Agroecología


Por
Juan José Paretas Fernández*
y Mirtha López Gutiérrez



Hacia sistemas agrícolas viables, productivos, sostenibles y útiles
a la sociedad y la naturaleza

 

El enfoque de la agricultura industrial, que se refuerza con la Revolución Verde, siempre va dirigido al incremento de la producción de alimentos, pero por los intereses económicos no tienen en cuenta la degradación y pérdida de los recursos naturales, ni el deterioro del ambiente. Sus características principales son la labranza intensiva del suelo y el monocultivo, el uso indiscriminado de fertilizantes sintéticos y el control químico de plagas y enfermedades, el uso intensivo y gravoso de agua y energía, y la manipulación genética de plantas y animales, entre otras prácticas.

Algunas de las consecuencias de la agricultura industrial, con su uso dispendioso de productos químicos y de energías no renovables, se relacionan con el deterioro de la cubierta vegetal y la pérdida de la agrodiversidad biológica y genética, la erosión del suelo y el incremento de la salinidad y la desertificación, la resistencia de las plagas y enfermedades agrícolas a los tratamientos químicos, la disminución y contaminación de los mantos freáticos y las inundaciones naturales, el azolve de las presas y la eutrofización de lagos, la contaminación del ambiente y otros procesos negativos.

Para enfrentar los impactos negativos señalados, surge la agroecología con sus procesos y tecnologías que promueven la producción de alimentos para satisfacer las necesidades de la sociedad, conservando/mejorando los recursos naturales más elementales para la vida, como son el suelo, el agua, el aire y la biodiversidad.


Antecedentes

La agroecología es una disciplina científica que aparece en los años 60 del siglo XX, y asume los principios, conceptos, métodos y procedimientos de la Ecología, y los aplica en el diseño, desarrollo y gestión de sistemas agrícolas con el objetivo de hacerlos viables, productivos, sostenibles y útiles a la sociedad y la naturaleza. Si para la Ecología el objeto de estudio es la relación de los seres vivos con la naturaleza en un ecosistema dado, para la agroecología lo es el agrosistema —o agroecosistema—, que puede definirse como un conjunto de componentes físicos y sociales, unidos o relacionados de manera tal que constituyan una unidad, cuyo objetivo básico se aleja del agronegocio —producir para ganar dinero— y se asocia a la producción de alimentos en forma sostenible, dirigidos a satisfacer necesidades básicas del ser humano.

Desde sus orígenes, la agroecología plantea la necesidad de aplicar un enfoque múltiple y una visión holística dirigidos a la integración de ideas y métodos de varias disciplinas —en línea con la Teoría General de Sistemas que se desarrolló a principios del siglo XX para las ciencias biológicas—, y todo ello teniendo en cuenta e integrando una perspectiva social, económica, política y cultural, aspectos siempre presentes en el sector agropecuario.

La agroecología se aleja del camino transitado por la agricultura industrial, al lograr concatenar elementos que resultan claves: preocupación social y medioambiental, enfoque ecológico y visión holística, y todo ello dirigido a crear un sistema apropiado de uso y manejo de recursos naturales e introducidos en el sistema, y con capacidad para producir alimentos en forma viable y sostenible, para satisfacer los requerimientos de la sociedad
y el ambiente. Todo ello conlleva el respeto a las comunidades rurales de indígenas y campesinos (quienes siempre aportaron el material genético mejor adaptado y apropiado
a las condiciones locales), y a los principios éticos y humanos en la realización de estas actividades.

En la agroecología influyen de manera importante los trabajos desarrollados desde las perspectivas de la Antropología y la Geografía, ciencias dotadas de herramientas para describir y analizar la forma de vida de las comunidades indígenas y campesinas, y en especial, para analizar la lógica que ellas aplican en sus sistemas de manejo y uso de recursos para producir y conservar alimentos en diferentes agrosistemas, siempre mostrando una cultura de respeto y preocupación por la naturaleza. Por ello no se centran exclusivamente en el campo de cultivo, sino que manejan e integran las interacciones dentro del propio cultivo y entre este y el medio donde se desarrolla. Esta vocación proporciona a la agroecología herramientas teóricas y prácticas con conceptos, métodos
y procedimientos «contracorriente» capaces de proponer caminos alternativos para dar solución a los problemas sociales y ambientales que engendra la agricultura industrial
y su aliado, el agronegocio.


Algunos principios de la agroecología

La agroecología moderna es una concepción holística y sistémica de las relaciones entre las sociedades humanas y las agrupaciones vegetales y animales de cada ecosistema, orientada a la producción agraria en armonía con las leyes naturales.

