Los gallegos de Piloto
Por
Ileana Sierra Obeso*,
Juan C. Hernández Martín**
y Alberto Pérez Govea***
La minihidroeléctrica de Piloto
y una tradición familiar centenaria |
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En Diciembre de 2012 se cumple el centenario de que, en vísperas de la navidad de 1912 (según la tradición oral), quedara inaugurada una de las obras más importantes del país, en aquel entonces, para la generación de energía eléctrica con fuentes renovables: la minihidroeléctrica Salto de Piloto.
Considerada por muchos como una obra de ingeniería muy avanzada para la época y de pensamiento futurista, si se tiene en cuenta la incipiente utilización en esos momentos de los combustibles fósiles y de los motores de combustión interna para la generación eléctrica.
Es la hidroeléctrica más antigua de Cuba y un símbolo que viene del pasado apuntando al camino del futuro. Cien años han transcurrido y aún queda mucho camino por andar en la búsqueda de sustitutos a la quema de combustibles fósiles.
Si bien hoy, por suerte, es frecuente el número de habitantes del planeta que aboga por la utilización de las fuentes renovables de energía (FRE), resulta llamativo que hubiera, en los albores del siglo xx, personas apostando por las fuentes energéticas limpias en momentos en que se maximizaba el auge de la Revolución Industrial, con el uso de los combustibles fósiles.
Entre esas personas visionarias se encontró una familia que, generación tras generación, defendió este enclave como trinchera en la lucha por una energía limpia y sostenible. Esta familia, iniciadora de la explotación de la minihidroeléctrica, se mantuvo, a través de tres generaciones y durante casi cien años, al servicio de esta en Piloto. Es la familia de «los gallegos de Piloto».
Varias interrogantes asaltan la mente de los estudiosos de este suceso:
• ¿Por qué invertir en fuentes renovables estando en auge el uso del petróleo?
• ¿Por qué escoger a Piloto?
• ¿Cómo lograr, en un paraje tan intrincado, una obra de ingeniería tan avanzada para la época?
• ¿Qué motivó a esta familia para defender durante tantos años este enclave y su mantenimiento y restauración, en tiempos de combustible abundante y barato procedente de la URSS durante los prósperos años 80?
Esta minihidroeléctrica se encuentra situada entre los límites de Piloto y Viñales, entre los embalses Salto y Hondo, perteneciente entonces a la Hacienda Viñales, un lugar pintoresco y que ofrece un bello escenario para la práctica del turismo ecológico.
La obra incluye una derivación del río a lo largo de 2,7 km. Este canal llega a un desnivel del terreno provocando una caída brusca del agua que entra a la turbina a través de tuberías de 24 " de diámetro (Fig. 1).
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Fig. 1. Tubería de carga y entrada.
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Testimonia Alberto Manuel Iglesias del Llano (Manolo, el Gallego) que toda su familia ha estado ligada a la construcción y mantenimiento de esta obra. Su abuelo Andrés Iglesias inició su funcionamiento y después trabajaron otros miembros de la familia, entre ellos su padre Manuel Iglesias Bardón, su hermano Tomás Iglesias, su esposa Mercedes Iglesias Venereo y sus propios hijos Antonio y Alberto.
Otros familiares, como Ángel, Raúl y Manuel Iglesias, dedicaron parte de sus vidas laborales a la atención de «la hidro».
Recuerda que el dueño de la Hacienda Viñales se llamaba Rafael Uveda. Relata que «la obra, una verdadera joya de la ingeniería civil de la época, se hizo a pico y pala, y los aditamentos instalados los trajeron con bueyes y carretas por caminos en muy mal estado. Una brigada comenzó la construcción de la Planta y la otra la del canal. Se emplearon en estas labores una gran cantidad de hombres» (Fig. 2).
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Fig. 2. Canal de aproximación.
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Precisa que «las turbinas fueron traídas desde Suiza por la Compañía Escher Wyes et Compagnie. Una vez puesta en explotación, los dueños vendieron la Planta a Alfredo y Joaquín Hernández (Compañía Hernández y Hermanos)».
Aún se conservan en el lugar algunas de las piezas originales y una de las turbinas de 110 kW de potencia.
Recuerda que «en aquel entonces Piloto era un pueblito en el que la mayoría de las casas eran de madera y guano, por lo que muchos habitantes prefirieron prescindir de la energía eléctrica debido al temor a que se incendiaran sus viviendas».
Esto parece haber influido en la decisión de instalar una línea de transmisión hasta la cabecera provincial (Pinar del Río) para brindar electricidad a una parte de la ciudad capital, la cual en esos momentos solo tenía algunos generadores eléctricos movidos por motores de combustión interna y que abastecían a una pequeña cantidad de viviendas.
Según las actas del Ayuntamiento de Pinar del Río, conservadas en el Centro de Documentación Provincial, el 16 de diciembre de 1912 se traspasa la propiedad de la Empresa de Alumbrado Eléctrico, llamada «La Industrial» a la Empresa «Hidroeléctrica Pinareña», que «harían en breve grandes reformas en el servicio de alumbrado público y general».
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Fig. 3. Casa de máquinas en la fase final de rehabilitación.
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También se registra una carta fechada el 7 de enero de 1913, del Alcalde Municipal al Sr. Ricardo Hernández, presidente de la Sociedad Anónima «La Industrial», indicando que los bienes y acciones de dicha sociedad han sido traspasados a «Hidroeléctrica Pinareña».
La planta trabajó, de manera ininterrumpida, hasta entrada la década de los setenta del siglo xx. En 1980 fue reconstruida por el mal estado de la instalación en general (Fig. 3).
Esta reconstrucción se logró, en gran medida, gracias a los esfuerzos personales de Alberto Manuel Iglesias y su familia, esfuerzos que incluyeron la solicitud de salvar la minihidroeléctrica a las máximas autoridades del país.
La respuesta positiva del Gobierno y el trabajo físico de esta familia y otros colaboradores propiciaron el rescate de una instalación símbolo de las fuentes renovables de energía en Cuba, aún en momentos en que los bajos precios del petróleo, así como su abundante entrada proveniente de la URSS, hacían ver, a muchos, como algo innecesario la utilización de las FRE para la obtención de electricidad. Actualmente se trabaja para mejorar la Planta empleando tecnología china, con la instalación de una nueva turbina en sustitución de las dos con que contaba desde que comenzó a funcionar. Esta tiene una potencia de 270 kW.
Al frente de la planta en la actualidad se encuentra Juan Alberto Cruz Márquez, quien ha dedicado gran parte de sus 43 años de servicio al trabajo en la misma. Nos señala que «este será un resurgir de la Minihidroeléctrica de Piloto en momentos en que el mundo entero cobra conciencia de lo imprescindible de obras como esta. Por lo simbólico y lo bello de esta historia debe ser contada y difundida para el conocimiento de las presentes y futuras generaciones».
* Secretaria Docente de la SUM y Presidenta de la Sección de Base de CUBASOLAR en Consolación del Sur, Pinar del Río, Cuba.
** Profesor de la SUM de Consolación del Sur, Pinar del Río, Cuba.
*** Técnico en uso racional de energía en CUPET, Pinar del Río, Cuba.
e-mail: apgovea@meca.upr.edu.cu
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