Contexto histórico antes de la creación
de Cubasolar

 

Algunos aspectos del contexto histórico nacional antes del
19 de noviembre de 1994.

 

Al triunfo de la Revolución la electricidad llegaba apenas a 56% de la población. La mayor parte de los campos de Cuba, y aún más las montañas, la desconocían.
 

Desde su comienzo, la Revolución define el desarrollo científico y tecnológico del país.
Se desarrolla exitosamente la Campaña Nacional de Alfabetización que, a pesar de la invasión mercenaria por Playa Girón, alfabetiza los iletrados del país en un solo año (1961). Se modifican, modernizan y perfeccionan los planes de estudio en las universidades.
Se empiezan a formar profesionales capaces de llevar adelante el desarrollo que requería
la sociedad.

Las décadas de los sesentas y principios de los setentas se caracterizan principalmente por la formación de especialistas energéticos en las universidades de La Habana, Oriente
y Las Villas. En 1968 se imparte, en la Facultad de Física de la Universidad de La Habana, el primer curso de dispositivos fotovoltaicos, y en 1975, en el Laboratorio de Física de los Dispositivos Semiconductores se fabricó la primera celda solar fotovoltaica en Cuba de silicio cristalino.

Desde esa época se realizan experimentos con superficies de absorción y captadores solares, se procesan y caracterizan celdas solares, se introducen los temas ambientales
y de diseño bioclimático para el uso pasivo de la energía solar, y se empiezan a realizar trabajos encaminados al mejoramiento de la eficiencia en los hornos y calderas de los centrales azucareros, así como en el quemado del bagazo.

En 1970 se interconecta el Sistema Electroenergético Nacional (SEN) a 110 kV, y toda la población urbana del país accede a la electricidad. En el decenio 1970-1980 el SEN se interconectó a 220 kV, que es la situación actual.

En 1975 la Academia de Ciencias de Cuba (ACC) crea, en el seno del Instituto de Investigación Técnica Fundamental (ININTEF), el Grupo de Energía Solar. Este grupo, que se convierte en departamento al año siguiente, fue el primer grupo de investigaciones del país dedicado exclusivamente al desarrollo de las fuentes renovables de energía (FRE).
En cumplimiento de las directivas del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), a partir de 1976 se inicia el primer Programa Principal Estatal de Investigaciones sobre el Aprovechamiento de la Energía Solar en Cuba, bajo la dirección del Grupo de Energía Solar en La Habana.

Como resultados de este Programa, se desarrollan los primeros calentadores solares cubanos incluyendo el de tipo compacto, ideal para el clima tropical, así como secadores solares, destiladores, potabilizadores de agua de mar, concentradores y tecnologías para el uso de la energía solar en el cultivo de microalgas. Se concluyen estudios sobre las diferentes FRE, los que demuestran las posibilidades y necesidades de uso de cada una, y entre ellas, principalmente, la eólica, la fotovoltaica y la solar térmica.

A finales de los años setentas se crea un grupo de trabajo para el ahorro de energía, subordinado al Ministerio de la Industria Básica, y posteriormente, por orientación de la Secretaría Ejecutiva del Consejo de Ministros, se amplía este equipo convirtiéndose en el Grupo Técnico Asesor de Energía que tenía entre sus tareas el desarrollo del uso de las FRE, y elaboró en noviembre de 1981 el Informe de Cogeneración, con el diagnóstico y las perspectivas para su aprovechamiento en la Agroindustria Azucarera y otros organismos; también en 1981 se inicia el Programa de Energía Solar del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), y Cuba es representado por la ACC. En 1982 se realiza, con el apoyo del Came, la primera instalación fotovoltaica de 1 kW con celdas de silicio monocristalino que, con fines prácticos, abastecía totalmente a una vivienda.


En mayo de 1984 se crea el Centro de Investigaciones
de Energía Solar (CIES), en Santiago de Cuba.

Merece destacarse la obtención de la primera celda solar de silicio en Cuba en los años setentas, y a principios de los ochentas el desarrollo de una instalación fotovoltaica basada en celdas de arseniuro de galio, resultados ambos de la Facultad de Física de la Universidad de La Habana. También, comenzó la fabricación de calentadores solares en la Empresa de Refrigeración Dionisio Rodríguez (más conocida por su antiguo nombre, SEGERE) en coordinación con el Instituto de Refrigeración y Climatización.

En 1983 se crea el Grupo de Física Ambiental del Ministerio de la Construcción, cuya principal función fue promocionar la cultura por el uso de la energía solar pasiva y la arquitectura bioclimática, así como la confección de normas que conlleven al uso eficiente de la energía en edificaciones.

También en 1983 se crea la Comisión Nacional de Energía (CNE), la cual tenía como dos de sus principales tareas la atención al uso racional de la energía y al desarrollo de las fuentes nacionales, ocupando el uso de las FRE un papel preponderante.

