Los últimos quince años
de la Humanidad sobre la Tierra
Por Ramiro Eulogio
Un año es el tiempo que invierte la Tierra en recorrer su órbita alrededor del Sol. Consta
aproximadamente de 365 días y seis horas.
Quince años constituyen la cuarta parte de la vida de muchas personas y, aunque ese período de tiempo sea casi insignificante para el planeta, durante los últimos tres lustros
han ocurrido sucesos que pueden desembocar en la extinción de la civilización humana sobre su superficie.
Les propongo un recorrido por los últimos quince años vividos por el hombre en la Tierra. Pasaremos revista al comportamiento del crecimiento de la población, los gastos militares, el número de refugiados, los medios de transporte, la deforestación y el calentamiento global, entre otros aspectos.
Acompáñeme
POBLACIÓN. 1972:
La población del planeta era de 3 840 000 000 de habitantes, de los cuales 72% vivía en los países en desarrollo. El crecimiento promedio era 2% anual.
1997:
La población mundial sobrepasa los 5 850 000 000 de personas, 380 000 000 más que en 1992, fecha en que los Jefes de Estado o Gobierno se reunieron en lo que se llamó desde entonces "Cumbre de la Tierra". Eso equivale a toda la población de Europa reproducida
en solo un lustro. Ahora 80% de la población total vive en los países en desarrollo. La tasa de crecimiento es inferior a 1.5%, o lo que es lo mismo, 81 000 000 de seres cada año.
GUERRAS Y REFUGIADOS. 1972:
Las naciones gastaban más de ocho billones de dólares en la compra de armas y mantenimiento de los ejércitos. Los refugiados se estimaban en tres millones.
1997:
Los gastos militares globales son del orden de los ocho billones de dólares. O sea, 140 dólares por cada hombre, mujer o niño que pueble la Tierra. La disminución respecto al año 1992 ha sido dramática pues en esa fecha los gastos militares eran de más de mil billones de dólares. El número de refugiados ha seguido creciendo. Cinco años atrás eran quince millones. A hora se contabilizan veintiséis millones.
REACTORES NUCLEARES 1972:
Cerca de 100 reactores atómicos generaban electricidad en 15 países. Aún no se conocían afectaciones a causa de la radiactividad en las instalaciones comerciales. Solo dos reactores para usos militares habían sufrido daños (Windscale, Reino Unido; y Chelyabinsk, URSS; ambos en 1957).
1997:
Cuatrocientas cuarenta y tres unidades producen energía eléctrica en 31 naciones. Desde 1992 se ha puesto en operaciones
15 unidades mientras otras 36 se encuentran en construcción. La electricidad de origen nuclear representa 17% de toda la energía que se consume en el planeta. Se ha registrado dos accidentes severos, con liberación de importantes cantidades de radiactividad al medio ambiente, en instalaciones civiles (Three Mile Island, Estados Unidos, 1979 y Chernobyl, Ucrania, en 1986).
TRANSPORTE. 1972:
Funcionaban 250 000 000 de motores de combustión interna para vehículos. De ellos, 200 000 000 en automóviles. La contaminación que provocaban estaba limitada exclusivamente a los países desarrollados.
1997:
El número de automóviles en el mundo sobrepasa la cifra de 500 000 000. La mayoría de ellos funciona en los países del llamado "Primer Mundo". Sin embargo, cada vez más ciudades de países subdesarrollados comienzan a experimentar alarmantes niveles de contaminación debido al transporte terrestre.
CLORO Y CAPA DE OZONO. 1972:
El cloro en uno de los elementos más nocivos para el gas llamado ozono. Esta sustancia se encuentra en grandes alturas y forma un escudo que protege al planeta de los peligrosos rayos ultravioleta. El cloro proviene de los cloro-fluorocarbonos y otras sustancias químicas de amplio uso en la industria y la agricultura. Un cuarto de siglo atrás, las mediciones del cloro en la atmósfera arrojaban concentraciones de 1.4 partes cada mil millones. Los agujeros en la capa de ozono eran todavía desconocidos.
1997:
La contaminación con cloro de la atmósfera se ha duplicado. Ahora es de tres partes por cada mil millones. Gracias a la acción de la comunidad internacional para frenar la destrucción de la capa de ozono con sustancias químicas, la concentración de cloro alcanzará su punto máximo en 1999 y luego se espera caerá rápidamente. Los agujeros en la capa de ozono continuarán abiertos durante décadas. Este año, en que se localiza sobre la Antártida, demoró en cerrarse un mes más de lo pronosticado.
