ALIMENTACION VEGETARIANA ¿VEGETARIANA?
Por Camelia Henríquez
Miembro de CUBASOLAR
Ilustraciones: Anto
Millones de personas en todo el mundo se convierten, año tras año, en vegetarianas. En ello influye el interés tanto en preservar la salud y conseguir longevidad, como motivos económicos, éticos y hasta religiosos.
Entre los que han renunciado a consumir carne se encuentran figuras de renombre internacional como las estrellas de cine Gloria Swanson y Dennis Weaver, los músicos Michael Jackson, Paul y su esposa Linda Mc Cartney, George Harrison, Jeff Beck y Stevie Wonder, entre otros. En los deportes la lista incluye a Chris Campbell (campeón mundial de lucha libre en 1981), Edward Moses (recordista mundial de los 400 metros con obstáculos, Robert DiCostella (campeón olímpico de maratón) y, según cuentan, los integrantes del equipo de béisbol japonés Leones de Seibu, quienes ganaron la Serie del Pacífico de Béisbol dos años consecutivos luego de haberse convertido en vegetarianos.
Mucho se habla de la alimentación vegetariana, sus ventajas y posibilidades. Los humanos nos convencemos más cada día, de la influencia que, sobre la vida, ejerce la dieta. En este sentido, es lícito preguntarse: ¿es más apto el cuerpo para una dieta vegetariana que para una que incluya carne? Si el hombre es omnívoro, ¿por qué se recomienda la alimentación vegetariana?
Tito Núñez director del Ecores-taurante del Jardín Botánico Nacional opina que la definición de omnívoro es un poco difusa para el hombre, es un problema de cultura, cuando aparecieron el fuego y las flechas fue cuando el hombre empezó a comer carne. Si miramos las características de un animal omnívoro por naturaleza y lo comparamos con el hombre, vemos que son diferentes; por ejemplo, el oso tiene garras, están hechas para matar; sin embargo las manos del hombre son sólo para recolectar frutas; un niño pequeño al tomar una fruta en su mano y un animalito en la otra, por instinto tiende a comer la fruta, pero no así el animalito.
Una vez en el estómago, la carne necesita de jugos gástricos con una elevada concentración de ácido clorhídrico. El estómago del ser humano y de los no carnívoros produce ácido con una concentración veinte veces menor que el que se encuentra en los carnívoros. Otra de las diferencias entre los carnívoros y vegetarianos se encuentra en el tracto intestinal, donde los nutrientes pasan a la sangre. La descomposición de la carne en el interior del organismo crea desechos tóxicos. Por consiguiente, la carne debe ser procesada con prontitud y sus restos rápidamente eliminados del organismo. Por esta razón, los carnívoros poseen tubos digestivos cuya longitud es solo tres veces la longitud de sus cuerpos. El hombre, al igual que otros animales que no comen carne, tiene un tubo digestivo de hasta doce veces la longitud de sus cuerpos.
Otro órgano del cuerpo que se ve afectado por las toxinas provenientes de la descomposición de las carnes es el riñón. Este es un elemento vital en el funcionamiento del organismo humano. Se encarga de filtrar la sangre y extraer los desechos contenidos en ella. Incluso las personas que comen carne de forma moderada, sus riñones trabajan tres veces más que sus similares vegetarianos.
El hombre es un animal fisiológica y anatómicamente vegetariano. Los alimentos vegetales eliminan la mayor cantidad de alergógenos que entran en el organismo por los alimentos de origen animal nos dice Tito Núñez al suprimirse esto, se eliminan enfermedades: la gota, el cáncer, la diabetes, la hipertensión. De las operaciones quirúrgicas que se practican por cáncer (según los médicos) el 90% se pueden prevenir, porque el avance de éste es provocado por el cigarro, la mala alimentación y la falta de ejercicio.
La mala alimentación reside principalmente en no alimentarse naturalmente. Una buena alimentación debe tener en cuenta, entre otros aspectos. Comer sin sal, sin azúcar, sin alimentos refinados como por ejemplo la harina, ya que estos componentes (la sal y el azúcar) pues están presente en los alimentos naturales en proporciones que no son perjudiciales para las personas, mientras que los productos refinados, como la harina y el azúcar refino son sometidos a procesos en los que se le incorporan sustancias nocivas al tiempo que se eliminan sus capacidades energéticas.
Los animales afirma al contrario de los hombres se alimentan de forma natural con lo que le proporciona el medio en que viven y por poner un ejemplo, no tienen caries, no se enferman de los dientes. Entonces, ¿Quiénes están mal hechos ellos o nosotros? Tito Núñez opina que Somos nosotros los que comemos lo que no debemos comer, lo que el organismo no está hecho para digerir. El sistema digestivo humano es alcalino, está preparado para digerir vegetales, pero al introducir la carne en la dieta, éste se vuelve ácido y esto actúa sobre el esmalte de los dientes, dañándolo y propiciando que se produzcan las caries. La alimentación vegetariana preserva la calidad de la vida, impide un gran número de enfermedades y protege al medio ambiente. |
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Esta última es a una gran escala, porque por ejemplo: una vaca alimenta a 1 500 personas, sin embargo, el terreno que se utiliza para alimentarla es tal que si se empleara en sembrar vegetales de consumo humano, la cosecha alimentaría a 8 000 personas sin necesidad de derrumbar bosques para obtener terreno de pasto; además, se necesita más tiempo en alimentar una vaca para sacarle provecho que en obtener cultivos.
