Dos alternativas
para bombear agua




Por
Alejandro Montesinos Larrosa*

Singular equipo para abrevar el ganado, con el concurso de los propios animales, y adaptación del cachumbambé infantil en función
del bombeo de agua.

 

¿Bomba vaquera? A cualquiera le asalta la duda o recurre a una indagación perspicaz en relación con esta denominación. El asunto se complica si se visita el Centro Integrado de Tecnologías del Agua (CITA), de Camagüey, donde con la mayor naturalidad se refieren a los más diversos equipos para el abastecimiento de agua alternativo, entre ellos las bombas de soga (de cuerda o mecate) y la vaquera.

Sin profundizar en los asuntos etimológicos, la palabra bomba generalmente se asocia con enfrentamientos bélicos (o en los últimos tiempos con acciones terroristas en cualquier coordenada terrestre), pero en este caso el término se vincula, según la sapiencia de la Real Academia Española, con la máquina o artefacto para elevar el agua u otro líquido y darle impulso en una dirección determinada.

Al final, la perspicacia de los cubanos motiva que casi todos formulen la misma pregunta cuando alguien explica el principio de funcionamiento de la bomba vaquera: «¿Cómo las vacas adivinan que deben empujar con la nariz la palanca o balancín del equipo?». Los especialistas responden con mejor gracejo: «Ya se organiza un curso de posgrado para los toros, que a su vez enseñarán a las vacas y sus crías; aunque dicen que las vacas aprenden de manera independiente».


Del catauro de bombas

Los ingenieros les complican la vida a los lingüistas con sus artefactos y su pertinaz tendencia a la clasificación («con fines científicos y comunicacionales», aseguran).

Según el ruso Nekrasov, las bombas son «máquinas para crear un flujo (corriente) energizado de un medio líquido», y especifica que se entiende como tal el líquido de gotas que puede contener fases sólida y gaseosa. Por su parte un cubano, el Dr. Pérez Franco, las denominó como «equipos mecánicos que sirven para elevar los líquidos y conducirlos de un lugar a otro, o lo que es lo mismo, comunicarles cierta cantidad de energía (carga) que les permita vencer la resistencia de las tuberías a la circulación, así como la carga que representa la diferencia de nivel entre el lugar de donde se toma el líquido y el lugar a donde se pretende llevar».

En dependencia de las características del accionamiento sobre el líquido, las bombas se clasifican en dos grandes grupos: dinámicas y volumétricas. En las primeras, la cámara de trabajo se comunica constantemente con la entrada y la salida de la bomba; en las segundas, la cámara de trabajo cambia periódicamente su volumen, alternando su comunicación con la entrada y la salida de la bomba.

Dentro de las bombas dinámicas se incluyen las de paletas (centrífugas y axiales), las electromagnéticas y las de rozamiento (de tornillo sin fin, de discos, de chorro, etc.).
Las bombas cuyo órgano impulsor realiza un movimiento rectilíneo alternativo (de pistón, de diafragma, etc.); las de aletas y las rotatorias se consideran volumétricas.

Otra clasificación las agrupa en bombas de desplazamiento positivo, de desplazamiento no positivo (o roto-dinámicas) y de fluido impelente.

En la bomba vaquera se recurre a la bomba de diafragma por ser la adecuada para gastos relativamente elevados de líquidos limpios o que contengan sólidos en suspensión y, sobre todo, porque su instalación no tiene que realizarse justo encima de la fuente de abasto, aunque esta no debe hallarse a mucha profundidad (teóricamente inferior a 5 m). Por lo tanto, la fuente de abasto puede ser un tranque, un río, un lago, un canal o acequia, o un pozo, sin necesidad de emplear petróleo o energía eléctrica generada por el Sistema Electroenergético Nacional (SEN). La bomba tampoco exige acciones complejas o costosas de mantenimiento, ya que solo requiere protección contra la corrosión (pintura)
y el engrase de la bisagra de la palanca.

