Sostenibilidad energética hacia
el desarrollo local


Por
Alois Arencibia Aruca*,
Mariana Fiordelisio Coll**
y Barbarita I. Valdés Valdés***

 


Consideraciones sobre la creación de programas
de sostenibilidad energética para el desarrollo local


En Cubaenergía, hace más de diez años se realizan acciones encaminadas a la gestión del conocimiento en energía para el desarrollo local, destacándose la Red Nacional de Gestión del Conocimiento en Energía (REDENERG), y todas las herramientas que se desarrollaron en torno a la misma. Esta red tiene como propósito acompañar a los gobiernos territoriales en la solución de sus problemáticas energéticas. Esta acción de diseño y escalabilidad de la red se realizó a nivel provincial, una de las escalas del desarrollo local.

Entre 2007 y 2008, en CUBAENERGÍA, NODO central de REDENERG, a través de un proyecto nacional se comienza a trabajar en el espacio municipal, directamente con sus gobiernos; para ello fue necesario adaptar la red al nuevo ámbito de trabajo y sus necesidades, por lo cual se diseñó el concepto de Nodo Municipal de Energía (NOME), el que se desarrolló en la práctica en cuatro municipios de la región central de Cuba: Jatibonico y Fomentos, de Sancti Spíritus; Placetas, de Villa Clara, y Aguada de Pasajeros, de Cienfuegos. Estos municipios ya venían trabajando con el Centro de Desarrollo Local y Comunitario (CEDEL), del CITMA, y habían elaborado por una u otra vía su estrategia o programas de desarrollo local.

Este proceso de asistir a actores municipales en la creación del NOME permitió insertarse en un proyecto, y luego en un programa cuatrienal coordinado por el CEDEL, en el que se apoya a los gobiernos municipales en el fortalecimiento de sus capacidades de gestión para el desarrollo local. Vale destacar que estas acciones presentan el coauspicio de la Agencia Suiza de Cooperación en Cuba (COSUDE).

La participación de los facilitadores consiste en apoyar a los gobiernos municipales en el proceso de transformación del modelo de gestión energética municipal (MGEM).

 


Fig. 1. Primer Taller de Jagüey Grande.

 

¿Por qué hay que transformar este modelo vigente?
El desarrollo local requiere de un modelo propio de gestión energética, que garantice la sostenibilidad energética de ese proceso. El modelo vigente fue desarrollado para las necesidades de la escala nacional, y no se subordina a las del desarrollo municipal, identificadas por los actores locales, por lo que no da respuesta a las peculiares demandas de cada territorio; por el contrario, lo condiciona a las necesidades de la escala nacional. Por esta razón, no se subordinan cuotas de energía para satisfacer las demandas de esta escala del desarrollo. En la práctica, domina la política nacional de ahorro y eficiencia energética, y al municipio, lejos de incentivarlo, se le penaliza con la sustracción de los recursos energéticos que por diversas formas él sea capaz de ahorrar.

Esto provoca que en el espacio municipal constantemente disminuya la disponibilidad de dichos recursos. Por lo que se ha podido verificar en el diálogo con los diversos actores locales, los gobiernos municipales no tienen facultades para redistribuir este excedente. Los que lo han hecho, son excepciones más que regla, y en los diagnósticos realizados no consta el dato de esa transferencia. Una política de este tipo es contraria al desarrollo local, pues desestimula la capacidad de sus actores para concebir y aplicar proyectos que les permitan un aprovechamiento más eficiente de los recursos energéticos, con vistas a incentivar la capacidad emprendedora local.

El desarrollo es producto del trabajo; sin trabajo no hay desarrollo posible ni material, ni intelectual ni espiritual. Pero el trabajo demanda energía, y sin energía no hay trabajo ni desarrollo.

