CUBASOLAR ´96:
UNA DISCUSIÓN ABIERTA SIN MARCOS
CONVENCIONALES
Discurso de clausura de Carlos Gómez,
Viceministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
VIERNES 7 DE JUNIO DE 1996.
CIES. Santiago de Cuba en el evento CUBASOLAR´96
Estimados visitantes extranjeros, queridos colegas cubanos que han participado en este Taller CUBASOLAR´96:
Quisiera antes de comenzar mi intervención, agradecer en nombre de todos, las emotivas palabras que hemos escuchado del compañero Turrini y sus sinceras muestras de compromiso con nuestro pueblo.
Cuando se me solicitó por el compañero Luis Berriz, Presidente de CUBASOLAR que participara aquí con ustedes en esta jornada final, confieso que me sentí algo indeciso. Por una parte cierto es que me siento muy comprometido con cualquier evento relacionado con la energía solar en Cuba, mucho más si como ha sido este el caso, el evento tenía lugar en Santiago de Cuba y además con sede en este Centro de Investigaciones de Energía Solar a cuyo desarrollo he tenido el honor de dedicar una parte importante de mi labor durante los años cruciales de culminación de su construcción. Atendiendo a estos factores, el compromiso era inevitable. Pero mi indecisión provenía de que conocía perfectamente que los organizadores de este evento se habían propuesto que el mismo no constituyera un tradicional evento científico, sino que se saliera de los marcos de la sede del evento, permitiera una discusión abierta, sin marcos convencionales y alcanzara un grado superior de relación de los participantes con la problemática de las energías renovables en Cuba. Esta concepción que en definitiva es la que ha caracterizado el evento, me parecía a mi no se ajustaba a unas palabras de clausura formal. Pero en definitiva, acepté este compromiso, y les digo con toda sinceridad no me arrepiento de esto. Muy por el contrario me siento muy satisfecho por poder compartir con ustedes, con tantos amigos aquí presentes, la satisfacción de poder afirmar que se ha tratado de un magnífico encuentro.
Hay varias razones por las cuales podemos afirmar esto: en primer lugar, aunque las jornadas de la carretera han sido agotadoras, creo que es muy bueno que nuestros visitantes extranjeros y por qué no, también los cubanos, hayan podido apreciar con sus propios ojos una muestra de lo que se ha hecho o lo que en algunos casos aún se trata de hacer, en Guamá, el Brujo, Sabaneta o San Antonio en Santiago y Guantánamo. Creo que ustedes habrán podido apreciar que el uso de las energías renovables no es sólo una preocupación de un grupo destacado de técnicos, sino también de autoridades políticas, sociales y de gobierno a muy diversos niveles de estas dos provincias en que ha tenido lugar el evento.
Como dice un viejo proverbio chino un ojo vale más que mil orejas, ustedes pueden hablar ahora de lo que han visto con sus ojos, no de lo que alguien les ha contado. Y esto es muy importante siempre, pero más aún en un momento como éste, donde de Cuba se hablan muchas cosas en el mundo y muchas veces con no buenas intenciones. Ustedes han podido apreciar también nuestros problemas. No ocultamos que los tenemos. Hemos cometido errores muchas veces, no lo negaremos. Quizás en el uso de la energía solar y otras fuentes renovables no aprovechamos lo suficiente otras épocas en las cuales era más favorable nuestra situación financiera. Esto es cierto. Pero también lo es que hoy nuestro país posee una clara conciencia de la importancia que tiene el uso de las fuentes renovables de energía. Puedo decirle que uno de los trece programas principales que posee la investigación científica en nuestro país es el denominado Desarrollo energético sostenible del País. El mismo comprende unos 50 proyectos de investigación dentro de los cuales un peso significativo lo poseen las investigaciones dirigidas a desarrollar la utilización de las fuentes renovables de energía. A este propósito, le dedicamos ahora y lo haremos también en el futuro, una parte considerable de nuestros recursos humanos y materiales en materia de investigación científica. No puede ser de otro modo, por cuanto el problema energético constituye hoy en día la limitante más severa que presenta la economía cubana para su pleno desarrollo. La presencia de más de 40 delegados extranjeros en este evento, provenientes de unos diez países, los acuerdos de cooperación y las numerosas cartas de intención firmadas con instituciones cubanas constituyen por tanto un gesto de particular significación que queremos destacar y que recordaremos siempre con agradecimiento.
Considero que otro aspecto muy significativo de este evento ha sido la posibilidad lograda de reunir en el mismo a todas las instituciones del país que trabajan en este campo. Nos satisface que se haya logrado una masiva participación de los trabajadores de este Centro, que trabajaron con particular esfuerzo por embellecerlo y prepararlo para el evento, pero también nos complace encontrar una nutrida presencia universitaria, de la industria, de diversas provincias, inclusive de dirigentes del gobierno y del partido de varios territorios, porque esa unidad que hemos alcanzado, y que no siempre fue así, nos garantiza que alcanzaremos, con el esfuerzo de todos, éxitos superiores en la formación de los cuadros de la investigación científica, la asimilación tecnológica y la comercialización de productos destinados a favorecer el uso de al energía renovable.
No puedo concluir estas palabras sin expresar el agradecimiento de todos a las autoridades del Partido y del Gobierno de Santiago de Cuba, así como a la subsede de Guantánamo, que acogieron con su hospitalidad característica a todos los participantes y que merecen en nombre de todos, nuestra más calurosa felicitación.
Compañeros: Martí el apóstol de la República de Cuba, dijo en célebre frase que conocen todos los cubanos: Hasta el sol que nos alumbra tiene manchas, los desagradecidos ven las manchas, los agradecidos ven la luz.
Digamos nosotros, recordando esta frase del apóstol, que la energía solar y las demás fuentes renovables de energía, también han tenido manchas, pero que todos los participantes en este evento recordaremos con agradecimiento no sólo las manchas, sino sobre todo su luz.
Muchas Gracias.