Decálogo energético
Por
Luis Manuel Batista Tamayo*
Sobre eficiencia energética, fuentes renovables de energía y cambio climático
Apaga la luz..., dicho en buen cubano, normalmente utilizamos esta frase para describir una situación en la no hay nada más que hacer; sin embargo, es el nombre de un formidable libro, redactado de una forma tan amena que cautiva a los lectores, y su tema es precisamente las fuentes renovables de energía y el cambio climático.
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Uno de sus autores es el Doctor Javier Martín Vide, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona, actual presidente de la Asociación de Geógrafos Españoles, revisor experto del IV Informe del IPCC, quién gustosamente me autorizó para utilizar algunos párrafos.
El quehacer diario, en medio de las preocupaciones que todos cargamos sobre nuestros hombros, a veces nos lleva a ignorar aspectos de la vida rutinaria, que en parte nos percatamos cuando llega el fin del mes, para la gran mayoría de nosotros, aunque no del todo así para los principales implicados. Desgraciadamente, hoy día en el mundo somos muchos los que al fin del mes nos preocupamos cuando nos llegan las facturas eléctricas y del agua. Los decálogos son una forma didáctica de trasmitir información, aspectos de interés y enseñanza.
En Cuba se conoce un decálogo sobre huracanes y sobre energía eólica. Ahora, se pretende brindar un decálogo energético de lucha contra el cambio climático y a favor de las fuentes renovables de energía:
1. Si trabajas en un local climatizado, o en tu casa, no intentes hacer del verano uninvierno. Busca el confort, pero no intentes cambiar las estaciones: piensa en el alto coste energético que implica, no es saludable para tu organismo, para la economía familiar ni del país; tampoco es sostenible para el planeta. En ocasiones, cuando viajamos en los ómnibus interprovinciales, o visitamos algunos locales de trabajo, o hasta en nuestros propios hogares, entramos en el terreno de los frigoadictos, llegando a vivir en un ambiente de 18 °C en verano, cuando bien pudiera ser 24 o 25 °C.
2. Evita caer en el consumismo. Da una segunda oportunidad a los aparatos que te rodean. Piensa un momento antes de sustituirlos. ¿De verdad vale la pena desprenderse de ese equipo, que tan buen uso te presta, por las escasas ventajas que te ofrece el modelo más reciente? Ten presente que en cuanto salgas con él por la puerta del comercio, se habrá quedado obsoleto: es una rueda sin fin.
3. Contribuye a reciclar todo lo posible. Nadie ha dicho que reciclar es cómodo, ni fácil, pero vale la pena. Si tiramos todos los residuos en cualquier parte, no solo estás contribuyendo al deterioro ambiental y del entorno, recuerda que los residuales urbanos constituyen fuente de materia prima para muchas esferas del quehacer diario, y que el país reclama actualmente.
4. El agua, hoy día constituye un problema a nivel mundial, es importante que los más jóvenes entiendan el acceso al agua como un privilegio, no como algo que se da por hecho. No valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Eduquemos a nuestros niños y jóvenes en la prudencia y el consumo responsable: ahorra agua siempre que puedas, no la despilfarres y ayuda para que otros también lo hagan. Recuerda que hoy día muchos carecen del preciado líquido, incluso en nuestro país.
5. El Sol, nuestro Astro Rey y gran aliado para reducir las emisiones de CO2‚ asociado al consumo de energía: sale cada día, es gratis y no contamina. Por todo ello, utiliza sus posibilidades todo lo que puedas. Qué necesidad existe en el hogar de utilizar la secadora de la lavadora si tienes a tu disposición el sol y el viento. Recuerda que los equipos tienen vida limitada, y esto es economía.
6. Si resides en zona rural o suburbana y te dedicas a actividades agrícolas, ganaderas o pecuarias, por citar algunas, interésate y estudia las opciones de aprovechamiento que te brindan las fuentes renovables de energía, como la minieólica, la biomasa, la solar térmica o el biogás; así evitarás el uso de combustibles fósiles, ganas en eficiencia y, al final, repercute en tu economía y la del país.
7. Cada vez que puedas plantar un árbol, hazlo, y enseña a tus hijos a hacerlo. Respeta el bosque y disfrútalo con ellos, pero enséñales a su vez a cuidarlo y respetarlo. Cuánto se aprecia una buena sombra de un árbol en un fuerte verano, ya sea en la calle, en el parque o en la playa. Cada árbol en pie es una garantía de futuro y un pilar seguro al que asirnos ante las incertidumbres que nos plantea el cambio climático.
8. Que agradable resulta, con nuestra familia o amigos, disfrutar de una tarde dominical en nuestro patio: al cocinar, la leña o el carbón vegetal son la mejor opción, económica y ambiental.
9. Si conduces un auto, recuerda que un buen mantenimiento, y a tiempo, te hace un favor a ti, a los que utilizan la vía y al planeta. Menos humo, menos CO2.
10. Arquitectura bioclimática. En Cuba el ritmo de construcción es alto, y debe preverse un diseño de edificaciones que integre el factor ambiental desde la concepción del proyecto, teniendo en cuenta el aprovechamiento de los recursos de la radiación solar, la vegetación, vientos, lluvias; seguramente la disminución de los impactos ambientales optimizará el consumo de energía.
Es necesario que todos estemos implicados como agentes y dolientes en este complejo problema del cambio climático, y que como dice la fábula del Colibrí: ...yo hago lo que puedo, haz tú lo que esté a tu alcance.
* Licenciado en Meteorología, Investigador Titular del
Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros (CIEC)
y Profesor Titular de la Universidad
Máximo Gómez Báez, de Ciego de Ávila, Cuba.
e-mail: batista@ciec.fica.inf.cu
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