Muchas veces, la sola mención del vegetarianismo provoca una reacción fácil de predecir: ¿Y de las proteínas, qué?. El vegetariano puede contestar: La proteínas las obtenemos del mismo lugar de donde la obtienen el toro, el elefante, las cebras o rinocerontes. La idea de que solo la carne posee las proteínas necesarias para conseguir la fuerza y la energía requeridas, solo es un mito.
Al ser digeridas, la mayoría de las proteínas se disgregan y descomponen sus aminoácidos constituyentes, que son reconvertidos y usados por el cuerpo para el crecimiento y reemplazo de tejidos. A excepción de ocho, los restantes catorce aminoácidos son sintetizados por el propio organismo. Por otra parte, esos ocho aminoácidos esenciales, existen en abundancia en alimentos que no son precisamente carne. Los productos de consumo diario, como granos, leguminosas o los cereales, son fuentes concentradas de proteínas. Otros como el queso, el maní y las lentejas, contienen más proteínas que un kilogramo de hamburguezas, carne de cerdo o res.
Aunque una cantidad insuficiente o inadecuada de proteínas produce la pérdida de fuerza, el exceso de proteínas no puede ser utilizado por el cuerpo; más bien se convierten en desechos nitrogenados que sobrecargan los riñones. La fuente primaria de energía para el cuerpo la constituyen los carbohidratos. Las proteínas son utilizadas para la producción de energía sólo como último recurso.
Tito Núñez opina que el hombre si puede vivir sin ingerir alimentos de origen animal. La ingestión de estos tiene desventajas para su salud y para el medio ambiente. Por eso el hombre debe vivir sin ingerirlos. Por ejemplo, yo mismo llevo 5 años sin ingerir alimentos de origen animal, sólo como alimentos vegetales y se me han borrado los síntomas de enfermedades que me aquejaban, como la diabetes, úlceras, alergia y hemorroides.
Aclara que el organismo tiene que realizar un mayor trabajo para desdoblar las proteínas, por eso la digestión se hace pesada y nos da sueño. En ocasiones hasta sudamos al ingerir carne y debemos reposar después de comer. Mientras que en los vegetales es mucho más fácil, los aminoácidos ya se encuentran desdoblados son asimilados más rápido y con menos gasto de energía. Pero no todos los tipos de aminoácidos se encuentran en un mismo vegetal, por eso se necesita una dieta balanceada con varios tipos de vegetales. Esto último, a simple vista parece una desventaja, pero es todo lo contrario, porque crea la diversidad de platos, no permite el monocultivo, mantiene la diversidad de las especies y abre el camino a la búsqueda de plantas comestibles.
En la alimentación no sólo son necesarios los aminoácidos, también las vitaminas, carbohidratos, grasas... y todos ellos están presentes en los vegetales. Las plantas tienen todo lo que necesita nuestro organismo. |
Uno de los secretos de la larga vida y buena salud es tomar como reglamento el consumo diario de ensaladas. A veces, en verano, las ensaladas son los únicos alimentos que nos apetecen.
Debemos aprender a satisfacer nuestras necesidades proteicas con ensaladas. A continuación les presentamos algunas de estas posibilidades.
KOFTAS
Croquetas de papa en salsa de tomate
Para las croquetas: |
Para la salsa: 8 tomates picados 1/4 de litro de yogurt 2 cdas. de aceite vegetal 2 ajíes picantes romero, laurel. |
La salsa: Dore los ajíes sobre el aceite, agregue los otros condimentos y luego los tomates, mezcle y cocine a fuego lento.
Las croquetas: Mientras tanto, hierva las papas con la cáscara (piel) y la coliflor. Cuando estén bien cocidas, pele las papas y deshágalas mezcladas con la coliflor. A este puré, agregue los demás ingredientes y luego del forma de bolitas de unos 3 cm de diámetro.
Dore las bolitas friéndolas en abundante aceite.
Mezcle la salsa con el yogurt y vierta la mezcla sobre las bolitas recién doradas. Sírvalas inmediatamente, porque en contacto con la salsa tienden a deshacerse.
Preparación y cocción: 45 minutos.
MAYONESA DE ZANAHORIA
3 zanahorias cocidas
3 papas cocidas
2 cucharadas de jugo de limón
1 taza de aceite
sal y pimienta a gusto
Colocar en la licuadora las papas y las zanahorias. Agregar los demás ingredientes y
hacerla funcionar. Si hiciera falta darle más fluidez, añadirle aceite
y jugo de limón.
MAYONESA DE REMOLACHA
3 papas cocidas
2 remolachas bien cocidas
Se prepara igual que la receta anterior, pero poniendo en la licuadora la remolacha en trocitos. Para enriquecer con proteínas las ensaladas, se deben atender los siguientes consejos:
A la lechuga u otra hoja añadir:
A las ensaladas de frutas añadir: