Cuba y la experiencia
de Mauricio


Por
Wilhelm Gómez Jiménez*
y José Somoza Cabrera**


Experiencias en la producción
de energía eléctrica a partir
de la caña de azúcar.

 

La isla de Mauricio pertenece al conjunto de pequeñas islas llamadas Mascareñas, ubicadas a unos 650 km al este de la isla de Madagascar.

 

Debe su nombre a Mauricio de Nassau-Orange, gobernador de las provincias de Holanda
y Zelanda al ser ocupadas por los holandeses en 1598. En 1810, durante las guerras napoleónicas, los ingleses se apoderan de ella y el tratado de Paris de 1814 se la otorgó oficialmente.

Por esos años ya la isla poseía una típica economía de plantación basada en el trabajo esclavo y el azúcar constituía su principal producto. Al abolirse la esclavitud en el Imperio Británico en 1833, los ingleses necesitaron resolver la mano de obra para las plantaciones y permitieron a los propietarios que importaran trabajadores desde la India; en 1861 la mayoría de la población de Mauricio era ya de origen hindú.

En 1991 el archipiélago se convirtió en la República de Mauricio, con una extensión total de 2 040 km2, de los cuales 1 865 km2 corresponden a la isla de ese nombre, es decir, 85% de la extensión de la Isla de la Juventud. Actualmente cuenta con 1,3 millones de habitantes y se sitúa mundialmente como el noveno país en densidad de población.
Las principales fuentes energéticas de Mauricio son: 10 MW de energía hidráulica provenientes de sus ríos ya casi totalmente aprovechados; 1,8 millones de toneladas anuales de bagazo de caña de azúcar —unas 335 mil toneladas equivalentes de petróleo combustible (tep)—, y la energía solar. El combustible diésel, el carbón mineral y el gas utilizados en la isla son importados.

Debido al incremento de la actividad económica y del nivel de vida de la población, el consumo de electricidad creció a razón de 7% promedio anual de 1995 a 2004, y fue del orden de los 1 920 GWh ese último año; la máxima demanda aumentó 9% anual en el mismo período. La distribución de las plantas generadoras y la forma y el tamaño de la isla han permitido mantener las pérdidas eléctricas totales de las redes entre 10 y 11%.


La caña de azúcar

Más de la mitad de la tierra cultivable de Mauricio está dedicada a la caña de azúcar. La agroindustria de esa gramínea disponía en 2004 de unas 186 mil hectáreas, de las cuales 95 mil eran cultivables y 75 mil se encontraban sembradas de caña; 67% de esas tierras eran propiedad de los ingenios azucareros y el resto pertenecía a productores privados; en total, la Isla producía entre 5,0 y 5,8 millones de toneladas de caña anualmente. La industria contaba con una capacidad de molida diaria de 43,1 miles de toneladas de caña distribuidas en once ingenios, que fabricaban cerca de 600 mil toneladas de azúcar crudo por año.


La reconversión

Las fluctuaciones del mercado azucarero, el incremento del impuesto a la exportación y las adversidades climáticas —frecuentes huracanes y sequías— llevaron al Sector Azucarero de Mauricio a establecer en 1985 un Plan de Acción con el objetivo de mantener la estabilidad económica sobre la base de concentrar, modernizar y diversificar la agroindustria del azúcar; uno de los elementos que se contempló en ese plan fue el incremento de la entrega de electricidad generada con bagazo, a la red de servicios públicos.

Tabla 1. Distribución del valor del azúcar y sus derivados


En 1988 el Sector Azucarero de Mauricio obtuvo del Gobierno la aprobación de la Ley de Eficiencia de la Industria Azucarera, en la que se estimulaban, mediante el reembolso de impuestos, las mejoras en los indicadores de eficiencia de la industria; entre esos indicadores estaba el incremento de la electricidad entregada a la red a partir del bagazo.
Paralelamente, como la Empresa Eléctrica de servicios públicos requería ampliar su capacidad de generación, los factores involucrados —gobierno, empresa eléctrica y sector azucarero—, después de analizadas varias opciones, llegaron a la conclusión de que la vía más económica para ampliar esa capacidad consistía en incrementar la cogeneración en la industria azucarera.

