Cuba en la obra de Engels


Por
Jorge Santamarina Guerra*

 

 

 
En su libro Dialéctica de la naturaleza —que, por cierto, dejara inconcluso—, Federico Engels se refirió a la «venganza de la naturaleza», preclaro concepto, sin duda, muy avanzado para su época.

Su genio le permitió comprender, y explicar, que todo daño que el hombre ocasiona a la naturaleza, inexorablemente se revierte, en su momento, en contra del hombre mismo. Es la «venganza» de aquella.

Y resulta muy curioso que para abordar ese asunto se hubiera referido a Cuba, entonces colonia española. Aunque Engels nunca visitó nuestra Isla, su portentosa cultura —se dice que conocía, o que, al menos, podía leer en ¡dieciocho idiomas!— lo había alertado del drama ambiental que aquí tenía lugar, pero que, claro está, no era exclusivamente cubano: los montes eran arrasados, en aras de propiciar nuevas áreas de cultivo, en este caso, para fomentar cafetales.

Los plantadores españoles en Cuba —escribió Engels—, que quemaron los bosques en las pendientes de las montañas, consiguiendo con la ceniza abono suficiente, para una sola generación, de muy rentables plantas de café, ¿qué les importaba que, más tarde, los aguaceros tropicales barrieran la tierra ya sin contenciones y dejaran la roca desnuda?
Aunque no habló de sostenibilidad, concepto que se desarrollaría mucho después, salta a la vista que Engels percibió con inusitada claridad, y notable anticipación, que tal forma de explotación irracional no era sostenible. Y que la naturaleza nos pasaría la cuenta a la larga. O a la corta.

Esa devastación había comenzado muy atrás, y cuatro siglos de coloniaje esquilmaron dramáticamente el fondo forestal cubano. Algo más tarde, al desatarse la Primera Guerra Mundial y colapsar la industria remolachera europea, los colosos azucareros norteamericanos irrumpieron en Cuba, y cientos de miles de hectáreas de nuevas tierras, todavía boscosas, fueron también arrasadas en pocos años para producir el azúcar que la Europa de ese momento ya no podía suministrar.

La mención de Engels se refiere de forma específica a la época del auge cafetalero en Cuba, siglo xviii, e inicios del xix, principalmente, pero sin duda alguna su mensaje, el concepto como tal, es universal, y mantiene una vigencia intemporal.


* Ecologista y escritor. Miembro de la UNEAC y CUBASOLAR. Premio David (1975).
Autor de varios libros de cuentos, novelas y ensayos.
e-mail: santamarina@cubarte.cult.cu