Eficiencia energética
en casa
Por
Madelaine Vázquez Gálvez*
Recomendaciones enfocadas en
el uso eficiente de la energía en la cocina
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El proceso alimentario en el ámbito doméstico se circunscribe a ciertas regularidades, que deben asumirse integralmente para poder garantizar su carácter eficiente. Cocinar en casa es una tarea cotidiana que exige mucha organización y amor. Es un proceso que tiene un ritmo propio y una rutina en la que convergen la selección y compra de los alimentos, la planificación del menú, la elaboración de la comida, las fuentes de energía que garantizan su cocción y el servicio en la mesa. Para el cumplimento de esta práctica es preciso conocer qué vamos a cocinar, el tiempo de que se dispone y adecuar la oferta culinaria a los gustos, disponibilidades de alimentos y preferencias alimentarias del grupo familiar.
Para algunos especialistas de la alimentación, la cocina es un cuerpo de prácticas, representaciones, reglas y normas basadas en clasificaciones, además de unos ingredientes básicos y principios de preparación característicos, así como unos procedimientos culinarios, saberes y habilidades técnicas transmitidas por generaciones. La comprensión de este proceso presupone una decodificación que implica el análisis de las operaciones más simples de la cotidianidad en ese ámbito.
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Para una mejor comprensión de este proceso se ofrecen a continuación varias recomendaciones, enfocadas en el uso eficiente de la energía en la cocina:
• Utilice la olla a presión; su uso abrevia mucho los tiempos de cocción, contribuye a preservar las propiedades gustativas y nutricionales de los alimentos, y permite un ahorro significativo de las fuentes energéticas utilizadas.
• Use recipientes cuyos fondos sean del mismo diámetro que el fuego o fuente de calor que utilice: la cocción será más rápida y ahorrará energía.
• Si dispone de agua que ya está caliente, úsela para preparar el arroz o el café: el agua precalentada contribuye a ahorrar energía.
• Mantenga los recipientes tapados mientras cocina: ahorra combustible y tiempo, y evita la pérdida de nutrientes.
• Mantenga limpia y bien ventilada la parte trasera de los refrigeradores y neveras, y sitúe esos aparatos lejos de las fuentes de calor.
• Evite abrir frecuentemente la puerta del horno, porque cada vez que lo haga para comprobar el punto de cocción de los alimentos, se pierde 20 % del calor acumu-lado.
• Abra el refrigerador lo menos posible, ya que algunos segundos con la puerta abierta son suficientes para perder buena parte del frío acumulado.
• Cuando la olla arrocera se dispare, es decir, se apague, desconéctela enseguida del tomacorriente.
• Es conveniente, de vez en cuando, extraer la escarcha que cubre las paredes del congelador de los refrigeradores.
• Instale el refrigerador no solo lejos de las fuentes de calor, sino también de la luz directa del Sol y en un ambiente aireado.
• Antes de guardar en el refrigerador algún alimento cocinado, déjelo refrescar en lugar apropiado.
• Para descongelar saque temprano los alimentos del refrigerador, para que al momento de cocinarlos se encuentren a temperatura ambiente.
• Utilice preferiblemente recipientes de fondo plano; así la hornilla eléctrica, o la de gás, funciona con mayor eficiencia y los recipientes absorben mejor el calor.
• Encienda la hornilla eléctrica cuando la olla esté sobre ella, y apáguela antes de bajarla, una vez que los alimentos estén listos.
• No conecte la olla arrocera hasta que el arroz esté listo para iniciar su cocción.
• Cocine las viandas en agua hirviendo, y apague la hornilla minutos antes: el agua con elevada temperatura concluye su cocción.
• Aplique la tecnología de secado solar de plantas aromáticas y frutas, como apio, perejil, cebollino, moringa, mango, platanito, etcétera.
* Ingeniera Tecnóloga en la especialidad de Tecnología y Organización de la Alimentación Social. Máster en Ciencias de la Educación Superior, Cuba.
e-mail: madelaine@cubasolar.cu
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