Esta bomba se considera volumétrica porque su cámara de trabajo cambia periódicamente de volumen, alternando su comunicación con la entrada y la salida del líquido mediante válvulas. Su órgano impulsor, el diafragma, realiza un movimiento rectilíneo alternativo (reciprocante), y a una velocidad determinada la descarga (gasto o caudal) es fija (constante).


¿Cómo funciona la bomba vaquera?

En principio, la bomba vaquera o bomba de nariz (nose pump, en inglés) es una bomba de diafragma para abrevar el ganado, accionada por la fuerza de empuje que ejerce el animal con su nariz sobre una palanca cuando bebe de la escudilla o bebedero que posee (Fig. 1).

La bomba se instala mediante su base de anclaje o asiento (1) y la conexión al codo (7) de una tubería o manguera con su correspondiente válvula de retención del cheque, que se ubica en la fuente de abasto (no se representa en la figura).

 

Leyenda: 1. Base de anclaje o asiento. 2. Escudilla o bebedero.
3. Orificio de derrame. 4. Palanca-balancín.
5. Cuerpo de ola bomba. 6. Diafragma de goma.
7. Codo. 8. Válvula de retención de salida o derrame.
9. Bisagra de la palanca.
 

Inicialmente se llena la escudilla o bebedero (2) con agua para que funcione como cebo para los animales. Al beber esa agua, el animal acciona la palanca (4) con su nariz, hasta que lo permita la deformación elástica del diafragma de goma (6), tirado por la varilla que se une a la palanca (4) mediante una bisagra (9), lo que provoca la apertura de la válvula de retención o derrame (8), ubicada dentro del cuerpo de la bomba (5), y el cierre de la válvula de retención del cheque. Esto provoca que circule agua hacia la parte superior de la bomba, que a su vez se derrama en la escudilla a través del orificio de derrame (3). Cuando el animal deja de accionar con la nariz, la palanca (4) regresa a su lugar de origen y provoca el cierre de la válvula de retención de la bomba (8) y la apertura de la válvula del cheque en la fuente de abasto, lo que permite la continuidad del ciclo.


Bomba vaquera cubana

Desde hace varios años especialistas del CITA diseñan y desarrollan un modelo de bomba vaquera que se obtuvo por ingeniería inversa a partir de dos modelos de producción extranjera. Actualmente se valida y se determinan los valores límite de la longitud de la tubería y la altura de succión, como parámetros fundamentales que caracterizan la carga de la bomba y definen su campo de explotación. También se trabaja en la obtención de modelos adaptados a nuestras posibilidades tecnológicas de fabricación (Fig. 2).

 
Fig. 2. Modelo de bomba vaquera cubana.
 

Las prácticas nacional e internacional avalan como satisfactorio el empleo de este tipo de bomba para el abrevadero del ganado vacuno y caballar, y cada equipo, con una vida útil entre dos y cinco años, logra satisfacer el abasto de veinte a treinta animales.

Se suele cuestionar la asunción de esta tecnología por la demora en el aprendizaje del ganado, pero la posición inclinada del fondo de la escudilla o bebedero del equipo obliga al animal sediento a accionar la palanca o balancín, ayudado por el personal de pastoreo. Algunos refieren que en pocas semanas los animales ya utilizan sus narices con destreza como herramientas para el bombeo. Otros aseguran que las vacas ponen su nariz en el medio de la escudilla y con empujones cortos en la palanca logran una alimentación continua del agua, que brota cuando beben.

Al final, las vacas suelen mover el rabo junto a las bombas vaqueras, satisfechas por el consumo de agua y orgullosas por su capacidad para apropiarse de los más elementales principios de la hidráulica, inclusive sin recurrir a los toros, que ya se «superan» en los institutos pecuarios del país, o en fincas como la de un agroecólogo que vive a pocos kilómetros de Taguasco, en Sancti Spíritus, donde todos se alfabetizan, sin distinción de raza y sexo (Fig. 3).