La CNE encauzó un conjunto de acciones con las que se exponían de forma demostrativa las posibilidades del desarrollo de las FRE, destacándose el trabajo en el Programa Nacional para el Desarrollo de Mini, Micro y Pequeñas Hidroeléctricas, que contó con el apoyo del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR), Hidroeconomía, la Junta Central de Planificación (Juceplan), el Ministerio de la Industria Sidero-Mecánica (SIME), el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (ISPJAE), y los órganos provinciales del Poder Popular (OPPP), entre otros, llegándose a instalar en todo el país 200 mini y microcentrales hidroeléctricas, que dieron electricidad a unos 34 mil habitantes de zonas montañosas.

Se trabajó asimismo en la formación y entrenamiento, mediante cursos en el país y el exterior, de técnicos jóvenes que fueron especializándose en las distintas fuentes disponibles en el país.

Para consolidar la atención de esas fuentes energéticas, entre la CNE y la ACC se precisaron las tareas, líneas de trabajo y proyectos concretos de investigación y desarrollo que estaban en condiciones de apoyar para su ejecución, así como el fortalecimiento de las investigaciones de nuevas fuentes.

Paralelamente, los órganos de la Administración Central del Estado (OACE) definieron sus respectivas líneas de trabajo y proyectos relacionados con estos temas.
También en 1984 se promueve la creación de diferentes grupos de desarrollo en los OACE y en casi todas las provincias del país, dedicados a la generalización del uso de diferentes FRE, principalmente la hidráulica, el biogás, la biomasa, la solar térmica y la eólica, así como a la realización de trabajos para que dichas fuentes se emplearan de forma eficiente.
Entre estos grupos se destacaron los trabajos del MINFAR, el Ministerio del Azúcar (MINAZ), el Ministerio de la Agricultura (MINAGRI), el Ministerio del Transporte (MITRANS), el Ministerio del Interior (MININT), el Ministerio de la Industria Alimenticia (MINAL) y los grupos de Pinar del Río, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, subordinados a los OPPP respectivos.

Un acontecimiento importante en el desarrollo de las FRE en Cuba fue la creación, en mayo de 1984, del Centro de Investigaciones de Energía Solar (CIES), de la Academia de Ciencias de Cuba, en la ciudad de Santiago de Cuba. Este Centro se concibe con el ciclo completo de investigación-producción con el objetivo de desarrollar la actividad del aprovechamiento de las FRE, en especial la solar térmica, la eólica, la fotovoltaica y la de la biomasa, como vías de ahorro de energía y de producción de electricidad.

En diciembre de 1984 se celebra el Primer Fórum de Energía, en cuya clausura, Fidel plantea: «Todo nuestro pueblo, todos los trabajadores, todos nuestros jóvenes, nuestros estudiantes, incluso nuestros pioneros, tienen que tomar conciencia de la energía, de sus perspectivas futuras (…). …mientras no seamos un pueblo realmente ahorrativo, que sepamos emplear con sabiduría y con responsabilidad cada recurso, no nos podremos llamar un pueblo enteramente revolucionario». Estas palabras del Comandante en Jefe para clausurar el Primer Fórum de Energía, fueron consideradas como lineamientos para la política energética del país en lo adelante.

En julio de 1984, con la creación, por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), del Grupo de Proyectos para el Diseño y Desarrollo de Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales y Potabilizadoras, en la Empresa de Investigaciones y Proyectos Hidráulicos de Villa Clara, comienza un trabajo de sensibilización, capacitación e impulso del biogás, con técnicos y especialistas del sistema de recursos hidráulicos, así como de profesionales y miembros de la Sociedad de Ingeniería Hidráulica de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (Unaicc) que, agrupados voluntariamente, se hacen llamar Grupo de Biogás Villa Clara (Proyecto GBV).


En noviembre de 1992 se crea el Centro de Estudio
de Tecnologías Energéticas Renovables (CETER).

En 1985, a proposición del Frente de la Electrónica, y dadas las investigaciones que se desarrollaban en las Facultades de Física y Química, se crea el Instituto de Materiales y Reactivos para la Electrónica (IMRE), en la Universidad de La Habana, que desde su creación tuvo la responsabilidad del desarrollo de dispositivos optoelectrónicos de alta tecnología, y dentro de estos las celdas solares tanto de silicio como de otros materiales. Las investigaciones del IMRE han abarcado, además de la fotovoltaica, otras temáticas dentro de las FRE, incluido el hidrógeno.

En 1986 el Laboratorio Central de Telecomunicaciones (LACETEL), del Ministerio de Comunicaciones, comenzó el ensamblaje de módulos solares fotovoltaicos de silicio monocristalino, con una capacidad de fabricación anual de 200 kWp. Esta planta abasteció durante un período las necesidades de paneles solares que tenía el país.

