Gases de efecto invernadero Necesidad de un inventario Por Valentín Fernández MartínezIlustraciones: Aleman
Durante los días 2 al 4 de diciembre de 1998, se efectúo en el Hotel Panamericano en el Municipio Habana del Este, una reunión a la cual asistieron mas de 50 especialistas pertenecientes a diversas ramas de las ciencias y la técnica, con el objetivo de analizar y debatir la versión inicial del Inventario Nacional de Emisiones y Absorciones de Gases de Efecto de Invernadero de la República de Cuba (GEI). |
Los GEI siempre han existido en la Tierra y de una forma natural han experimentado un proceso de asimilación y compensación que ha permitido la adaptación de los diferentes ecosistemas a los cambios producidos por ellos.
Al realizar un análisis desde el periodo pre industrial hasta el momento actual, se aprecia que la realidad es violentada por la acción del hombre, ya que se acelera el proceso natural de cambio y se reduce el período de adaptación natural de los diferentes ecosistemas, lo que compromete el desarrollo y el bienestar de las presentes y futuras generaciones.
Sin pretender historiar sobre el tema, queremos referirnos a períodos más recientes, donde esta realidad, inobjetable ya, condujo a la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (pnuma) a la creación del Grupo I intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático en el marco del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (ipcc).
Esquema del efecto invernadero
Los objetivos básicos de este grupo consistían en evaluar la bibliografía científico-técnica existente sobre el Cambio Climático (CC), analizar los posibles impactos y las opciones de adaptación y mitigación.
En relación con las incertidumbres propias del tratamiento del tema y que responden a diferentes causas, tanto de nivel regional como global, el IPCC elaboró el llamado Segundo Informe de Evaluación (SIE), planteándolo como una evaluación de sensibilidad y vulnerabilidad de cada región al CC, entendiéndose por vulnerabilidad, el grado en que el cambio climático podría dañar o perjudicar un sistema; este concepto es función tanto de la sensibilidad como de la capacidad de adaptarse a unas condiciones nuevas.
En junio de 1992 durante la celebración de la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, Brasil, Cuba firmo la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (cmnucc), y lo ratifico el 5 de enero de 1994, entrando en vigor para nuestro país el 5 de abril de 1994, fortaleciendo de esta forma los trabajos que venían realizándose en Cuba desde algunos años previos a la Cumbre.
De acuerdo con lo definido en el párrafo 1 del artículo 12 de la CMNUCC, debíamos presentar una Comunicación Nacional Inicial, en un plazo de tres años a partir de la entrada en vigor de la Convención respecto a nuestro país.
Estos son a grandes rasgos y en apretada síntesis, los antecedentes del Inventario Nacional sobre los GEI, inventario que no sólo contribuye a mejorar los estimados de las emisiones globales, sino que proporciona las premisas para la ejecución de diferentes acciones en el país, que van desde la estrategia para las futuras emisiones, hasta la identificación y evaluación de las estrategias de prevención, mitigación y corrección de los impactos potenciales al medioambiente.
En la reunión de especialistas para analizar y debatir la primera versión del Inventario Nacional, se trataron un grupo de GEI propiamente dichos y algunos precursores de los mismos (CO2, CH4, SO2, N2O, Nox, CO, COVDM... Compuestos orgánicos volátiles diferentes del metano), no se abordó la totalidad, por no estar concebidos en esta etapa según la metodología del IPCC, y en correspondencia con la incorporación de Cuba en 1996 a la Segunda Fase del programa CC: Train y la creación del Equipo Nacional de Cambio Climático.
Para la realización de este inventario se utilizaron las siguientes categorías de fuentes y sumideros para reportar las emisiones:
1. Energía
2. Procesos industriales
3. Solventes y uso de otros productos
4. Agricultura
5. Cambio del uso de la tierra y silvicultura
6. Desperdicios
Finalmente se adicionó un capítulo que trata sobre: evaluación de calidad. Manejo de incertidumbres.
Habida cuenta de que las actividades humanas (principalmente la quema de combustibles fósiles y los cambios en la utilización de las tierras y la cubierta terrestre) aumentan las concentraciones en la atmósfera de los GEI, alteran los balances radiactivos (ver el efecto invernadero. ¿Amigo o enemigo? Revista Energía y tú, no. 2, 1998), y tienden a calentar la atmósfera, en otras regiones la presencia de aerosoles produce el efecto contrario sobre los balances radiactivos y tienden a enfriar la atmósfera.
En nuestro caso, como era de esperar la mayor contribución de GEI se encuentra focalizado en el sector de energía con 90,95 %, seguido de los procesos industriales con 7,23 %, la agricultura con 1,32 %, los desperdicios con 0,29 %, cambio de uso de la tierra y silvicultura con 0,19 % y finalmente los solventes con 0,02 %.
En el inventario todo lo relacionado con la quema de combustibles tanto fósiles como de otros tipos, fue calculado en el módulo Energía, donde se captaron todos los GEI producidos por combustión, en el resto de los módulos solo se trataron los GEI emitidos en cada uno de los procesos, cuidando no incluir la combustión para no duplicar los resultados.
A este fin las emisiones totales de GEI procedentes del modulo Energía fueron clasificadas en dos grandes categorías: quema de combustibles y emisiones fugitivas, a su vez estas categorías fueron divididas por sectores y estas en sus respectivas ramas, analizando para cada una de ellas los GEI emitidos:
Así, tenemos que en la quema de combustibles se agruparon: energía, manufacturas y construcción, transporte, otros sectores y un genérico otros; en emisiones fugitivas se trataron: combustibles sólidos, petróleo y gas natural; a su vez estos sectores fueron subdivididos.
El análisis y debate de esta primera versión constituyó un verdadero ejercicio interdisciplinario y multisectorial, ya que participaron especialistas de 18 disciplinas y representantes de 27 ministerios, organismos e institutos dedicados a la investigación y aplicación de las temáticas tratadas.
Otro aspecto relevante fue la composición académica de los presentes: 14 doctores, 30 licenciados y 12 ingenieros todos los cuales poseen diversas categorías científicas.
Intervinieron 40 delegados y fueron abordados 62 temas, todo ello en un ambiente de camaradería y espíritu de cooperación, lográndose consenso, aclaraciones y la solución de aquellos aspectos donde la información inicial era incompleta.
Este análisis multidisciplinario y multisectorial, con su proceso integrado interdisciplinario e intersectorial, nos ha permitido llegar a un documento definitivo (para este primer ejercicio) de cuyas conclusiones se desprenden diversas líneas de acción, de investigaciones y de toma de decisiones, sobre todo en el estudio y desarrollo de fuentes alternativas de energía que garanticen un desarrollo sostenible y una mayor protección del medio ambiente.