 
Fig. 3. Ejemplar de ganado vacuno haciendo uso de la bomba vaquera cubana.
 


La pasión de Casimiro


No le pregunté si padecía sed cuando soñó con tener un pozo encima de una loma. Sediento sigue José Antonio Casimiro, con la vigilia puesta en su Finca del Medio, a escasos metros de la Autopista Nacional, cerca del kilómetro 350. Allí, con su tribu buena, acumula sabiduría para defender su tierra y su agua.

Remendó un molino de viento y desde el CITA le llegó uno nuevo; y con tenacidad salva de la sequía un estanque que en los temporales puede acumular cincuenta mil metros cúbicos, para elevar el agua, con ayuda de dos arietes hidráulicos, hasta la lomita donde crece con su familia, tan apasionada como él, cómplice en la tenacidad y la búsqueda. Con esos arreos tecnológicos pretende, este guajiro de pensamiento lúcido, llevar toda el agua posible junto al bohío, hacia otro estanque que cava, para desde ahí, por gravedad, nutrir los sembradíos que mima.

No quiso seguir la batalla convencional del campesino contra la mala hierba o las adversidades meteorológicas, con el azadón sempiterno o los tractores y turbinas golosas de hidrocarburos. Se inventó un equipo multiuso para que el sudor de la faena diaria le fuera más llevadero y eficaz. Desde hace años le concedió crédito a su instinto y a unos colegas que le ganaron hacia las bondades de la agroecología.

Allí sigue, aupando a todos con su credo y su trabajo. Cuida con celo su patrimonio: la familia, la tierra y el agua. Y no le basta con el pozo y un nuevo estanque, encima de su loma, porque desde hace meses puso a sus vacas, terneros y bueyes a buscarse el agua con ayuda de una bomba vaquera, que ya les resulta imprescindible y familiar.

Hasta donde sé, en el Archipiélago nuestro nadie demuestra como Casimiro las bondades de la bomba vaquera; y en el siglo que ya nos envuelve, este hombre se significa por su pasión por la sostenibilidad de la vida.


Segunda parte

Cachumbambé hidráulico

 

 

Los sociólogos y sicólogos conceden al juego una incidencia básica e inalienable en la formación de la personalidad, y en el proceso cognitivo de niñas y niños. El juego provoca una aprehensión creciente del mundo, con deleite. Muchos adultos –léase padres– pretenden que los niños les iluminen con precocidades, pero en ocasiones descuidan una condición: los niños deberían ser libres de expresar sus energías para desarrollar sus talentos individuales, en un ambiente no restrictivo.

La fusión dialéctica de la educación familiar con los aportes de las escuelas y la actividad lúdica, en cada una de las etapas del proceso educativo-formacional, facilita el desarrollo armónico de niñas y niños, por lo que deben buscarse alternativas que satisfagan ese propósito.


Parque hidráulico infantil

El parque hidráulico infantil se concibe como un espacio donde los niños puedan ejercer su más vital actividad, el juego, de forma tal que con la motivación lúdica interactúen la apropiación de los principios de la hidráulica y el conocimiento del uso de las fuentes alternativas de energía, además de contribuir a conformar criterios sobre la necesidad de una cultura ecológica. El proyecto formula la creación de un parque de diversiones para los niños, en el que a los aparatos convencionales (tiovivo, cachumbambé, columpio, etc.) se le adaptan equipos para el bombeo o suministro de agua.

Algunos conocimientos hidráulicos y mecánicos pueden provocar la imaginación para proyectar y ejecutar los más disímiles artefactos o equipos para el parque, desde una bicibomba, unos pedales especiales (hidropaso) acoplados a bombas de diafragma y un tiovivo conectado a un malacate de cartabón, hasta un cachumbambé que bombee agua.