La idea consiste en desarrollar agroecosistemas con dependencia mínima de agroquímicos e insumos energéticos, mediante la conformación de sistemas agrícolas complejos, en los que las interacciones ecológicas y las sinergias entre los componentes biológicos proporcionen los mecanismos para que los sistemas agroecológicos subsidien su propia fertilidad del suelo y productividad, así como la protección de cultivos.

En agroecología, el principio más importante es la biodiversificación, ya que su enfoque considera los ciclos minerales, las transformaciones de la energía, los procesos biológicos y las relaciones socioeconómicas como un todo. Por ello, si esto es bien manejado se asegura la autorregulación y sostenibilidad del agroecosistema, ya que su comportamiento depende básicamente de la interacción de los diversos componentes bióticos/abióticos.

Por eso puede brindar respuestas adecuadas e integrales a los problemas que ha creado el inadecuado sistema agrícola actual, dando elementos para justificar un combate por la apropiación del proceso productivo y por obtener beneficios para las dimensiones y principios básicos siguientes:


Avances de la agroecología en Cuba

Desde principios de los años 90, en Cuba se reorganiza y reordena la agricultura,
y en este nuevo contexto aparece, se renueva y avanza en forma sostenida la agricultura urbana, el movimiento de campesino a campesino, el cooperativismo y las unidades empresariales de nuevo tipo, y con ellos la agroecología ha encontrado espacios para avanzar. Veamos algunas características de los espacios señalados:

Agricultura urbana: Es un movimiento de base popular dirigido por el Instituto de Investigaciones Fundamentales de Agricultura Tropical (INIFAT), que se desarrolla en ciudades, pueblos y asentamientos con más de 15 viviendas, e inclusive en zonas montañosas. Agrupa a más de 300 000 productores y suman un millón si se toma en consideración la fracción más popular, integrada por los microhuertos y patios caseros,
y en la actualidad produce más de un 1 400 mil toneladas de frutas, vegetales, hortalizas
y condimentos frescos, y todo sin el uso de fertilizantes, ni productos químicos contra
las plagas.

Movimiento agroecológico campesino a campesino: Lo organiza la Asociación Nacional
de Agricultores Pequeños (ANAP), que promueve la agroecología y brinda capacitación, tomando como aula la propia finca donde se reúnen los campesinos, realizan sus propios diagnósticos, debaten y buscan las soluciones más apropiadas a sus problemas. Así,
los campesinos se están transformando en comunicadores y promotores, y sus fincas convertidas en fincas escuelas y bancos de semillas para la comunidad, municipio y otras regiones.

Cooperativismo: Se ha reforzado y ampliado con la aparición de las Unidades Básicas
de Producción Cooperativa (UBPC), las que junto a las Cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA) y las Cooperativas de Crédito y Servicio (CCS), aseguran una buena parte de la producción agropecuaria cubana, utilizando más procesos que insumos, fundamentados en la propiedad social de los medios de producción, el trabajo asociado
y la autogestión como forma superior de participación, así como en la solidaridad, la cooperación, la democracia y la supremacía del trabajo sobre el capital.

Unidad empresarial de nuevo tipo: En Cuba avanza el Perfeccionamiento Empresarial, dirigido a elevar la eficiencia y la productividad de todos los recursos, en cuyo sistema los trabajadores se vinculan más estrechamente con sus resultados y con los resultados globales de la empresa. La innovación tecnológica, el mejoramiento de las condiciones de trabajo y salario de los trabajadores, la lucha contra la contaminación del medio ambiente, el logro de una mayor eficiencia en el proceso de producción y la aplicación de otras medidas para elevar la producción, la productividad y la eficiencia de la empresa, conllevan a que se privilegien los procesos y su calidad, por sobre los recursos materiales, como medio óptimo para el desarrollo de la agroecología.

En todos los casos señalados se busca:
• Contribuir a reducir la carencia e importación de alimentos.
• Conservar y mejorar los recursos naturales y la biodiversidad.
• Generar un desarrollo rural y una agricultura sostenibles, con capacidad para enfrentar los cambios políticos, económicos y ambientales que ocurren cada vez en forma más dinámica a escala global.
Algunas de las estrategias que avanzan por diferentes vías y que están en el entorno
de la agroecología, se presentan a continuación:
• Prioridad del gobierno al sector agrícola y mejora a los agricultores.
• Procesos y tecnologías alternativas para nutrir las plantas y fertilizar el suelo (abonos verdes, compost, humus de lombriz, abonos orgánicos, microorganismos y biofertilizantes).
• Manejo y control ecológico de plagas y enfermedades.
• Incremento de la tracción animal y de algunas fuentes renovables de energía.
• Avances en la aplicación de los resultados científico-técnicos.
• Sensibilización, promoción y popularización de técnicas agroecológicas.
• No ofrecer paquetes tecnológicos —ya que cada finca es un sistema diferente—,
y sí herramientas agroecológicas para producir sin dañar el ambiente.
• Privilegiar la soberanía alimentaria (derecho a definir y(o) participar en las políticas de producción y alimentación), la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad.
• Privilegiar la igualdad de género, el trabajo en el campo y el sector rural.