En septiembre de 1988 se funda el Laboratorio de Combustión en Cienfuegos, que se dedicó a investigaciones sobre la combustión de los combustibles renovables sólidos.
En 1992, por recomendaciones del VI Fórum de Piezas de Repuestos y Tecnologías de Avanzada, se crea el Centro de Estudios de Tecnologías Energéticas Renovables (CETER), institución docente-investigativa universitaria perteneciente al Ispjae, con el propósito de contribuir al desarrollo sostenible de la sociedad cubana a través de su encargo social relacionado con las FRE, la eficiencia energética y su interrelación con el medio ambiente.

En 1992 se crea el Centro de Estudios de Termoenergética Azucarera de la Universidad Central de Las Villas (CETA), el cual ha desarrollado importantes trabajos relacionados con los centrales azucareros y cuenta con un pequeño central experimental para sus trabajos de investigación y desarrollo.

El 3 de noviembre de 1992, en cumplimiento de acuerdos adoptados en la reunión presidida por el General de Ejército Raúl Castro Ruz (Segundo Secretario del Comité Central del PCC), se concluyó en mayo de 1993 el Programa de Desarrollo de las Fuentes Nacionales de Energía. Este Programa fue el resultado del trabajo realizado bajo la orientación de un grupo de viceministros de diferentes organismos de la Administración Central del Estado, presidido por la CNE y en coordinación con la Junta Central de Planificación y la ACC.

Para la elaboración de este trabajo se contó también con la participación de la información brindada por los Gobiernos territoriales a través de las Áreas Energéticas y los equipos de Inspección Estatal Energética territoriales. En esa etapa llegó a disponerse, además, del personal profesional con algo más de 2 500 técnicos de nivel superior (Inspectores no Profesionales) que apoyaban en los territorios el trabajo energético.

El Programa se aprobó por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros en el propio mes de mayo, presentándose a la Asamblea Nacional en junio de ese año.
En 1993 se fortalece el Grupo de Biogás de Villa Clara, que llega a tener alcance nacional, con la función de fomentar una cultura a todos los niveles sobre el uso y los beneficios de la tecnología del biogás, y paralelamente generalizar la práctica de instalaciones de biogás, tanto en su territorio provincial como en otras provincias del país. Asimismo, en ese mismo año se crea el Laboratorio de Investigaciones de Biogás y Biomasa, adjunto a la ACC en Camagüey.

También en Villa Clara se crea en 1994 el Área de Investigación y Desarrollo de Hidroenergía, en la que se agrupan especialistas del INRH, la Universidad Central de Las Villas y Planta Mecánica. Este grupo tiene como objetivos asesorar a los órganos de gobierno en los diferentes niveles en la temática de la hidroenergía, dar respuesta a las necesidades de diseño, construcción y montaje de instalaciones hidroenergéticas, contribuir a la formación de especialistas y técnicos en hidroenergía, e investigar y desarrollar nuevos modelos y familias de turbinas, logrando su introducción en la práctica a través de la generalización de los resultados.

A principios de 1994, por un acuerdo entre la ACC y la Corporación Copextel S.A., se crea la División Comercial EcoSol, con el principal objetivo de generalizar el uso de las FRE en Cuba y apoyar el desarrollo de las investigaciones en esta rama.
Como parte de una reorganización del aparato estatal, en abril de 1994 se extingue la Comisión Nacional de Energía. También a mediados del mismo año, el CIES deja de ser un centro con carácter nacional y se convierte en provincial.


En 1994 la Academia de Ciencias de Cuba y la Corporación
Copextel S.A. crean la División Comercial EcoSol.

En noviembre de 1994 se funda la Sociedad Cubana para la Promoción de las Fuentes Renovables de Energía y el Respeto Ambiental (Cubasolar), la cual fue gestada desde 1993 por la ACC, la CNE y las universidades. Esta Sociedad se crea con el objetivo fundamental de contribuir al desarrollo de las actividades dirigidas al conocimiento y aprovechamiento de las FRE en la solución de los problemas económicos y sociales del país. Su principal función es la elevación de la cultura energética y de respeto ambiental.

A pesar de que el Programa de Desarrollo de las Fuentes Nacionales de Energía promovía la eficiencia energética y el uso de las FRE, la política energética del país seguía siendo básicamente petrolera, con una generación de electricidad centralizada en unas pocas centrales termoeléctricas, con la diferencia de que se iban adaptando para que comenzaran a quemar el crudo nacional.

En el momento de la creación de Cubasolar en 1994, predominaban en muchos de los decisores consideraciones desfavorables hacia las FRE, tales como:

• Las FRE son muy pocas y, además, intermitentes, y si se utilizaran pudieran abastecer solamente una pequeña parte de la energía necesaria.
• Las FRE son muy caras.
• Las FRE son muy dispersas, se requeriría mucho terreno para poder utilizarlas, y exhiben «baja eficiencia».
• El viento en Cuba no tiene valor energético. Puede utilizarse solo en pequeños molinos de viento para bombear agua.