La bicibomba consiste en una bomba de soga de torre acoplada a una bicicleta, de forma tal que al pedalear, se eleva el agua hasta un recipiente al que pueden instalarse una ducha, un lavamanos e inclusive otros elementos como una escultura o fuente, o un sistema de regadío.

El hidropaso permite bombear agua con el peso que ejerce una persona al caminar por unos pedales o pasos que accionan las bombas de diafragma correspondientes conectadas con la fuente de abasto.

Resulta muy sencillo adecuar el principio de funcionamiento de un malacate de cartabón a un tiovivo, porque este equipo incorpora una transmisión por engranaje y un mecanismo de excéntrica o manivelas triangulares, que convierten el movimiento de rotación del eje del tiovivo en movimiento rectilíneo alternativo de la varilla del cilindro de la bomba que se le incorpore.

Y el cachumbambé hidráulico resulta tan sencillo y seductor como el regocijo de los niños al verificar que por cada vez que suben y bajan en el tradicional aparato, un chorro de agua se eleva por encima de ellos.

Especialistas del CITA, de Camagüey, lograron concebir una primera versión de este parque en el mayor recinto ferial de la Isla, EXPOCUBA, a finales de la última década del pasado siglo, y su aceptación superó las expectativas, como ocurrirá cada vez que se asuma un proyecto análogo.


¿Cachumbambé hidráulico?

Difícil imaginar un cubano que desconozca las bondades del cachumbambé. Casi todos podemos referir alguna anécdota relacionada con este omnipresente equipo en los parques infantiles. La novedad radica en su versión hidráulica, que en principio constituye un aparato mecánico al que se instalan aditamentos y una bomba de agua con sus respectivos conductos y accesorios, para bombear agua a partir del movimiento alternativo producido por el accionar de los niños al columpiarse. Es susceptible de ubicación en parques y lugares de esparcimiento infantil, siempre que existan condiciones para las instalaciones hidráulicas y el abastecimiento de agua.

La utilización del peso del niño como fuente energética provoca en él la curiosidad, propiciatoria de su acercamiento a los elementos esenciales del bombeo y de las leyes más generales de la hidráulica.

A la intención didáctica se le incorpora la utilización del movimiento alternativo del cachumbambé hidráulico para bombear agua hacia un tanque colector o para otros usos sociales, productivos, recreativos o artísticos, en las escuelas, círculos infantiles, campamentos pioneriles y comunidades.


Diseño

El equipo fusiona dos elementos esenciales: el cachumbambé y la bomba de agua (Fig. 4).

El diseño del cachumbambé es convencional, similar a muchos instalados en el país. Lo novedoso es la incorporación de elementos que permiten acoplarlo al cilindro de una bomba de agua, igualmente convencional.

 


Fig. 4. Esquema general del cachumbambé hidráulico. 1. Cachumbambé.
2. Base. 3. Cilindro de la bomba. 4. Cheque de succión. 5. Tubo de succión.
6. Tubos conductores.7. Tanque colector. 8. Fuente ornamental. 9. Regadíos.
 

Las bombas son las máquinas elevadoras de agua más comunes usadas en la práctica del riego o el bombeo en general. Estos equipos proporcionan diversos caudales de agua, en dependencia de sus parámetros constructivos y operacionales.

Por las características del movimiento del cachumbambé se debe optar por una bomba de desplazamiento positivo, que impulsa el agua mediante el movimiento alternativo del émbolo o pistón en el interior de un cilindro colocado en posición vertical. La selección de este tipo de bomba para conectar en el cachumbambé, obedece a una serie de ventajas, entre las que sobresalen su flexibilidad, facilidad de conservación, robustez y moderado costo inicial.

Esta bomba puede emplearse en pozos de cualquier profundidad. Cuando el descenso del nivel del agua es menor de 5 m, el cilindro suele instalarse fuera del pozo. En cambio, cuando el nivel hidrostático es superior a 5 m, el cilindro se conecta a una tubería de bajada y se instala dentro del pozo.

El caudal de la bomba instalada al cachumbambé está limitado por la fuerza que pueden ejercer uno o varios niños con sus propios pesos. En consecuencia, mientras mayor sea la profundidad desde la que se extrae el agua, mayor es el esfuerzo y por tanto menor el caudal obtenido: Un hombre puede bombear 35 litros por minuto con una bomba instalada a 6 m de profundidad, y 6 litros por minuto con la misma bomba situada a una profundidad de 30 m.

Como el componente energético en el caso del cachumbambé hidráulico es el peso corporal de niños, inclusive muy pequeños, entonces es necesario instalar la bomba en lugares donde el nivel del agua esté lo más cercano a la base o soporte del aparato.

Las bombas instaladas de esta manera, cuando sufren mucho desgaste, tienen que cebarse para empezar a funcionar, o sea, la tubería de succión debe llenarse con agua tomada de un depósito exterior a fin de eliminar el aire, aunque esto no es una limitante significativa.

Según el esquema propuesto (Fig. 4), también pueden utilizarse las bombas alternativas de doble efecto o las bombas de diafragma. La primera basa su funcionamiento en el mismo principio que las de simple efecto, con la diferencia de que los dos movimientos son activos. Si bien aumenta el caudal de agua que se bombea en igual período, resulta mucho más costosa su fabricación. Por su parte, las bombas de diafragma son sencillas y de fácil fabricación, pero tienen muy poca capacidad de succión, por lo que pueden ser empleadas solo para bombear desde cisternas o pozos con el nivel del agua cercano a la superficie del terreno (Fig. 5).

 


Fig. 5. Bombas de diafragma acopladas a un cachumbambé.
 

El otro elemento importante del equipo, el cachumbambé, tiene un diseño convencional, con cuatro capacidades. La decisión de usar tubos de dos pulgadas para la estructura fundamental del cachumbambé se debe a la experiencia negativa en EXPOCUBA, donde el aparato instalado sufrió algunas roturas porque los tubos empleados eran de una pulgada y media de diámetro y no soportaron el peso de los adolescentes.

Inicialmente estaba previsto que el cachumbambé hidráulico lo utilizaran exclusivamente niños, pero su ubicación en un espacio público impide tal restricción. Por otro lado, la participación de adolescentes y adultos en el juego con los niños puede enriquecer el intercambio comunicacional y educativo. De ahí la necesidad de reforzar los elementos constitutivos de su estructura.


Funcionamiento

La presión atmosférica es suficiente para sostener una columna de 760 mm de mercurio, al nivel del mar. Debido a que el agua es 13,6 veces menos pesada que el mercurio a igualdad de volumen, cabe suponer que la presión atmosférica puede mantener levantada una columna de agua de altura 13,6 veces mayor que la de mercurio. Por tanto, teóricamente la presión atmosférica al nivel del mar basta para elevar una columna de agua de 10,3 m en una tubería vertical en la que se ha hecho el vacío perfecto. Las condiciones en que suele hacerse el bombeo distan bastante de las ideales, por las imperfecciones de las bombas, las fugas de aire, la presencia de aire disuelto en el agua, etc.; por tanto, en la práctica, la altura de aspiración, es decir, la distancia vertical entre el cilindro de la bomba y el nivel del agua no debe ser nunca superior a 5 o 6 m.