Esta contradicción representa un freno para el desarrollo local y por consiguiente para el propio desarrollo nacional. No es que la política nacional de ahorro y eficiencia energética esté errada, sino que el ámbito local debe desarrollar su propio modelo de gestión energética, en aras de hacer sostenible dicho espacio, articulando luego los intereses nacionales y locales. En esa dirección se trabaja.

La transformación del MGEM es un proceso en el que se deben comprometer, en primer lugar, las autoridades municipales, es decir, la Asamblea Municipal del Poder Popular y su Consejo de la Administración, legislando y aplicando políticas y acciones concretas, mediante programas y proyectos que permitan el desarrollo de la gestión energética local,
y su evaluación sistemática, por medio de los resultados que se alcancen. Esta es la única forma en que se podrá ir desbrozando, paso a paso, el camino más adecuado. En este proceso no se ha avanzado poco, aunque sin embargo son escasas las experiencias.

 


Fig. 2. Segundo Taller de Jagüey Grande.

 

El resultado final no se alcanzará en el corto plazo; hay que rediseñarlo y mejorarlo en la práctica. No hay antecedentes ni referentes que ayuden a tomar por uno u otro camino.
Se trata de asumir las ideas de todos los implicados, a partir del conocimiento colectivo, generado en la práctica cotidiana de gestión energética. En los territorios en que esas acciones se han venido realizando, sobre la base de la reflexión crítica sobre estas prácticas, el intercambio de experiencias y su confrontación con los resultados, se obtienen proyecciones de mayor alcance, las cuales se ajustan y perfeccionan durante su desempeño. Todo esto es posible gracias a un proceso de construcción colectiva por parte de los implicados.

Este proceso es facilitado y acompañado desde el NODO central de REDENERG, en CUBAENERGÍA. En coordinación con los actores locales se diseñan talleres de gestión del conocimiento en energía con la metodología de la educación popular, concepción político-pedagógica desarrollada por el eminente educador brasileño Paulo Freire. En este caso, la educación popular y su eje investigativo, la investigación-acción-participación, funcionan como un modelo de gestión del conocimiento para el ámbito político, pues este es un proceso de empoderamiento de los actores locales de una temática esencial para la sostenibilidad de sus procesos de desarrollo, lo que trae como consecuencia un fortalecimiento de su identidad, ya que el desarrollo local basado en el aprovechamiento de las potencialidades de la zona implica el conocimiento profundo de sus realidades, y el reconocimiento en el mismo contexto de sus fortalezas y oportunidades para hacer sostenible dicho desarrollo.

En nuestras prácticas se ha identificado que para la primera etapa de transformación del MGEM es necesario formar un grupo de trabajo seleccionado por el gobierno municipal, que será el gestor del Nodo Municipal de Energía. Estas personas, relacionadas directa e indirectamente con el proceso de gestión energética municipal, se van formando en un proceso de revisión crítica de su propia realidad. Para ello realizan una caracterización del proceso de gestión energética que se lleva a cabo en el municipio; de esta forma obtienen su primer diagnóstico del MGEM y una línea base o de partida para el proceso de transformación del modelo. Además, durante el proceso este grupo debe identificar el «sueño» que consideran se debe obtener como garantía del proceso hacia la sostenibilidad energética del desarrollo local. De este imaginario se obtienen los indicadores del propio proceso. Por este camino se identifican los objetivos de trabajo, las posibles acciones y los proyectos que permitan alcanzarlo, los cuales se planifican conformándose un primer programa de desarrollo de la gestión energética municipal.

El éxito de este primer programa no está en el rigor con que se construya, de hecho es solo una aproximación; el éxito consiste en que este primer documento, una vez que se apruebe por las instancias municipales como instrumento de trabajo estratégico del desarrollo local, introduce en el gobierno local un nuevo proceso dirigido al desarrollo de la gestión energética municipal, el cual será revisado y controlado por la Asamblea y sus comisiones de trabajo, y será actualizado periódicamente en cada mandato, lo que conllevará en el tiempo al desarrollo de una cultura de gestión energética municipal, la cual cambiará indefectiblemente el MGEM. La aparición de este primer programa ya es en sí mismo un cambio sustancial del modelo, pues introduce un nuevo enfoque de gestión, con la reconfiguración de los actores y sus funciones, así como los ámbitos para la toma de decisiones, aportando una nueva estructura de relaciones en el municipio.

