Educación ambiental
trabajo comunitario
y energías renovables
Por
Juan Carlos Hernández Martín*,
Isabel Reinoso Castillo* e Ileana
Sierra Obeso*
Tríada imprescindible para salvar
la deuda ecológica que enfrenta
la humanidad
La educación se ha convertido en un elemento imprescindible para hacer frente
a la globalización neoliberal impuesta por los sectores más reaccionarios del capital.
La educación se expresa en la relación entre el proceso de dar, conducir y guiar,
y el proceso de extraer el caudal de experiencias de cada ser humano. |
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Bajo el mismo sol, dos formas antagónicas
creadas por el hombre para obtener energía: extracción de combustibles fósiles
y aprovechamiento de la energía eólica.
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En la actualidad es necesario hacer frente a la crisis ambiental que enfrenta el planeta y para ello es imprescindible la educación ambiental que según la Ley 81 de Medio Ambiente, es un «Proceso continuo y permanente, que constituye una dimensión de la educación integral de todos los ciudadanos, orientada a que en la adquisición de conocimientos, desarrollo de hábitos, habilidades y capacidades y actitudes y en la formación de valores, se armonicen las relaciones entre los seres humanos y de ellos con el resto de la sociedad y la naturaleza, para propiciar la orientación de los procesos económicos, sociales y culturales hacia el desarrollo sostenible».
La humanidad ha llegado a un estadio en el que el uso indiscriminado de los recursos naturales, entre ellos los combustibles fósiles, ha traído como resultado que muchos se agoten, y por otro lado se produzcan conflictos regionales por el dominio de estas reservas.
El deterioro medioambiental que vive el planeta es amenazado desde diferentes ángulos morales y materiales: las guerras, el hambre, la sed, el desempleo, las discriminaciones sociales y étnicas, las enfermedades, la prostitución infantil, las drogas, el terrorismo, la violencia sin límites, la corrupción, la indolencia, la intolerancia y la falta de solidaridad humana, son los principales rasgos negativos de esta época, así como las ideas antrópicas de que la naturaleza y todo cuanto se creó fue hecho para servir al hombre, y por otro lado, la falta de actitudes adecuadas y compromisos sociales hacia el manejo y cuidado de los recursos naturales. Al respecto señalaba Fidel Castro en una de sus reflexiones: «Duele pensar que se consumen anualmente 10 mil millones de toneladas de combustibles fósiles, lo cual significa que cada año se derrocha lo que la naturaleza tardó un millón de años en crear».
En otra de sus reflexiones señala: «La idea del calentamiento global como terrible espada de Damocles que pende sobre la vida de la especie, hace apenas 30 años ni siquiera era conocida por la inmensa mayoría de los habitantes del planeta; aún hoy existe gran ignorancia y confusión sobre estos temas».
Al respecto, la educación ambiental se convierte en un medio eficaz para hacer frente a la crisis ambiental, que es la mayor manifestación de la crisis de conocimiento de nuestra sociedad, al decir del politólogo mexicano Enrique Leff. Es importante en la época contemporánea superar la visión antropocéntrica y se eduque a partir de asumir una visión ambiocéntrica.
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Fotograma de la exitosa campaña «Reciclar es comenzar»,
una importante contribución cubana para la educación ambiental. |
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El origen del grave problema ecológico que hoy afrontamos, se encuentra asociado al desarrollo de la revolución industrial y al modo de producción capitalista, basado en un incontrolado crecimiento del uso de los recursos energéticos de origen fósil. La utilización indiscriminada de los combustibles fósiles acarrea un panorama crítico para el mundo; los mismos se han formado durante millones de años, y para recuperarlos hay que lograr la utilización de las fuentes renovables de energía, lo que se puede alcanzar mediante una efectiva educación ambiental en las comunidades, es decir, una transformación que implica la activa y consciente participación de sus miembros.
La educación ambiental se convierte así en un verdadero soporte para ir formando en las nuevas generaciones una conciencia sobre el uso cada vez más continuado de las fuentes renovables de energía, y un aporte significativo al diálogo de nuevos saberes en las comunidades, mediante acciones coordinadas y planificadas para formar nuevas habilidades, actitudes, aptitudes y valores en un contexto donde se hace imprescindible un reconocimiento mayor de esta como vía imprescindible para alcanzar una cultura de la naturaleza y avanzar hacia el desarrollo sostenible.
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