Esas decisiones condujeron a una serie de convenios y a la aplicación de un conjunto de medidas que se fueron estableciendo durante la década de los noventas, para hacer viables los acuerdos tomados. Una de las conclusiones a que se arribó fue la necesidad de promover la concentración de la industria, que de más de 21 ingenios en los años ochentas, ya en el 2002 se habían reducido a once; requirió establecer formas de pago de la electricidad y el bagazo (Tabla 1), adecuar el marco institucional (se crearon la Asociación Azucarera de Mauricio, el Comité Interministerial de Alto Nivel, el Comité Técnico, la Unidad Coordinadora de la Producción de Bagazo para Electricidad y el Fideicomiso de Inversiones Azucareras, entre otras) y se establecieron marcos regulatorios fiscales y financieros que sustentaran todo lo anterior.

De igual forma se establecieron fondos de investigación y desarrollo para el estudio de varios aspectos de la agroindustria, entre ellos el del uso energético de los residuos agrícolas de la caña y el de la producción de alimentos en las tierras en rotación y en los entresurcos.

El Comité Técnico, bajo la guía del Comité Interministerial, estableció el cálculo del precio de la electricidad vendida a la red, sobre la base del costo evitado al generar esa misma energía con carbón mineral.

Igualmente implantó el método de formación del Fondo del Precio del Bagazo Transferido (FPBT). La formación de este FPBT se instituyó como sigue:

• La cantidad de bagazo utilizado para generar electricidad (A) se calcula partiendo de dos índices, establecidos sobre bases técnicas: 2,5 kg de bagazo por cada kWh entregado a la red en las plantas que generan sólo en zafra, y 2,27 kg de bagazo por cada kWh entregado a la red en las plantas que generan todo el año.
• La cantidad de bagazo empleado para otros destinos (B), que se obtiene por los registros contables.
• El bagazo se valora convencionalmente a 100 MUR la tonelada (MUR: Rupia de Mauricio, moneda oficial del país = 0,03445 USD en julio 2008).
De donde FPBT= (A t + B t) x 100 MR/t = (A + B) x 100 MUR

Otro de los instrumentos creados, el Fideicomiso Inversionista Azucarero (FIA), instituido en 1994, tiene como accionistas a los empleados de la agroindustria azucarera, de algunas otras instituciones, así como a los productores cañeros (Tabla 2); esta entidad distribuye los dividendos entre sus accionistas anualmente (por ejemplo: 6% en 1998 y 4% en 1999).

Tabla 2. Distribución del fondo del precio de transferencia
del bagazo, entre propietarios de ingenios y productores cañeros

Los resultados
Las medidas implementadas en la década de los noventas que no dieron el resultado esperado, se ajustaron y rectificaron sobre la marcha. A partir del 2000 la participación de la industria azucarera en el cubrimiento de la generación eléctrica fue creciendo significativamente, como muestra la tabla 3.

Tabla 3. Evolución de la entrega de electricidad de la industria azucarera a la red


De los once ingenios azucareros existentes, diez contaban con plantas generadoras que producían electricidad con bagazo durante la zafra: siete generaban sólo con bagazo y promediaban unos 65 kWh/t de caña molida, y tres de ellos generaban además con carbón mineral durante el tiempo de no zafra (Tabla 4).

Tabla 4. Participación del Fideicomiso
Inversionista Azucarero (FIA) en las propiedades



El ingenio Belle Vue, con una capacidad de molida de 5 040 t de caña por día, cuenta con dos unidades generadoras de 35 MW a 80 bar y 510 °C cada una, instaladas en el 2000,
y alcanza a producir 125 kWh/t de caña molida.

