El futuro depende también de nosotros

 

Por
Luis Bérriz Pérez*

 


Intervención en el Taller Nacional de Energías Renovables y Agua: un reto para el movimiento sindical, celebrado en
La Habana, el 5 de marzo de 2008.

 

Hemos tenido la oportunidad de conocer en detalles el contenido y avance de la Revolución Energética en Cuba. La eficiencia (el ahorro como parte de ésta) y el uso de las fuentes renovables de energía, son dos pilares de esta Revolución Energética.
En la Convocatoria a este Taller, se plantea:

«El uso dispendioso y con baja eficiencia de las fuentes tradicionales de energía constituye uno de los mayores peligros para el futuro de la humanidad, ya que regularmente estas fuentes no son renovables y resultan una de las causas principales de la emisión de gases de efecto invernadero, agotamiento de la capa de ozono y presencia incrementada de lluvias ácidas que provocan sequías y conllevan al deterioro del ciclo natural del agua y al consiguiente déficit de este vital recurso, ya deficitario y altamente cotizado en muchas regiones del mundo».

Y después continúa:
«En igual medida, en nuestro país los temas de energía y agua son de observación cotidiana por nuestros máximos dirigentes, especialistas, técnicos y pueblo en general desde inicios de la Revolución y hoy con mayor fuerza por su incidencia en nuestra recuperación y perfeccionamiento económico».

Cuando uno tiene conocimiento de lo que se está haciendo y de la voluntad política que existe para ir hacia el logro de una energética sustentable, nos convencemos más de que Cuba puede convertirse, como ya lo es en las esferas de la medicina y de la educación, en una potencia del desarrollo sostenible.

Pero Cuba es una potencia médica no solamente porque tiene muchos médicos y trabajadores de la salud; no solamente porque los servicios médicos están al alcance de todos; no solamente porque estos servicios médicos se han llevado y llevan a muchos otros países del mundo en gesto de colaboración y solidaridad. Cuba es una potencia médica también por el alto desarrollo científico que ha logrado en esta rama: nuevas vacunas, nuevas medicinas, nuevas tecnologías, nuevos equipos médicos, etc. Este desarrollo científico ha colocado a nuestro país al más alto nivel mundial y con posibilidades de discutir y colaborar con todos los países del mundo, incluyendo los más adelantados.

Cuba es una potencia en la educación no solamente porque no tiene analfabetos; no solo porque la educación llega a todos los habitantes del país y a todos los niveles; no solo porque los educadores contribuyen con muchos pueblos del mundo.
Cuba es una potencia en educación también por los grandes adelantos científicos que ha tenido la pedagogía en nuestro país: nuevos métodos de enseñanza; la educación a distancia por radio y televisión; el método «Yo sí puedo», llevado ya a muchos países con magníficos resultados; los avances metodológicos y conceptuales en la educación primaria, secundaria, técnica y universitaria; la educación de adultos y adultos mayores, y la educación especial.

Son miles los trabajos de investigación que han permitido este alto grado de la educación en Cuba, la cual tiene un merecido prestigio internacional.

En esta rama que nos ocupa, ya sabemos que como ciudadanos y trabajadores tenemos mucho que hacer principalmente en lo relacionado con el ahorro, pero ¿cuál debe ser nuestra contribución, específicamente como trabajadores de la ciencia?

En otra parte de la Convocatoria, se plantea:
«Apoyando la idea del Comandante en Jefe cuando señaló que “todo nuestro pueblo tiene que tomar conciencia de la energía, de sus perspectivas futuras” y teniendo presente que sólo el perfeccionamiento, creación, transferencia y adopción de tecnologías que nos permitan por una parte “ampliar las fuentes energéticas en uso” y por otra “elevar su eficiencia de utilización”, teniendo en consideración “que no afecten o minimicen su impacto negativo sobre el medio ambiente”, entendemos que son las vías correctas y los aportes que nuestro sector puede brindar al “Desarrollo Sostenible de Cuba”, y con ello acelerar el perfeccionamiento de nuestro sistema político y legar un ejemplo a seguir por la mayoría de los países».

Efectivamente, sin ciencia autóctona no hay desarrollo real. Si Cuba brindara todos los servicios de salud al pueblo con medicinas y equipos importados, ni sería potencia médica ni garantizaría la salud, pues sería totalmente dependiente de las transnacionales de la medicina.

Si Cuba se basara solamente en las importaciones de equipos (aerogeneradores, calentadores solares, secadores solares, paneles o celdas fotovoltaicas, turbinas hidráulicas, calderas de biomasa, gasógenos, bombas eólicas o solares, etc.) para su desarrollo energético, es posible que pueda lograr en algún momento un desarrollo energético adecuado, pero nunca sostenible, pues seguiría siempre dependiendo de las importaciones de las transnacionales.

El verdadero desarrollo de un país solamente se puede garantizar con el desarrollo del conocimiento. Y el conocimiento al más alto nivel solo se puede lograr con el desarrollo científico. No podemos conformarnos solamente con las transferencias de tecnologías de los países del mal llamado Primer Mundo, pues son solo migajas de conocimientos y siempre obedecerán a sus intereses.

