Del hombre y la naturaleza

Por
Jorge Santamarina Guerra



Todos somos por igual hijos
e hijas de la Naturaleza






-Primavera de 1895, José Martí, Máximo Gómez y un puñado de patriotas marchan por el monte cubano que, luego de haber desem-barcado por Playitas, desde días atrás los acoge.

 

Tropiezan con un hombre malvado, y sobre él nuestro Maestro Mayor dejará consignado para siempre, en su Diario de Campaña, un juicio adolorido y demoledor: ¡Mata sinsontes!, escribió el Apóstol.

-Fue Giuseppe Garibaldi durante su larga vida, ello es conocido, un incansable luchador. A los 75 años y ya en su lecho de muerte, según los testigos de su final un pajarillo se posó por breves instantes sobre el marco de su ventana abierta, y estalló en vibrantes trinos.

¡Quánto é allegro!, fueron las últimas palabras que le escucharon murmurar al anciano agonizante.

-Tal vez el más elevado, sensible e íntimo homenaje a las aves, lo expresa acaso la tierna y bella imagen del bebé que, para nacer, es transportado amorosamente hasta su madre por una cigüeña. Con ese mensaje mítico, legendario y universal, la sabiduría popular nos dice que todos somos por igual hijos e hijas de las aves. Es decir, de la Naturaleza. No lo olvidemos.