciona una buena parte del costo de la electricidad) utilizar un medio en que el abastecimiento del combustible o la energía es responsabilidad de otro. En contraposición, el biogás requiere de la manipulación diaria de —hay que decirlo— materiales tan desagradables en nuestra cultura como el estiércol y otros excrementos,
y residuos de origen orgánico que tecnológicamente permiten obtener biogás.

Estos son factores muy influyentes cuando se trata de la objetiva ley del «menor esfuerzo»; por lo tanto, la preferencia se inclinará generalmente por la tecnología del biogás sólo cuando la solución técnica simplifique la operación de la planta de biogás o cuando el elemento económico haga que el balón de gas licuado o la conexión a la red eléctrica se mantenga como una reserva solamente para caso de emergencia.

Pero existen otros factores en los que la familia o la entidad que construyó la planta de biogás, aún necesitándola, no puede utilizarla porque ha dejado de funcionar, lo hace con dificultad o no satisface las necesidades. Evidentemente, estos problemas quedarán resueltos mediante un buen proyecto, una mejor ejecución y una siempre presente atención y asesoría (la ya mencionada entidad rectora o constructora para la tecnología del biogás).


Fig. 3. Causas del mal funcionamiento de una planta de biogás.

Supongamos que esa entidad ya existe y todas las plantas de biogás funcionan correctamente según su diseño, es decir, no hay problemas por deficiencias de construcción. Entonces, ¿qué nos queda?: los problemas propios de la tecnología y el diseño.

Del propio libro de Ludwing Sasse, ya referido, se aporta la figura 3, en la que el autor describe las causas por las cuales una planta de biogás «mal manejada», deja de funcionar. La arquitectura de la planta puede variar (Nicarao, GBV, etc.), pero las estructuras básicas se mantienen y operan como el autor las describe. A: 1. La planta está cargada. 2. El gas producido empuja el cieno de fermentación hacia el tanque de compensación. 3. Antes de que la planta se derrame, se extrae gas. 4. Aún sin haber extraído cieno de fermentación, la planta es cargada de nuevo. 5. Se sigue consumiendo gas. El cieno de fermentación es empujado hacia atrás. El conducto de gas se tapa. La planta deja de funcionar.

B: 1. La planta se encuentra cargada hasta la línea cero según las instrucciones. 2.
El gas producido empuja el cieno de fermentación hacia el tanque de compensación. El tanque es demasiado pequeño y el cieno de fermentación se derrama. 3. El gas es extraído. El nivel del cieno de fermentación ha bajado por el rebose. El gas debajo de la línea cero tampoco se puede aprovechar. La planta deja de funcionar.Entonces, ¿cómo resolver el problema del «mal manejo»? Sin duda, con el entrenamiento y conocimientos del operador. ¿Y si no se dispone de un operador entrenado y con conocimientos? En ese caso se puede también instalar un sistema de sensores y servomecanismos que controlen el proceso y actúen según la demanda de la planta.

El país dispone de especialistas que pueden responder a esas y otras interrogantes. Y lo más importante, existen las experiencias prácticas que sustentan el credo de que la tecnología del biogás está lista para su uso generalizado.

* Ingeniero Hidráulico. Especialista de la Dirección
de Normalización del Ministerio de la Construcción (MICONS).
e-mail: jlcortada@yahoo.es