Algunos resultados que se reportan en Cuba

El más impactante de todos es el resultado obtenido por el Movimiento de Agricultura Urbana, que en la última década acumuló una producción de alimentos de más de 15 millones de toneladas (vegetales, condimentos frescos, frutales, arroz, carnes y huevos), sin el uso de productos químicos, y 8 millones de toneladas métricas/año de abonos orgánicos; de ellos, un millón de toneladas de humus de lombriz; logró eliminar más de
5 mil focos contaminantes y, aún más importante, es que representa un espacio idóneo que ha posibilitado la incorporación al trabajo de casi un millón de personas, entre ellos muchas mujeres, jóvenes y jubilados.

Parte de los resultados de los más de 14 000 campesinos vinculados a prácticas ecológicas en Villa Clara, fueron apreciados por participantes en el Tercer Encuentro Internacional de Agroecología y Agricultura Sostenible. Esta provincia, que se mantiene
a la vanguardia en ese desempeño, fue la iniciadora de ese movimiento en 1997, el cual paulatinamente se extendió a todo el país. Actualmente, en alrededor de 8 000 fincas con 47 426 hectáreas se introdujo la agroecología, y ya resultan sostenibles la producción ganadera y agrícola en muchas de ellas, sin utilizar prácticamente fertilizantes, pesticidas o herbicidas. La provincia cuenta con 2 026 promotores de ese proceder agrícola y 329 facilitadores en cooperativas de producción agropecuaria y de crédito y servicios.

El movimiento agroecológico de Cuba representa un soporte indiscutible para lograr la seguridad alimentaria y sustituir cantidades significativas de alimentos, combustibles, pesticidas y abonos químicos. Los cubanos estamos muy obligados a desarrollar y extender las prácticas de la agroecología y la agricultura sostenible, porque tenemos
un país y una economía bloqueada desde hace casi 50 años, y dependemos de la importación de grandes cantidades de alimentos para mantener los niveles adecuados
que requiere la población. Este tipo de agricultura aporta alimentos más baratos y sanos, aseguró el dirigente campesino Orlando Lugo Fonte, quien destacó el incipiente desarrollo de la agricultura suburbana, que integran miles de campesinos y cooperativistas, y tendrá como premisa el uso de la tracción animal y los abonos y pesticidas orgánicos y biológicos. También informó la producción de 250 mil toneladas de humus de lombriz
y abonos orgánicos, lo que se convierte en una fortaleza para las producciones agroecológicas.

Peter Michael Rosset, experto de la Organización Internacional Vía Campesina, afirmó
que Cuba es un faro del movimiento agroecológico mundial, porque el país percibió tempranamente la necesidad de colocar a la familia campesina como la protagonista
de las transformaciones de su propia realidad. El investigador norteamericano defiende
la teoría de sustituir el uso de elementos químicos y de la mecanización en los procesos agropecuarios, debido a los irrecuperables daños que causan al suelo, al medio ambiente y por consiguiente en el ser humano. Reconoció la dinámica alcanzada por los campesinos cubanos para revertir esta política, y la integración con los centros científicos para afianzar el desarrollo.


Conclusiones

La agricultura agroecológica puede ser productiva y, a su vez, sostenible en el futuro.
Se trata entonces de diseñar científicamente nuevas concepciones y tecnologías agropecuarias, sobre la base de los métodos y conocimientos ecológicos actuales
y los principios tradicionales de conservación de los recursos naturales que muchas comunidades rurales tienen, y con las que cubren sus necesidades alimentarias sin requerir grandes insumos externos en su ciclo productivo, ni agredir el ambiente.

En muchos países europeos y otros altamente industrializados, como EE.UU. y Australia, cada día más agricultores avanzan en la aplicación de principios agroecológicos; diversos pueblos y comunidades de América Latina, Asia y África atesoran importantes conocimientos ancestrales en esta materia.

Cuba ya tiene experiencias muy positivas que puede mostrar, con capacidades para compartirlas. Con su reconocido espíritu internacionalista trabaja para llegar a convertirse en un referente agroecológico internacional, como asegura Peter Michael Rosset,
y por esa vía ayudar a mitigar, primero, los graves problemas que hoy tiene el sector agroalimentario, y brindar soluciones sostenibles.

* Doctor en Ciencias, y Profesor e Investigador Titular. Asesor y especialista en I+D+i para los sectores de agricultura y recursos naturales y ambientales.
e-mail: jparetas@catec.cu