A partir del principio formulado se explica el funcionamiento de este tipo de equipos, que se divide en dos períodos que actúan simultáneamente (Fig. 6). En el primer período, que puede llamarse de acción o carrera ascendente, al moverse el pistón (2) en el sentido indicado por la flecha, aumenta el espacio vacío en la parte inferior del cilindro (1a). La presión que se ejerce sobre la cara superior del pistón mantiene cerrada la válvula (3), y el peso del aire o presión atmosférica que se ejerce sobre el nivel del agua obliga a esta a subir por el tubo de succión (4), levanta las válvulas inferiores (5 y 6), y penetra en el cuerpo de la bomba para llenar el lugar ocupado antes por el aire en la parte inferior del cilindro (1a). En este momento, cuando el émbolo llega al final de su carrera, se tiene la parte inferior del cilindro llena de agua y las válvulas (3, 5 y 6) cerradas. En esta posición se inicia el segundo movimiento. La válvula de retención o cheque (6) cumple la función de mantener con agua el tubo de succión (4).

 


Fig. 6. Funcionamiento de una bomba alternativa.
 

En el segundo período, llamado también de presión o carrera descendente, el pistón se mueve hacia abajo, obligando al agua contenida en la parte inferior del cilindro (1a) a pasar a la superior (1b), a través de la válvula (3), que se abre impulsada por la presión de la misma agua, mientras que las válvulas inferiores (5 y 6) permanecen cerradas. El pistón llega así hasta la parte inferior del cilindro. A continuación el pistón vuelve a subir y la parte inferior del cilindro (1a) se llena nuevamente, e impulsa hacia arriba el agua de la parte superior (1b), obligándola a subir por el tubo de salida, ya que la válvula (3) se cierra.

Si en lugar de tener un simple tubo de descarga, la bomba tiene agregado un conducto de elevación, el agua será elevada hasta el recipiente colocado a la altura que se desee.

Considerada en su forma elemental, una máquina de esta naturaleza es un recipiente cilíndrico que se llena y vacía alternativamente, un número determinado de veces en un tiempo dado. De aquí se deduce que la ecuación fundamental para el cálculo de estas bombas es la misma que se emplea para determinar la capacidad de un cilindro. Donde y
es esta capacidad; h, el recorrido del pistón; y d, el diámetro del cilindro. Así, se tiene que:

y = d2h/4 = 0,7854 d2h

En el tipo de bomba descrito, el émbolo en su primer movimiento cumple totalmente su función activa, pues absorbe el agua por la parte inferior y origina así la resistencia activa necesaria para vencer la diferencia de nivel existente entre las superficies del líquido en las partes inferior y superior del cilindro. En el segundo tiempo, al volver el pistón hacia abajo, la resistencia es teóricamente igual a cero, sin considerar las resistencias pasivas, es decir, en estas bombas la función activa solamente se ejerce en el movimiento del émbolo hacia arriba.

Al vincular la bomba con el cachumbambé se asegura la fuente energética por la acción del peso de los niños o adultos que jueguen sobre el aparato.

En el esquema desarrollado, en el cachumbambé se acoplan las varillas de dos pistones, para propiciar el bombeo en cada uno de los movimientos alternativos del equipo.


Especificaciones constructivas

El diseño, los materiales y las tecnologías de elaboración y ensamblaje dependerán de las posibilidades financieras, técnicas y tecnológicas que existan en cada lugar. Las soluciones deben ser locales, con un sentido de apropiación y enriquecimiento de las que aquí se ofrecen.

La construcción del cachumbambé no debe convertirse en un problema técnico significativo. Los materiales pueden ser los más diversos, en dependencia del diseño concreto que se asuma, y la construcción de los elementos puede ser, desde el punto de vista tecnológico, mediante soldadura, sujeción mecánica o la combinación de ambos procedimientos.

La bomba es el elemento que mayores dificultades ofrece para su adquisición o fabricación; no obstante, puede emprenderse con éxito.

Para evitar problemas de corrosión, los materiales para la construcción de las bombas deben ser inoxidables, y especialmente el cilindro tendrá una superficie interior lo más pulida posible y un diámetro uniforme. Suelen hacerse de bronce, latón, hierro esmaltado o plástico. Las zapatillas del émbolo por lo general son de cuero, aunque si el émbolo es de plástico, habrá que usar zapatillas flexibles (gomas especiales) para evitar ralladuras en el cilindro a causa del accionar de las partículas arenosas durante el movimiento alternativo del émbolo.