GRANDES CIUDADES. 1972:Existían solo tres ciudades con más de diez millones de habitantes, dos de ellas en países desarrollados. Cuando los seres humanos se concentran en número tan elevado, comienzan a originarse muchos problemas vinculados al incremento de las necesidades de transportación, la evacuación de los desechos, el suministro de aire limpio y agua potable. 38% de la población mundial vivía en pueblos y ciudades.
1997:
Cuarenta y siete por ciento de la población mundial vive ahora en zonas urbanas. En unos pocos años la mitad de los pobladores del planeta se concentrará en las ciudades. Cinco años atrás, se contabilizaban 13 "megaciudades" con más de diez millones de habitantes. Hoy existen al menos 18; de ellas 13 se localizan en países desarrollados.
ESPECIES. 1972:
Existían cerca de 2 000 000 de elefantes africanos menos. Esta es una de las especies más amenazadas por la humanidad, con una tasa de extinción nunca vista desde la desaparición de los dinosaurios hace 65 000 000 de años.
1997:
Sólo quedan entre 286 000 y 580 000 elefantes africanos. Continúan siendo víctimas del comercio ilegal del marfil, permitido aún por algunas naciones. En otros lugares, las matanzas continúan pues los campesinos tratan de proteger sus cosechas de la destrucción. Los elefantes se alimentan de ellas, o las destruyen a su paso. A nivel global, 168 especies de mamíferos y otras tantas de aves se encuentran bajo amenaza y en grave peligro de extinción. El riesgo de desaparición definitiva en los próximos años, es alto.
CALENTAMIENTO GLOBAL 1972:
Diez y seis mil millones de toneladas de dióxido de carbono, el más influyente de los gases que acentúan el efecto invernadero, fueron liberadas al medio ambiente. La concentración del gas en la atmósfera fue de 327 partes por millón.
1997:
Las liberaciones de dióxido de carbono son ahora de veintitrés mil millones de toneladas por año. Tanto los países desarrollados como los "en vías de desarrollo" incrementan, de año en año, el uso de los combustibles fósiles. Por ello, la concentración del CO2 en la atmósfera se incrementa aceleradamente. Si en 1992 era de 352 partes por millón, ahora alcanza las 364 partes por millón.
AGUA 1972:
El uso del agua hacía que se consumieran 2 600 km3 del líquido, principalmente en tareas de irrigación.
1997:
El consumo de agua potable se ha incrementado en dos terceras partes. Ahora alcanza los 4200 km al año, cantidad que se incrementa en la misma medida en que aumenta el número de habitantes del planeta. Mil cuatrocientos millones de seres humanos, la cuarta parte del total, carece de acceso real a fuentes de agua aptas para el consumo.
BOSQUES TROPICALES 1972:
Hasta la tercera parte del área de bosques tropicales del planeta había sido destruida. Del resto, 0.5% (100 000 km2) desaparece cada año. Esto es equivalente al área que ocupa Islandia.
1997:
La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estimó la tasa de deforestación para los trópicos entre 1990 y 1995 en 130 000 km2 por año. Ello implica que una o dos especies de plantas y animales desaparecen del la faz del planeta en cada hora. La deforestación de la Amazonia creció desde los 11 000 km2 en 1992, hasta 15 000 km2.
PESCA 1972:
Cerca de 58 000 000 de toneladas de peces fueron extraídas de los diferentes océanos por las flotas pesqueras. Dos años después, las reservas de arenque del Mar del Norte se colapsaron debido a la captura desmedida.
1997:
Después de décadas de constante crecimiento y de ligeras fluctuaciones ocurridas en los últimos años, se ha concluido que el límite superior de la captura global de peces ya ha sido alcanzado y, en algunos casos, superado. El último estimado de la FAO indica 90 700 000 toneladas de peces fueron extraídas durante 1997, 6 000 000 más que en 1992.
Este panorama de fin de siglo, para muchos apocalíptico, puede agravarse si, a tiempo, no enmendamos nuestros errores. La amarga realidad es que la civilización humana corre peligro, que seremos los hombres únicos responsables del futuro de la Tierra, que sólo de nuestras conciencias y nuestras manos depende la salvación o la caída del planeta.