Perspectivas de la caña de azúcar(*)
El reto más importante de la agroindustria azucarera para el cercano nuevo siglo será hacer de esta materia prima una fuente para resolver estos tres problemas de la humanidad. Por Juan Varela Pérez Productores, importadores, exportadores y técnicos de diferentes latitudes coincidieron en esta capital en que la agroindustria azucarera tendrá, en el nuevo siglo, que desarrollarse dentro de tres fenómenos que motivan las principales inquietudes de la humanidad: la alimentación, la energía y el medio ambiente. |
En ese escenario juega un importante papel la caña de azúcar como materia prima renovable, creadora de alimentos para el hombre y los animales.
El tema fue abordado por el doctor Luis Gálvez, director del ICIDCA (Instituto Cubano de lnvestigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar), en una de las más documentadas y seguidas exposiciones de Diversificación98, que sesionará hasta mañana en el Palacio de las Convenciones.
Como si fueran pocas sus ventajas naturales, la caña posee una capacidad de conversión cinco veces superior a la empleada en obtenerla y un rendimiento por hectárea no igualado por otro cultivo comercial. Esas características (precisa la investgación) la sitúan como el cultivo ideal para las exigencias del nuevo siglo.
Según este enfoque, se concibe desarrollar la explotación de la caña a partir de un concepto muy claro y definido: procesarla de forma óptima para obtener, además de azúcar de diversos tipos, mayores cantidades de bagazo para uso energético, alimento animal, mieles intermedias y jugos diluidos (para la producción de alimentos) en dependencia de las demandas del mercado.
Precisa el estudio que esas alternativas no significan cambios dramáticos en los esquemas y equipamientos tecnológicos y sí constituyen alternativas en los flujos de producción y en la vinculación de éstos con el mundo de los derivados.
Los países productores de azúcar entre ellos Cuba enfrentan el reto de diversificar su producción como respuesta a las dificultades del mercado internacional y la tendencia desfavorable de los precios.
Nuestro país dispone, además de 156 ingenios azucareros, de 16 refinerías de crudos, 13 destilerías de alcohol, 11 plantas de levadura forrajera (torula), 7 de aglomerados del bagazo y más de 200 de alimento animal.
En la medida en que aumente la producción cañera mediante el programa nacional en marcha, se reanimarán los derivados aplicándose nuevas iniciativas y conceptos económicos y organizativos y mayor será el aprovechamiento de esa red de instalaciones básicas para abrir el camino de la diversificación en escala grande.
Puede afirmarse, a manera de conclusión, que el reto más importante de la agroindustria azucarera en el cercano nuevo siglo, será hacer de la caña una materia prima que además de aportar alimento y energía, contribuya a la disminución de la contaminación del medio ambiente.
(*) La reproducción de este articulo del periodista Juan Varela Pérez, publicado en GRANMA el día 28 de mayo del presente año, obedece a su importancia en relación con el camino del Sol. Las cosas buenas, a veces, es necesario leerlas varias veces.