Para este proceso se ha desarrollado una metodología de trabajo con un conjunto de instrumentos metodológicos; entre ellos, el principal es el «Instrumento de diagnóstico del MGEM», compuesto por la tabla de variables e indicadores para diagnosticar la gestión energética municipal, y una herramienta de indagación para el diagnóstico de los modelos de dicha gestión.

 


Fig. 3. Equipo de Aguada de Pasajeros, delante,
y Equipo de Jagüey Grande, al fondo.

 

Esta herramienta está compuesta por 16 variables que sustentan como sistema al MGEM ideal, las cuales se operacionalizan a través de indicadores que describen la variable en el entorno municipal. Este sistema se organiza en cuatro bloques: el primero aborda la legitimidad del proceso de institucionalización de la gestión energética en el municipio; el segundo, las redes sociales que participan, el proceso de gestión energética y su relación con la desviación de lo planificado; el tercer bloque, el conocimiento de la situación energética municipal, y el último aborda las prácticas concretas de gestión energética y sus resultados económicos para el territorio. Esta herramienta se irá presentando en su totalidad en próximos números de la revista Energía y tú.

La aplicación de estos instrumentos en los municipios de Placetas, Aguada de Pasajeros y Jagüey Grande, con los que se ha venido trabajando (Fig. 1-3), ha arrojado los resultados siguientes:

En Placetas, donde primero se aplicó la herramienta de diagnóstico, se pudo realizar un estudio longitudinal que permitió evidenciar la transformación del modelo de gestión energética municipal, a partir del acompañamiento que se realizó entre enero de 2008 y diciembre de 2010.

Además, en el período en que se realizó este proceso en Placetas, asistido por los especialistas de CUBAENERGÍA, se obtuvieron algunos importantes resultados: se diagnosticó la problemática asociada al vertimiento de desechos orgánicos generados por la producción intensiva de ganado porcino y vacuno, y se consideró su aprovechamiento energético a través de biodigestores. Sobre esto se identificaron y se ha trabajado en algunas ideas de proyectos. Se diseñó una herramienta para la gestión de la información asociada al manejo de los desechos orgánicos, con el objetivo de disponer de información para desarrollar proyectos en que se aproveche energéticamente este recurso, disminuyendo así su impacto ambiental.

Se elaboraron proyectos de producción de piensos locales con secado solar.
El más importante de los resultados fue que se armó, concientizó y capacitó un equipo de trabajo acerca de la gestión energética; este fue capaz, en el mismo período, de elaborar el primer subprograma de energía y medioambiente que da forma a la política del mismo nombre en el programa de desarrollo local de Placetas.

De esta experiencia, por ser la más completa, se pudiera hablar mucho, pero no es objetivo de este trabajo centrarnos solo en Placetas.

Otras dos experiencias fueron la creación del programa de gestión energética en los municipios de Jagüey Grande y Aguada de Pasajeros. En ambos casos se trabajó con equipos conformados por actores locales, los que se capacitaron en el reconocimiento de su realidad energética, elaboraron su línea base o de partida, identificaron sus sueños energéticos y armaron sus programas.

En este proceso se pudo validar la herramienta metodológica central y se diseñó la metodología general de trabajo para extender esta experiencia al resto de los veinte municipios que participan en un proyecto denominado PRODEL.

* Diseñador informacional y especialista de CUBAENERGÍA.
e-mail: arencibia@cubaenergia.cu
**Licenciada en sociología, CUBAENERGÍA.
***Licenciada en educación, CUBAENERGÍA.