Instalación

Para la instalación del cachumbambé hidráulico también se deben tener en cuenta las características de cada lugar, desde el punto de vista social, urbanístico y económico, y en dependencia de las condiciones hidráulicas existentes.

Siempre resulta útil fundir un dado de hormigón al que se fija la base del cachumbambé, de forma tal que al poner las bombas en las agarraderas, los tubos conductores o de descarga
(o la parte inferior de la Tee) se sitúen al mismo nivel de la superficie de la tierra, arena o césped.

Las variantes para el acondicionamiento del lugar donde se instale el cachumbambé hidráulico serán diversas. Solo se deben tener en cuenta la altura del cachumbambé (en posición horizontal), con respecto a la superficie del suelo, y las distancias desde el eje de rotación hasta los extremos del cachumbambé y hasta los soportes de las varillas de la bomba. Estos parámetros son los que determinan el recorrido real del émbolo de la bomba, que debe ser menor que el recorrido potencial del émbolo dentro del cilindro seleccionado.

Si el cilindro tiene un recorrido potencial de 230 mm y recorre 158 mm, por cada movimiento completo del cachumbambé se podrá bombear 0,67 litros. Entonces, si los niños realizan diez movimientos completos en un minuto se obtendrán 6,7 litros por minuto. Por movimiento completo se entiende el desplazamiento de un extremo del cachumbambé, desde la posición inferior hasta la posición superior; y como el cachumbambé tiene dos extremos y posee acopladas dos bombas de agua, se obtiene que al mismo tiempo se realicen dos movimientos completos y por tanto se obtendrán 13,4 litros por minuto.

La limitante para aumentar la capacidad de bombeo del cachumbambé hidráulico radica en que las fuerzas motrices del sistema son el peso y la fuerza que ejercen los niños sobre el cachumbambé.

Es importante señalar que debe preverse la ulterior utilización del agua bombeada, para que
el sistema sea útil en sí y para hacer más efectiva las intenciones didáctica y formativa del equipo. En ese sentido las soluciones también pueden ser las más diversas. El destino del agua que se bombea dependerá de la creatividad con que se asuma el proyecto.

Si solo se le otorga al cachumbambé una finalidad didáctica, por razones objetivas que impidan otra utilidad, la propia agua bombeada puede regresar a la fuente. Ese es el caso cuando no exista pozo u otra fuente de abasto. Entonces pueden instalarse las bombas en estanques u otros espacios creados especialmente que suministren el agua necesaria para
el bombeo en un circuito cerrado.

La existencia de una bomba alternativa (defectuosa o no) y un cachumbambé ya instalado, puede ser el ingrediente primario para iniciar el montaje de un cachumbambé hidráulico, que en un círculo infantil permite a los niños regar un pequeño huerto o en una escuela facilita el abasto de agua al comedor, o en un parque para que brote agua en una fuente ornamental (Fig. 7).

 


Fig. 7. Esquema del cachumbambé hidráulico.
1. Cachumbambé. 2. Cilindros de las bombas.
 

A jugar

Los adultos —abuelos o padres casi todos— podemos ya volver a incorporar a la memoria y la acción nuestras experiencias con uno de los protagonistas en los juegos infantiles, el simple cachumbambé —hidráulico ahora—, y contribuir a la formación de una cultura energética y ambiental sostenible, de forma amena y potencialmente útil.

Publicado en Energía y tú,
Nos. 28 y 34, oct.-dic., 2004 y abr.-jun., 2006.

* Escritor y editor. Ingeniero Mecánico y Máster en Periodismo.
Director de la Editorial CUBASOLAR y de la revista Energía y tú.
e-mail: amonte@cubasolar.cu