El
dominio
de la explosión
Las explosiones no son buenas ni malas, simplemente se convierten en instrumento de quien las domina. Por Gerardo Chávez Spínola
La fuerza de la explosión hace ya más de 50 años que sirve al hombre con eficiencia en múltiples renglones industriales. |
Explosiones que construyen
Los explosivos son utilizados cada vez más en demoliciones, donde se han perfeccionado las técnicas de manera tan precisa que se puede demoler un edificio de más de 20 pisos de altura, que ocupe el área de una manzana, en medio de la más populosa urbe, sin que se rompa ni tan siquiera una ventana de alguno de los edificios que lo circundan.
Los grandes embalses y represas, gasoductos y oleoductos, las minas, túneles y los sistemas de canales para riego, son trabajados con explosiones cuidadosamente controladas antes de comenzar la faena con las maquinarias.
Pero lo que muy pocos conocen, es que previo al momento sublime de apretar el botón del detonador, hay muchas horas de trabajo de los ingenieros y especialistas, diseñando los proyectos de voladuras que permitirán la selección del explosivo y la colocación de las cargas de manera adecuada para lograr el propósito deseado.
Conformar metales sin prensas
La posibilidad de controlar las gigantescas energías que desarrollan los explosivos industriales, ha dado lugar a toda una familia de tecnologías que permiten elaborar piezas metálicas de grandes dimensiones con muy bajos costos de producción; como es el caso de la conformación de metales por explosión, donde una carga explosiva colocada dentro de una masa de agua, posibilita conformar planchas metálicas en fracciones de segundo, para formar por ejemplo, cabezales de gran tamaño para recipientes industriales u otra pieza cualquiera que tomará la forma de la matriz, para la que se ha diseñado.
Placa bimetálica para intercambiador de calor enchapado por explosión.
Estas tecnologías permiten imponer productos de calidad a precios muy competitivos, debido a que sus costos de producción son relativamente bajos comparados con las técnicas convencionales, al no tener que utilizar prensas, ni edificaciones, ni personal con alta calificación, ni otra energía que no sea la de la explosión, además de presentar la ventaja de utilizar una sola matriz; lo que la convierte en una tecnología muy aceptable para la fabricación de piezas de grandes dimensiones y un método muy aconsejable cuando se trata de piezas atípicas con muy pequeña cantidad a producir.
El enchapado por explosión
Así, sin balones de oxígeno, ni acetileno, ni electrodos, ni equipos de soldadura eléctrica, es posible el enchapado de metales por explosión en la actualidad. Las combinaciones de metales más increíbles, en ocasiones imposibles de lograr con las técnicas convencionales, se logran con esta técnica.
Las presiones y las temperaturas instantáneas que se desarrollan durante la soldadura por explosión, permiten un enchapado que garantiza una adecuada resistencia al despegue y total unión metálica en toda la superficie.
Bimetales como: acero níquel /acero; cobre / acero; aluminio /cobre; latón / acero y otros muchos, pueden ser obtenidos aplicando esta técnica. De la misma forma pueden fabricar-se trimetales y metales multi-capas.
Las aplicaciones de los bimetales en la industria son muy amplias y pueden abarcar desde cuchillas autoafilables para maquinaria agrícola, hasta la combinación de las técnicas de enchapado y conformación, para lograr recipientes bimetálicos, como pueden ser los reactores químicos industriales que suelen trabajar a muy altas presiones y elevadas temperaturas, en atmósferas corrosivas, con un costo de producción mucho menor a un reactor convencional, manteniendo el mismo nivel de eficiencia y seguridad.
No hacen falta hornos, ni petróleo, ni electricidad, ni carbón para endurecer metales.
El endurecimiento de piezas metálicas por explosión, concebido para piezas con alto contenido de manganeso, que trabajan en condiciones de impacto y abrasión, es una operación relativamente rápida y simple.
Empalmes por explosión en líneas de alto voltaje.
La propagación de la onda de choque de alta intensidad a través del metal, hace que se incremente su dureza, así como el límite de fluencia y resistencia a la tensión, por lo que las piezas tratadas van a ofrecer mayor resistencia al desgaste por impacto y una menor tendencia a la deformación.
El mayor uso industrial del endurecimiento por explosión, es en piezas que trabajan bajo condiciones de impacto y abrasión, como es el caso de martillos para molinos tritura-dores de piedra, dientes de excavadoras y otras partes de equipos de minería.
Con relación a los métodos convencionales de endurecimiento presenta múltiples ventajas, que pueden sintetizarse en que la magnitud y la profundidad del endurecimiento son perfectamente controladas, se logra incluso una mayor profundidad, además de revelar fallos en el metal, asegurando que las piezas con defectos se rompan durante el proceso y no en funcionamiento, donde podrían traer como consecuencias, pérdidas de tiempo, destrozos y accidentes, teniendo en cuenta también que esta operación puede ser ejecutada en lugares remotos, donde no se disponga de equipa-mientos, ni energía, incluso a piezas de formas complejas, con gran peso y (o) grandes dimensiones, con el consiguiente ahorro por conceptos de transportación.
Si se requiere, el endurecimiento por explosión puede ser aplicado solo en áreas específicas de la pieza.
La industria de materias primas también se beneficia con la fuerza de la explosión
Los especialistas del Servicio de Voladuras Especiales, del Centro de Conformación de Metales por Explosión, del SIME, han demostrado que la fragmentación por explosión de partes y piezas para chatarra es totalmente factible de utilizar en nuestro país, en el desguace de barcos y el despiece de grandes motores para chatarra, aportando un considerable ahorro de tiempo y divisas.
Estos técnicos han logrado perfeccionar el fraccionamiento por explosión de masas para molinos de azúcar, con la finalidad de separar el eje o guijo, constituido por un metal de alta calidad, mejor cotizado para la venta como chatarra, que la propia masa de hierro fundido, lo que posibilitaría lograr mayores ganancias en su comercialización.