Cuba tiene hombres y mujeres de ciencia capaces de pensar en lo que hace falta para lograr un desarrollo sostenible y no dejarse confundir.

Nos interesa solucionar los problemas del pueblo cubano y de todos los pueblos del mundo. No nos interesa dominar el mundo.

Nos interesa adquirir conocimientos para que sean patrimonio de la humanidad y no exclusivamente de nosotros ni de las transnacionales.

No nos podemos dejar confundir con los miles de millones de dólares que utiliza el imperio para los megaproyectos de generar electricidad con energía solar en el espacio, en los desiertos o en cualquier otro lugar; ni con los megaproyectos para convertir los alimentos en bio-combustibles. Con esto solo quieren aplastar al resto de los países que no tienen recursos. Nos tratan de decir: «Déjennos a nosotros el trabajo de las investigaciones, pues eso cuesta mucho y ustedes no tienen recursos, y nosotros salvaremos al mundo».

Nos dicen también: «Si alguno de ustedes tiene la preparación adecuada y es lo suficientemente inteligente para generar nuevas ideas que puedan ser patentables, tienen asegurado un puesto de trabajo con nosotros. Nosotros podremos valorarlos en las becas que les damos, para eso se las damos». Con esto, el imperio reconoce que no solamente necesita de los recursos naturales de otros países para su supervivencia, sino también de los recursos humanos, pues los habitantes que nacieron en sus países son insuficientes. Eso también es evidente en el deporte. Y cuando me refiero al imperio no hablo solamente de los Estados Unidos. Vastas experiencias en el robo de cerebros tenemos de México, España y otros países de Europa, partes integrantes del imperialismo mundial globalizado.
Como dice la convocatoria, la creación es una de nuestras principales funciones como trabajadores de la ciencia. Pero, ¿qué crear?, ¿cuáles son nuestros problemas?, ¿a qué debemos darle respuesta?

Pienso que uno de los mayores problemas nuestros es la falta de orientación. ¿Qué hacer?, ¿hacia dónde dirigir nuestro trabajo?, ¿cuáles son las prioridades?
Sabemos que una de nuestras principales actividades es la formación de cuadros científicos, pero ¿para qué?, ¿para satisfacer las necesidades del imperio en temas que no son prioritarios para Cuba, o para satisfacer nuestras necesidades?
Todo científico nuestro se forma por el trabajo de la clase trabajadora, que es la que produce y paga la formación de sus cuadros para que respondan a esa misma clase trabajadora. Son y deben seguir siendo obreros y campesinos: obreros científicos y campesinos científicos.

Es muy importante la orientación de qué es lo que debemos hacer. Es precisamente en este sentido donde tiene importancia el criterio de los grupos nacionales creados por cada fuente energética en particular. Tenemos la esperanza de que con el trabajo de estos grupos ya no estaremos desorientados.

Lo principal es conocer nuestros problemas y las prioridades.
Indudablemente, el ahorro y la eficiencia es nuestra principal fuente de energía. Ahí está la importancia de la arquitectura solar o bioclimática, de la física ambiental.
Cuba necesita, para su desarrollo económico y social, disponer de electricidad. De ahí, la importancia de la energía de la biomasa, del viento, del agua y de la radiación solar.
El país consume inmensas cantidades de combustibles para producir calor y frío. De ahí, la importancia de la energía solar térmica.

Cuba necesita del transporte. De ahí, la importancia, además de su uso racional y colectivo, de los biocombustibles.

Cuba necesita agua potable. De ahí, la importancia del tratamiento de residuales para no contaminar los acuíferos, con la posibilidad además de producir biofertilizantes y generar biogás.
Pudiéramos citar algunos problemas y necesidades evidentes:
Calentamiento de fluidos, especialmente agua.
Secado de productos agropecuarios e industriales.
Producción de frío (para refrigeración y climatización de locales).
Tratamiento de residuales.
Utilización de materiales reciclados.
Desalinización, purificación y esterilización de agua y otros fluidos.
Producción de semillas en cámaras de clima controlado.
Aplicación de la física ambiental en las edificaciones.
Producción de vapor.
Producción de electricidad.
Producción de hidrógeno y biocombustibles.
Acumulación de la energía.

Pudiéramos también referirnos a tantas cosas necesarias para el desarrollo de líneas de investigación, pero como los recursos son limitados, es imprescindible establecer las prioridades. En todo caso y en cualquier línea, deberemos trabajar en:
Nuevos materiales con materias primas cubanas.
Nuevos equipos, partes y componentes de sistemas energéticos.
Nuevas tecnologías.

Son muchos los temas de investigación y desarrollo en que pudiéramos trabajar, pero decirlos aquí haría esta intervención extremadamente larga y lo principal de este encuentro es el debate.

Quiero, antes de terminar, expresar mi opinión, basada en la experiencia, de que hoy existen mejores condiciones que nunca para realizar nuestro trabajo y poder cumplir con nuestro deber de trabajadores de la ciencia.
El futuro depende también de nosotros.

* Doctor en Ciencias Técnicas. Presidente de CUBASOLAR.
Autor del libro Secadores solares para productos agropecuarios e industriales
y coautor del Manual para el cálculo y diseño de calentadores solares.
Tel.: (537) 6405260.
e-mail: berriz@cubaenergia.cu