Biogás, energía positiva y desarrollo local
Por
José Antonio Guardado Chacón*
Una alternativa de respuesta a
la pregunta ¿Qué más hacer en materia de fuentes renovables
de energía?
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En los artículos «Soberanía energética, medioambiente y desarrollo local sostenible» y
«El municipio de energía positiva», publicados en los números de Energía y Tú 67 y 70, respectivamente, el Dr. Luis Bérriz aborda el tema sobre la importancia de la generación energética puntual en el desarrollo local, territorial y nacional. En el artículo referido al municipio de energía positiva, de manera particular se refiere a las potencialidades que tiene Cuba a partir de la energía que nos proporciona el sol, del cual provienen todas las fuentes renovables de energía (FRE).
En esa dirección, Bérriz asevera que la radiación solar que recibe Cuba en un solo día es mayor, en su valor energético, que todo el petróleo que consume durante cinco años. Dicho de otra forma: en Cuba se recibe 1800 veces más energía solar que la del petróleo que consume. En la figura 1 se ilustran estos conceptos de forma resumida, combinándolos con el ciclo del agua como elemento imprescindible de la vida y también dependiente del sol.
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Fig. 1. Conceptos que confirman la factibilidad de las FRE. |
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Como se conoce, el país desarrolla diferentes proyectos y programas para impulsar la producción de electricidad con FRE. Algunos de ellos prevén en el 2030 producir 755 MW de la biomasa cañera, 633 MW de energía eólica, 700 MW de energía fotovoltaica, 56 MW de hidroenergía,
47 MW de biomasa no cañera y 27 MW en los programas de biogás (ver Fig. 2). A partir de estos programas oficiales del Estado cubano, respaldados en el plan de la economía y tomando en consideración lo antes expuesto, entre otros aspectos, Bérriz se pregunta entonces, « ¿Qué más se puede hacer?» A cuya pregunta también responde: «Son muchas las variantes posibles que dependen de cada lugar, de sus necesidades y de sus posibilidades…».
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Fig. 2. Proyectos y programas para impulsar la producción
de electricidad con FRE a 24 % para el 2030. |
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Con este artículo queremos sumarnos a la tesis de que mucho se puede y se debe hacer para garantizar la energía necesaria que permita el desarrollo local sostenible, pues evidentemente:
Un gran problema puede tener una gran solución o una gran cantidad de pequeñas soluciones.
O ambas a la vez que se complementen.
Precisamente para el logro de una gran cantidad de pequeñas soluciones también es necesario priorizar políticas y estrategias, que garanticen una cultura integral sobre las FRE, así como un movimiento acelerado y sostenido en su desarrollo y aplicación. En consecuencia con este último objetivo, y dada la pujanza alcanzada por el Movimiento de Usuarios del Biogás (MUB) en Cuba, en lo adelante le dedicaremos nuestra atención al biogás como fuente renovable de energía, en esta primera parte. Su rol dentro del contexto del saneamiento ambiental, en aras de mejorar las condiciones de vida en el planeta y de sus usuarios localmente, tomando en consideración los perjuicios y bondades de los residuos orgánicos al ambiente, serán objeto de la segunda parte del artículo. De igual manera, y a modo de ejemplo, responderemos a la pregunta ¿Qué más hacer?, utilizando los productos finales del biogás para el logro de la soberanía energética y el desarrollo local sostenible.
Tomando en consideración que el agua, la producción de alimentos sin contaminar y la energía son transversales al desarrollo local, es necesario conocer la vinculación de los residuos orgánicos con esas actividades y principales recursos del planeta (Fig. 3), a partir de los problemas esenciales que afectan su equilibrio (Fig.4), y los perjuicios y bondades de los residuos orgánicos que originan el biogás (Fig.5).
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Fig. 3. Materia prima del biogás, sus impactos y su vinculación
con los principales problemas y recursos que afectan la vida en el planeta.
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Fig. 4. Principales problemas que afectan la vida humana en el planeta.
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Fig. 5. Perjuicios y bondades de los residuos orgánicos
sometidos al proceso de la digestión anaeróbica.
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A partir del concepto de que la energía más barata y menos contaminante es la que ahorramos, cualquier análisis para contribuir a la energía positiva requiere del uso eficiente de los portadores energéticos y de la energización puntual.
De acuerdo con el estudio realizado por la Oficina Nacional para el control del Uso Racional de la Energía (Onure) en el 2015, una vivienda consume 186 kWh. Por esa razón tomaremos a modo de ejemplo la vivienda de un usuario con dichas características. Los equipos de esa residencia y su consumo promedio mensual de acuerdo con las facturas de la empresa eléctrica, se indican en la tabla 1. Este consumo promedio mensual de 380 kWh fue registrado antes de que el usuario tuviera su biodigestor. Una vez construido y puesto en marcha el biodigestor, con igual número y características de equipos (incluida una ducha eléctrica), este promedio descendió a 190 kWh (ver tabla 2). Este simple análisis evidencia que 50% del consumo de electricidad se redujo, a pesar del consumo adicional de energía que evidentemente ocasiona el uso de la ducha eléctrica por los cuatro miembros de la familia del caso estudio. Si en esta situación se sustituyen los equipos y lámparas por otros menos consumidores, entonces el consumo bajaría y, por ende, la contribución del biogás podría ser superior a 50%. Eso significa que el biogás ha contribuido al menos en 50% para convertir esa vivienda en una vivienda de energía positiva, cuestión esta que se logra perfectamente con una producción mayor de esta fuente, o combinándola con otras FRE, entre otras expresiones de eficiencia y generación puntual.
Tabla 1
Equipos y consumo de electricidad
de la vivienda del usuario antes del biogás

Tabla 2
Equipos y consumo de electricidad
de la vivienda del usuario después del biogás

Consciente de que en este sencillo análisis no se han valorado otras variables importantes relacionadas con la conciencia y cultura energéticas, así como con otras que tienen que ver con las observaciones y la metrología en la rigurosidad y veracidad de la información, en la segunda parte de este trabajo, de conjunto con la Onure en Villa Clara, proporcionaremos más detalles a lo expuesto, que incluirá lo correspondiente a la recuperación de la inversión real que ha hecho el usuario en la construcción de su digestor y en otros gastos.
Dicha familia ha obtenido múltiples beneficios en ese contexto, expresados en los ahorros logrados en el consumo de energía eléctrica, obtención de biogás y bioabono, mejoras en el presupuesto familiar e incremento en la producción de alimentos, entre otras ventajas. Ello corrobora la factibilidad y necesidad de crear una cultura energética en las comunidades.
En ese mismo sentido, seguiremos respondiendo a la pregunta ¿Qué más se puede hacer con biogás para contribuir al desarrollo local sostenible?, convencidos de que la generación puntual, como una pequeña solución, es imprescindible para garantizar y acelerar el desarrollo sostenible en las diferentes instancias.
* Doctor en Ciencias Técnicas. Miembro de la Junta Directiva Nacional de Cubasolar.
e-mail: gcubasol@enet.cu
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