Jugar y proteger



Por
Leida Santamarina Valdés*

Los juegos de mesa
en función de la protección
del medio ambiente.

 

En artículos anteriores hemos enfatizado en el alto valor educacional que poseen los juegos como vía de desarrollo intelectual en niños y jóvenes, si aquéllos se guían hacia un objetivo específico.

En el proceso de educación ambiental, los juegos de mesa aportando nuevas experiencias, y con ellas nuevos conceptos, valoraciones, puntos de vista y sobre todo, promoviendo una actitud consciente y responsable con respecto al medio ambiente.
Los juegos que agrupan a más de un jugador se convierten también en una forma de socializar y realzan la comunicación entre los participantes e interesados.

Los juegos deben tener una secuencia lógica de acuerdo a su complejidad y grado de dificultad, por lo que puede iniciarse el ciclo con el rompecabezas.
En el artículo referente a la creatividad de este Proyecto se les posibilitó a los involucrados la opción de elegir la manifestación cultural que desearan para darle uso al papel reciclado. Se debe poner el énfasis en los alumnos que seleccionen el dibujo u otras modalidades de la plástica, ya que serán los protagonistas del seguimiento de este programa.

Los dibujos o pinturas relacionados con el medio ambiente, ya sea en forma de un paisaje, la presentación de alguna problemática ambiental, su solución o simplemente la interacción del hombre con el medio, serán los escogidos para su transformación en un rompecabezas; en este caso las pinturas deben ser de un tamaño considerable. Una vez dado este paso, se forman los grupos para la ejecución del juego.

Se pudiera hacer una selección de tres grupos de pinturas, previendo que los otros dos juegos también dependerán de ellos, o se pudiera realizar otra vez todo el proceso de elaboración del papel reciclado para la confección de los juegos restantes. Buscando información sobre este tipo de juego encontramos que usualmente son de difícil solución.
Todos presentan un reto atractivo y resolverlo implica que el jugador se ve esforzado a pensar en situaciones nuevas, con las que experimenta gratificantes sensaciones.

Los pasatiempos y rompecabezas pueden agruparse en tres grandes grupos: acertijos y juegos de palabras; juegos matemáticos y de lógica, y juegos físicos y mecánicos. El que se desarrollará en este trabajo clasifica en el segundo concepto. Los más antiguos que se conocen datan de Oriente Próximo hace tres o cuatro mil años. Los primeros rompecabezas, como el enorme laberinto de la tumba del faraón Amenemes III en Egipto, proceden del siglo XIX a.C.

Arquímedes estudió, y quizá diseñó, rompecabezas geométricos en el siglo III a.C. Su Loculus consiste en catorce piezas diferentes encajadas como un acertijo en una cajita cuadrada con las que puede formarse un número indefinido de figuras. Uno de los más notables lo publicó Henry Dudeney en 1902 y consiste en cortar un triángulo equilátero en cuatro partes que reordenadas adecuadamente forman un cuadrado.

En cuanto a los rompecabezas mecánicos o manuales, además del Loculus de Arquímedes, llamado también Stomachion (problema para volverse loco), se destacan los que inventó John Spilsbury hacia 1760 como juegos educativos, que se encuentran entre los ejemplos más famosos de su clase. El Tangram chino, popular desde 1800, emplea siete piezas de forma geométrica, cortadas a partir de un cuadrado, para formar un sinfín de posibilidades de siluetas muy sugerentes de personas, animales y objetos.

En 1800, el vendedor de juguetes alemán Bestelmeier vendía piezas de madera que se encajaban en forma de cruz, y desde 1970 se han diseñado cientos de rompecabezas o acertijos poliédricos.

En este caso el juego presentado, aparte de desarrollar la creatividad en su confección,
la habilidad mental y la lógica, entre otras, su elaboración es el punto final para la reafirmación de los conocimientos adquiridos en el proceso de la elaboración del papel reciclable. Sirve también de gancho para la atracción de nuevos participantes y abre espacios para nuevas formas de educación ambiental.

* Licenciada en Educación Laboral e Informática. Profesora General Integral del IPVC Lenin, Ciudad de La Habana.