EN LA ABADIA CISTERCIENCE DE CAIRVAUX

Mencionado en : FUENTES ENERGETICAS RENOVABLES EN LOS PAISES EN VIAS DE DESARROLLO. Exitos y fracasos en la transferencia y difusión de tecnología. Federico M. Butera. La Paz, Bolivia 1990.

Ilustración: Anto

El río penetra en el interior del monasterio de acuerdo con lo que le permite el muro de contención; pasa primero a través del molino de grano, donde sus aguas son utilizadas para la molienda bajo el peso de la muela y para maniobrar el fino cedazo que separa la harina del afrecho (cáscara), luego las aguas fluyen dentro de una edificación contigua y llenan el caldero donde es hervida la cerveza para los monjes, siempre y cuando se advierta la necesidad en caso de que escasee el vino.

Luego de esto no ha terminado su labor, porque todavía se le hace pasar por las máquinas de batanadura (dar cuerpo al tejido) que se encuentran ubicadas bajo el molino de grano y, mientras esto sucede, el río da su aporte a la preparación del alimento de los hermanos, ahora les sirve en la producción de tejidos y en todo este quehacer obedece dócilmente. El eleva y baja alternativamente los bloques de madera de la máquina para la batanadura, y cuando con su energía ha logrado hacer girar velozmente todas esas ruedas, genera espuma y parecería que se hubiera molido a sí mismo.

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Posteriormente, el río entra en la curtiembre (tenería), donde dedica sus atenciones y su trabajo a la preparación del material necesario para los calzados de los monjes; luego se divide en muchos pequeños arroyos, y en su carrera afanosa pasa a través de varios compartimientos, llegando hasta donde sus servicios son requeridos para cualquier finalidad : para cocinar, para hacer girar engranajes, para desmenuzar, regar, lavar, moler, ofreciendo siempre de buen grado sus servicios ; finalmente, para merecerse completamente los agradecimientos y para no dejar nada incompleto transporta consigo los desechos y deja todo limpio.