A partir de lo alcanzado hasta ese momento, las autoridades de Mauricio se propusieron continuar concentrando la industria azucarera hasta reducir el número de ingenios a cinco, cada uno con su planta eléctrica a 83 bar, continuar incrementando la eficiencia de todo el conjunto —principalmente los rendimientos agrícolas de los pequeños productores— y comenzar a usar los residuos agrícolas de la caña como combustible adicional, con lo cual esperan llegar a entregar 800 GWh generados.

Los éxitos
En Mauricio, la caña de azúcar, además de asegurar la mayor parte de los ingresos en divisas, permite un crecimiento económico con estabilidad social y una base industrial para su transformación en una sociedad semiindustrial. La caña de azúcar posee otro aspecto importante para la economía del país: es una fuente de energía propia y renovable con la que avanzan sus índices de sustentabilidad energética, principalmente en el incremento de su soberanía energética y la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero.


En Mauricio la alternativa más viable para ampliar
la capacidad eléctrica fue la cogeneración
con biomasa cañera en la industria azucarera.

Los éxitos obtenidos a lo largo de los últimos veinte años se atribuyen a los factores siguientes:
• La vinculación de los intereses del sector azucarero con los del sector eléctrico.
• La política claramente definida por el Gobierno de emplear el bagazo como sustituto de los combustibles fósiles.
• La total participación de los accionistas en todas las etapas de los proyectos: desde su concepción hasta su aplicación operacional.
• La elaboración de estudios de factibilidad con costos adecuadamente estimados que evitan retardos en su puesta en práctica.
• Plantas eléctricas de bagazo y carbón con ventajas económicas y ambientales que benefician a la industria azucarera, a la industria eléctrica y al país.
Sobre la base de las experiencias alcanzadas, las autoridades azucareras de Mauricio concluyen que:
• No es aconsejable el ahorro y la transportación del bagazo de un ingenio a otro, y se recomienda la centralización de la molida en ingenios mayores.
Le atribuyen especial importancia a tres condiciones que han contribuido al triunfo de la reconversión de la agroindustria, que son las siguientes:
• La participación otorgada a todos los accionistas en la industria azucarera, especialmente a los socios más vulnerables, como los trabajadores y los pequeños productores de caña.
• El ambiente inversionista favorable creado por el Gobierno, por medio de la legislación apropiada y el establecimiento del Fideicomiso Inversionista Azucarero, articulado con la colaboración de los empresarios, que ha conducido al éxito de la cogeneración de electricidad a partir de la biomasa cañera.
• Todavía queda un potencial adicional significativo de generación y entrega de energía si los actuales esfuerzos en I+D del uso de la gasificación de biomasa, conjuntamente con las turbinas de gas de ciclo combinado, se convierten en una realidad comercial.


Una adecuada estrategia de almacenamiento
del bagazo asegura la cogeneración de modo sostenible.

La experiencia de Mauricio en Cuba
La industria azucarera cubana tiene destinada al cultivo de la caña un área cuatro veces mayor que la reservada a ese fin en la isla de Mauricio. En estos momentos, en Cuba existen 61 centrales azucareros con una capacidad de molida cercana a las 300 mil toneladas diarias, lo que equivale a poder procesar 45 millones de toneladas de caña en una zafra de 120 días efectivos.

Para el 2020 se puede considerar que la producción cañera cubana se encuentre totalmente recuperada y permita una molida de cuarenta millones de toneladas de caña por zafra, de las cuales se obtendrían bagazo y residuos equivalentes a tres millones de tep, del que se pudiera dedicar un poco más de 30% a generar electricidad, reduciendo el consumo de vapor a un proceso a 350 kg de vapor por tonelada de caña molida o menos (las tecnologías necesarias para lograr esa reducción existen desde hace tiempo). En los cálculos anteriores se ha considerado la utilización de los residuos agrícolas de la caña (RAC), que pueden representar hasta 60% más de biomasa en adición al bagazo disponible para su empleo como fuente energética.

En Cuba, con las condiciones supuestas anteriormente, similares a algunas de las alcanzadas ya en Mauricio, se alcanzaría una generación de unos 6 000 GWh, de los cuales se entregarían a la red 4 400 GWh o más, que evitarían el consumo de más de 900 mil toneladas de combustible y se suprimiría la emisión de los gases de efecto invernadero correspondientes. Esta energía se generaría durante la zafra con una potencia instalada de unos 2 450 MW en 35 centrales bagaceras asociadas a centrales azucareros (unidades de 70 MW como promedio), distribuidas en prácticamente todo el país (existe la variante de almacenar bagazo y generar más tiempo; con esa variante se requiere instalar una potencia menor mientras más se almacene). Fuera de zafra estas unidades generarían con un segundo combustible (otras biomasas, crudo nacional, gas acompañante, etc.). Esa potencia concuerda bastante aproximadamente con la que requeriría incrementar el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) hasta el 2025 o 2030. La alianza entre ambas industrias implicaría otras ventajas económicas y ambientales.
A corto plazo, el MINAZ encamina sus acciones hacia el mayor aprovechamiento del potencial energético de la biomasa cañera, en tres direcciones principales:

• Con medidas de ahorro de energía de rápida ejecución aplicadas en las 61 fábricas existentes, mediante aislamiento térmico, sopladores de hollín, variadores de velocidad, analizadores de redes y automatización.
• Incremento de la eficiencia de la generación de vapor y electricidad con los esquemas existentes: aumento de las superficies de intercambio de caldera, modernización de turbogeneradores, sustitución de generadores.
• Adición de turbogeneradores de extracción-condensación para aprovechar el vapor sobrante en algunas fábricas, o sustituyendo los existentes en otras, según lo aconseje el estado del esquema actual.

A mediano plazo se prevé la aprobación de un estudio de factibilidad que propone el incremento de parámetros hasta 42 bar y 440 °C en un central azucarero, para alcanzar un índice de generación de 107 kWh/t de caña molida, con el cual dicho central pudiera aportar a la red cerca de 150 GWh anualmente.

A más largo plazo, en estos momentos se da seguimiento a la propuesta que debe hacer el MINAZ en relación con la empresa azucarera que pudiera llevarse a altos parámetros, para generar con un mayor aprovechamiento de la energía de la biomasa de la caña, lo que pudiera ser un proyecto demostrativo de esa tecnología para las condiciones cubanas.
En ese proyecto se contemplaría también la utilización de las mieles para producir alcohol y de los residuos para producir biogás.


Comentarios finales
Según la información consultada, se hace evidente la satisfacción con que las autoridades de Mauricio presentan los resultados alcanzados con la reconversión de su industria azucarera y la certeza y optimismo con que proyectan su profundización; incluso plantean «el potencial de replicación de esta exitosa experiencia en otros países africanos productores de caña de azúcar».

La extensión territorial y la densidad de población de Cuba y Mauricio son muy diferentes —Cuba es casi 62 veces mayor que Mauricio, y ésta tiene una densidad de población seis veces mayor que Cuba—; sin embargo, una y otra poseen elementos en común que permiten establecer correlaciones y analogías, como son: encontrarse en la zona tropical, expuestos a huracanes y sequías, y no contar con importantes fuentes de recursos energéticos propios; luchar por desarrollar su economía basada en la agricultura y procurar mejorar el nivel de vida de su población, además de poseer la tradición y el conocimiento acumulados en el cultivo y aprovechamiento industrial de la caña de azúcar.



A partir de este balance se pudiera encontrar una plataforma de intercambio y asimilación de experiencias positivas entre ambos estados, para propiciar y viabilizar los esfuerzos que realiza Cuba en estos momentos para revitalizar, modernizar y diversificar su agroindustria, basada en la caña de azúcar, sobre todo en lo concerniente a su aprovechamiento energético, y Mauricio pudiera beneficiarse con los conocimientos de técnicos y especialistas cubanos, altamente reconocidos internacionalmente, en otros aspectos de la agroindustria.

* Ingeniero Electricista.
** Ingeniero Economista.
Investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas (INIE),
La Habana, Cuba.
Tel.: (537) 2091294.
e-mail: wilhelm@inie.cu