AHORRAR CON LA

LUZ

Por Bruno Henríquez
Ilustración: Alemán

 

El consumo energético tiene un componente apreciable en el uso que se hace de él para producir iluminación. Cuando se habla de ahorro muchos piensan en apagar las luces innecesarias, disminuir el número de lámparas o usar otras más eficientes y éstas son ideas correctas, pero no las únicas. Muchas veces al tomar medidas para ahorrar se producen errores que aumentan el consumo, se disminuye el bienestar visual y se ocasionan daños de tipo permanente a instalaciones y construcciones.

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Disponibilidad de luz diurna.

Una de las mejores formas de ahorrar electricidad en cuanto a la iluminación es el aprovechamiento de la luz diurna o luz natural, para esto se deben tener en cuenta, entre otras cosas:

Para utilizar la luz natural no basta con abrir las ventanas, poner tejas translúcidas en el techo o apagar la luz eléctrica.

Debemos saber si los niveles de iluminación en los lugares donde vamos a desarrollar nuestras actividades son los correctos.

Muchas veces al visitar locales de trabajo y en algunas viviendas encontramos una serie de situaciones típicas:

Debemos evitar el gasto excesivo de la energía no las condiciones que nos dan comodidad. Si hacemos inversiones que no consuman energía como las mencionadas anteriormente, el edificio y el local serán más económicos durante su vida útil y nuestros ojos también lo agradecerán.